HORA LIBRE
Álvaro
Belin Andrade
Juanelo, de capa caída en
Coatepec
Famoso
por su sobrenombre de Juanelo, el actual alcalde de Coatepec, Roberto Pérez
Moreno, ha comenzado su gestión con quejumbres y medidas desesperadas.
Ya
se había hecho famoso cuando, luego de ganar la elección para ser alcalde de su
pueblo, regresó como diputado local, puesto al que había solicitado licencia,
como si hubiera perdido los comicios, y estuvo a punto de ver revocada su
constancia de mayoría de no ser porque el Tribunal Electoral del Estado de
Veracruz (TEEV) lo salvó con el argumento de que no había renunciado al cargo
de presidente municipal, porque no lo había asumido.
Cuando
vio la que se le venía, el mismo 16 de julio en que, orondo, se presentó en el
Congreso local para seguir cobrando sus dietas, decidió separarse
definitivamente del cargo de diputado. Los panistas se le fueron encima, y es
que había sido el causante de la derrota blanquiazul en un ayuntamiento en que
por años habían dejado su impronta.
Pero
Juanelo muy pronto mostró su modorra.
Su
principal discurso ha sido en torno a la enorme deuda heredada de la anterior
comuna panista por un monto superior a los 37 millones de pesos, una abultada
nómina y un problema de recolección de basura sin resolver.
Como
si estuviera amarrándose el dedo (emulando a su vecino Américo Zúñiga, alcalde
de Xalapa), Pérez Moreno ha mandado el mensaje de que poco podrá hacer porque
la deuda pública le impide, al menos en los primeros meses antes de recibir los
montos recaudados por impuesto predial y los provenientes de la bursatilización,
mejorar cualquier aspecto de la gestión municipal.
Y
así se ha comportado.
Durante
los primeros 15 días de su administración, el popular Juanelo solo ha participado
en actos cívicos, ha declarado que tiene muchos adeudos con proveedores y que
al municipio los asfixian los empréstitos contratados y una nómina heredada que
significa una sangría cercana a los 200 mil pesos mensuales.
La
ciudad, mientras tanto, muestra los estragos del tiempo. Muchas calles
céntricas de este Pueblo Mágico se encuentran destruidas, con baches profundos
y descargas de agua. No hace falta emprender obras espectaculares como aplicar
concreto hidráulico, sino disponer de grava y chapopote para rellenar los
hoyancos.
Pero
don Juanelo anda muy deprimido por la falta de recursos.
Duro contra los jóvenes
Eso
podría explicar que, junto con el director de Seguridad Pública municipal, haya
decidido criminalizar a los menores de edad y prever la aplicación de una
especie de toque de queda contra todos aquellos que, no contando con credencial
del IFE (es decir, sin mayoría de edad), deambulen por las calles coatepecanas
a deshoras de la noche.
La
peculiar medida está por aplicarse ante la incapacidad de los cuerpos
policiacos de combatir los diversos casos de asaltos en las calles que, según
las víctimas, son protagonizadas por jóvenes delincuentes.
El
jefe policíaco Juan Carlos Novoa ha explicado que los jóvenes serían detenidos
e interrogados por elementos policíacos con el objetivo de llevarlos a sus
domicilios y entregarlos a sus padres, para inhibir los niveles delictivos.
Y
el alcalde parece complacido con tan genial ocurrencia.
Cuando
ser joven empieza a ser sinónimo de delincuente, las cosas andan muy mal, y ya
tendremos que exigir a la Comisión Estatal de Derechos Humanos que envíe a sus
visitadores para que acompañen a los jenízaros en su peculiar cruzada “contra
el hampa infantil”.
Se violarán los derechos
humanos
La
propia Constitución, en el párrafo quinto del artículo primero, establece que “queda
prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género,
la edad, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier
otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o
menoscabar los derechos y libertades de las personas”.
Lo
que pretende la policía municipal de Coatepec viola estas garantías al
discriminar por la edad. Pero otras garantías también serán afectadas por esta
medida avalada por el plácido Juanelo.
El
artículo 14 de la Carta Magna establece que “nadie podrá ser privado de la
libertad o de sus propiedades, posesiones o derechos, sino mediante juicio
seguido ante los tribunales previamente establecidos, en el que se cumplan las
formalidades esenciales del procedimiento y conforme a las Leyes expedidas con
anterioridad al hecho”.
Por
ello, el que se quiera detener e interrogar a los jóvenes por el simple hecho
de transitar por las calles a horas consideradas como inapropiadas, constituirá
una flagrante violación a los derechos humanos.
El
didáctico jefe policíaco señaló que, con ello, además, se pretende hacer un
llamado de atención a los padres de familia “porque los menores de edad no
deben andar deambulando en las calles
durante la madrugada”. Menudo argumento.
Por
supuesto, el poderoso educador se ha tentado el corazón con los prestadores de
servicios turísticos, porque anunció que habrá una excepción los fines de
semana por fiestas y las actividades en las que participan los jóvenes. Eso sí,
entre semana, el operativo se aplicará.
¿Qué
lo ha llevado a tal decisión? Pues señala que, recientemente, dos jóvenes de 17
años “fueron localizados caminando y durante la revisión se dijeron originarios
de Michoacán y cargaban armas punzocortantes”.
Y,
claro, si encuentran a unos ancianos con pistola deambulando por las calles en
horas avanzadas de la noche, entonces se aplicará la medida de detener a todas
las personas de la tercera edad, se les detendrán y se les preguntará qué
hacen, además de pasarlos por la báscula.
Así
las cosas en el paraíso de Juanelo.
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