Una nueva oleada de movilizaciones
populares, distintas o adicionales a las protagonizadas por el magisterio que
se opone a la reforma educativa, está viviendo Veracruz. Por diferentes rumbos
de la entidad, el hartazgo de las comunidades encuentra en el bloqueo de vías
de comunicación la única forma de que sus demandas sean escuchadas y atendidas.
Lo mismo para impedir la construcción de
presas que para detener la voracidad de transportistas que monopolizan el
servicio público en regiones depauperadas o para exigir que sean reconstruidas
sus vías carreteras, grupos de campesinos y colonos están tomando caminos alternativos
para romper una especie de sordera institucional que confía en el desgaste
social para resolver conflictos que afectan a terceros.
No es una reacción privativa de la
entidad. Eso mismo, y a veces con manifestaciones más complejas como en el caso
de los grupos de autodefensa en Michoacán (pero también en otras entidades),
están multiplicándose por diversos rumbos de nuestra geografía, lo que está
poniendo en entredicho un modelo de imposición que ya no puede continuar.
El regreso del PRI al poder federal,
junto con la continuidad del mismo partido en Veracruz, se enfrenta ahora a una
población que ya no es tan fácilmente mediatizada o engañada.
Ese uso frecuente de medidas verticales e
impositivas, aplicadas sin mediar consulta, convencimiento, negociación o
medidas atenuantes está avivando el malestar social.
No
le pisen la cola al tigre
Los ejemplos más cercanos de protesta son
las tomas de carreteras por parte de amplios sectores sociales en la región de
Jalcomulco y Apazapan, que se oponen a que el río de los Pescados sea
vertiginosamente degradado por la construcción de presas que romperían de tajo
la actividad turística de la que han sobrevivido.
Durante días, campesinos, pescadores,
prestadores de servicios turísticos, comerciantes y ecologistas pusieron en
grave predicamento no solo a los noveles negociadores del gobierno estatal,
sino (hay que reconocerlo) a miles de habitantes que vieron rotas sus
actividades cotidianas con el bloqueo de sus vías de comunicación.
¿Quién los mueve?, no es la pregunta
correcta, porque la respuesta no tiene que ver con el sentido profundo de la
movilización. La pregunta que debe estar en la mesa de los negociadores es qué
los mueve y cómo se debe responder para resolver las justas preocupaciones de
la población.
Otro ejemplo más es el bloqueo que, por
días, mantuvo colapsada la comunicación entre Coatepec y Xico, Teocelo y
decenas de comunidades que no pudieron contar con posibilidad de comunicarse
vía terrestre debido a que fue cerrado por un tiempo que ayer concluyó con un
acuerdo cuyo trasfondo debió prevenirse: el aumento desmedido de los costos del
pasaje por parte de las empresas transportistas.
Apenas les suben el precio de
combustibles e insumos, además de aplicar impuestos por una secretaría de
Hacienda y Crédito Público de una voracidad sin límites, y los empresarios
quieren trasladar el costo a los usuarios.
Extraña el hecho de que haya sido el
secretario de Infraestructura y Obra Pública (SIOP), Gerardo Buganza, quien
lograra reunir a los dos factores en conflicto para desactivar el grave
problema que tenía en aprietos la economía de miles de familia de la región, al
colapsar todo tipo de actividades. Ello se explicaría por el hecho de que otro
motivo del malestar es la lentitud exasperante con que esa secretaría
rehabilita la carretera Xico-Teocelo.
Otro punto que está con la temperatura al
máximo es el de la protesta de los pensionados del IPE, cuyos pagos les llegan
a cuentagotas.
Pero las movilizaciones se están dando, y
cada vez con mayores afectaciones a terceros, en varios puntos de la entidad.
¿Y
el movimiento magisterial?
Aunque parece haberse cerrado el
expediente magisterial en la mente de quienes han sufrido las consecuencias de
sus movilizaciones, lo cierto es que no se debe cantar victoria.
Usado por algunos funcionarios con mucha
imaginación, como se ha señalado al titular de la SEV, Adolfo Mota Hernández,
para derrocar el cacicazgo Callejas, lo cierto es que hay visos de que puede
reemprender sus acciones. Y una llamada de atención es la reunión que realizará
la CNTE-Veracruz en Xalapa el día de la Candelaria.
Créame: la reunión de este domingo 2 de
febrero no será para que quienes sacaron el muñequito de día de Reyes paguen
con tamales su mala suerte.
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