La incorporación de Elizabeth Morales
García al primer círculo político veracruzano, con su próxima elección (ya
anunciada) como dirigente estatal del PRI, ha sobrecalentado la caldera política
y, de súbito, se ha puesto en línea de ataque para suceder al gobernador Javier
Duarte de Ochoa en 2016.
Pero
además en una posición de gran privilegio.
En
efecto, ante las dificultades evidentes de prospectos como el titular de la Sedesol
estatal, Alberto Silva Ramos; el secretario de Gobierno, Erick Lagos Hernández,
y el secretario particular del gobernador, Jorge Carvallo Delfín, para levantar
su imagen y ganarle la partida a los senadores Héctor Yunes Landa y José
Francisco Yunes Zorrilla, pareciera que se ha prendido otra veladora en la
persona de la exalcaldesa de Xalapa.
Y
tendrá el mejor escaparate y la sartén por el mango como presidenta del comité
estatal priista, para recorrer a placer el territorio veracruzano, dialogar con
los grupos de poder, los sectores y organizaciones partidistas, renovar la
estructura territorial y establecer alianzas abiertas o soterradas.
Todo
ello, mientras los otros contendientes se entretienen en sus labores
gubernamentales, unos, y legislativas, los otros.
Llama
la atención su designación (aunque todo aparentará una elección hecha y
derecha), cuando se sabe de su histórica alianza con el senador Héctor Yunes
Landa, si bien en estas lides no existen fidelidades eternas y menos cuando se
trata de aspirar a lo mismo.
Es
cierto que la comunicadora ha tenido su principal bastión en la capital del
estado, de donde surgió como diputada federal y recientemente como presidenta
municipal. Pero las oportunidades se pintan solas.
Elizabeth
Morales García estará al frente del PRI en una etapa relativamente tranquila en
materia electoral. Salvo la elección de diputados federales en 2015, para la
que muchos le señalan un camino que ya recorrió, pues fue diputada federal de
la LX Legislatura del Congreso de la Unión (2006-2009), la exedil xalapeña
podrá trabajar en su favor durante más de un año.
Mujer
de armas tomar
Y eso tiene inquietos no solo a los
aspirantes locales a la gubernatura en 2016. También a la clase política
priista en general, la mayoría de cuyos integrantes ya hace equipo, sea con los
locales o con los actuales senadores de la República.
Con
una carrera política meteórica, esta mujer no es de las que tienen las manos
atadas.
Fue impuesta por el
exgobernador Fidel Herrera Beltrán en 2010 como candidata priista a la alcaldía
xalapeña, cuando todos los indicios daban por hecho que sería Américo Zúñiga
Martínez.
Elizabeth no se venció,
se mantuvo mediáticamente como aspirante e invocó a padrinos y madrinas, como
la reciente candidata al gobierno del Distrito Federal y exgobernadora de
Tlaxcala, Beatriz Paredes, aunque ya prácticamente estaba a punto de ser
registrado el hijo del profesor y licenciado Guillermo Héctor Zúñiga Martínez. Como
quien dice, le dio para atrás cuando el ahora alcalde xalapeño estaba por
registrarse, para mandarlo como candidato a diputado local.
Aunque tiene un mal
antecedente como alcaldesa xalapeña, donde convirtió a la capital veracruzana
en un verdadero caos urbano, lo cierto es que su paso por el palacio municipal
fue muy bien aprovechado por esta sagaz política, porque destinó casi todo el
presupuesto del ayuntamiento a fortalecer sus minas de votos en las colonias
populares de la ciudad.
Cuando le criticaban
por tener a la ciudad en graves aprietos por falta de obras y pésimos servicios
públicos, ella respondía que decenas de kilómetros de calles se estaban
construyendo donde no se veían, es decir, en colonias remotas.
Resistió los embates
de la prensa y de sus enemigos políticos sin dejar de lado su proverbial
alegría por la vida, y tan pronto ha salido del puesto edilicio se ha
encontrado con una oportunidad que no dejará escapar por nada del mundo.
Y es que esa
oportunidad le viene, además, por el apoyo no solo de Beatriz Paredes, ahora
embajadora de México en Brasil, sino también del magnate de los medios y del
deporte organizado, Mario Vázquez Raña.
Dos
pájaros de cuenta
Y es que la caballada local ha estado
perdiendo peso por falta de pastura. El principal postulante, Salvador Manzur
Díaz, ha quedado en la orilla, golpeado inmisericordemente por el fuete panista
y el desdén del gobierno federal, al que puso en riesgo de ver morir a su
principal vástago, el Pacto por México, con el videoescándalo promovido por
Miguel Ángel Yunes Linares.
Y
ha sido el propio Manzur Díaz el primero
en apoyar la postulación de Elizabeth, de quien dijo que cuenta con todas las
cartas credenciales. Lo mismo dijo otro boqueño, Raúl Zarrabal Ferat,
vicecoordinador de la bancada priista en el Congreso local. Si los priistas
tuvieran que valorar estos dichos por quienes provienen, en graves dificultades
estaría Elizabeth, habida cuenta de que ambos boqueños tienen largas colas que
les pisen.
Por su parte, el más
aventajado en términos de capacidad de movimiento, es el titular de Sedesol, Alberto
Silva Ramos, quien por desgracia tiene tras de sí una administración desastrosa
en el ayuntamiento de Tuxpan, al que dejó endeudado hasta las cachas. Otro
punto negativo son sus publicitados nexos cercanos con Francisco ‘Pancho’ Colorado
Cessa, sentenciado en Estados Unidos a 20 años de prisión por lavado de dinero.
Ya hablaremos de Erick
Lagos y Jorge Carvallo.
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