jueves, 9 de agosto de 2012

Tránsito del Estado o los enredos de Bermúdez



Si un tema no encaja en la nueva estructura de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) estatal, a cargo de Arturo Bermúdez Zurita, ese es el de la vialidad, y es que el área de Tránsito estatal nada más no encuentra el rumbo.

A unos meses de que fuera decretada su separación de la Secretaría de Gobierno (donde compartía tareas con las de transporte público), Tránsito estatal se ha quedado con tan pocos elementos que se antoja difícil abatir el número de accidentes automovilísticos en las ciudades.

Por añadidura, la rotación temporal de personal a grandes ciudades, ni resuelve los de éstas y, en cambio, deja en indefensión las ciudades de donde son trasladados, donde el número de elementos parece de risa, como en Martínez de la Torre.

Uno de los argumentos señalados para pasar Tránsito a la SSP fue el de lograr, como en la Policía Federal, que la gendarmería local realice tareas preventivas contra la delincuencia al tiempo que organiza el tránsito vehicular en ciudades y caminos estatales. Hasta el momento, ni la policía ayuda en la vialidad ni los agentes de Tránsito se han convertido en policías.

Y es que este salto cualitativo se está topando con una realidad que nadie puede esconder: si en las corporaciones policíacas debieron hacer una depuración del personal que, por sus características físicas, de edad y de salud, no podían ejercer de jenízaros, en el caso de los agentes de Tránsito va a estar más peliagudo.

Las cifras que no cuadran

A no ser que la Academia de Policía esté formando a los nuevos agentes de Tránsito con conocimiento de las funciones policíacas, va a estar difícil que lleven a ese centro de capacitación a agentes que, en su mayoría, rebasan los 45 años de edad, están excedidos de peso, padecen enfermedades y nunca han hecho ejercicio.

Téngalo por seguro que, al segundo día de capacitación en El Lencero (donde se ubica la escuelita de Bermúdez), muchos habrán sido llevados de urgencia al hospital, con cuadros de insuficiencia respiratoria.

Y es que en una población como la del estado de Veracruz, en que más del 65 por ciento radica en zonas urbanas, lo que significa que casi cinco millones de habitantes tiene como residencia ciudades medias y grandes, Tránsito y Transporte Público disponía (antes de su separación) de mil 600 elementos. Con la separación administrativa, Tránsito apenas se quedó con 800 elementos.

Si realizamos algunas rápidas operaciones matemáticas podríamos calcular que cada agente tiene bajo su responsabilidad que más de 6 mil habitantes vivan un panorama más o menos controlado cuando conduce, se moviliza en transporte público o anda como peatón.

El problema se agrava cuando consideramos que cada agente cumple un turno y no las 24 horas, de manera que si dividimos a los 800 elementos en dos turnos (dejando la noche al arbitrio de la casualidad), entonces solo 400 estarán disponibles, si es que no son enviados a capacitación o causan baja temporal por cuestiones de salud.

Y mire que por las avenidas, calles y caminos estatales se moviliza no solo el ciudadano común sino también los hampones, por lo que el concurso de los agentes viales es de todo perentoria, siempre que haya un número suficiente para atender el tema.

¿Qué hay de Tránsito en Martínez?

La situación en Martínez de la Torre es realmente precaria. ¡Qué digo precaria, escandalosamente preocupante!

Cuando actuaban bajo un solo mando y se encargaban de vialidad y transporte público, en la ciudad laboraban 22 elementos que ya eran insuficientes. Con la división, la delegación local de tránsito apenas cuenta con 11.

Bueno, al menos en teoría, porque constantemente son llamados por la dirección general unos seis elementos para tratar de controlar el tránsito en la capital (donde solo tienen 36 elementos de base) y para reforzar el servicio en ciudades en que se celebran fiestas populares, como ha ocurrido con el Carnaval de Veracruz y las recientes fiestas en Xico.

Si ha hecho sus cuentas, resulta que la capital de los cítricos solo dispone de ¡cinco elementos! para atender las cuestiones de vialidad, controlar el tráfico, atender accidentes, levantar multas.

¿Cómo se movilizan? Gracias a un escuálido parque vehicular: en efecto, sin apoyo estatal ni municipal, cuentan con tres patrullas (dos compactos y una camioneta, generalmente en talleres), además de dos motocicletas, que se van turnando porque cuando una está en servicio, la otra está en reparación.

Casi el 80 por ciento de los elementos locales tiene más de 45 años, y varios rebasan el medio siglo. Algunos padecen diabetes o problemas auditivos y escasos reflejos.

¿Usted cree que ellos, al igual que la mayoría de los agentes viales de la entidad, cuyas edades y estado de salud les hacen más candidatos a una jubilación anticipada que a un nuevo perfil laboral, podrán resistir una capacitación de cuatro meses en la Academia de Policía, donde deben adquirir una gran condición física, habilidad y destreza en el manejo de armas de fuego, posibilidad de enfrentar a criminales cuerpo a cuerpo, participar en persecuciones a pie?

Algo deberá decir Bermúdez para explicar cómo piensa resolver el problema vial en la entidad, porque no se trata solo de agregar más responsabilidades sino saberlas manejar, sobre todo en un tema que se antoja sensible para la población urbana. ¿O le quedó grande Tránsito?

domingo, 18 de marzo de 2012

SEP: Un cartucho quemado para una carabina descompuesta


Mientras Alonso Lujambio pasa con premura de la cama de un hospital a la candidatura al Senado por el PAN por la vía plurinominal, en un pago de marcha por los servicios prestados y un blindaje vía fuero constitucional por su desaseado manejo de los recursos públicos, cuyas aristas son el derroche en la conmemoración de los centenarios y las transferencias multimillonarias al SNTE, ha llegado a la Secretaría de Educación Pública un verdadero cartucho quemado: José Ángel Córdova Villalobos.

El exsecretario de Salud que hizo famoso al país y a los mexicanos en todo el orbe y puntos circunvecinos por la famosa epidemia del cólera AH1N1, en septiembre renunció a la dependencia federal para irse a hacer pinitos político-electorales a su natal Guanajuato, donde quería convertirse en candidato del PAN y ser el cuarto gobernador blanquiazul al hilo. No lo logró. Ni el enorme apoyo calderonista logró que venciera a Miguel Márquez Márquez, quien con el 53% le ganó la consulta interna gracias al respaldo del todavía gobernador guanajuatense Juan Manuel Oliva Ramírez.

Todavía se recuerda cómo, a partir de esta derrota, Córdova Villalobos generó un terremoto político cuando se le vinculaba a una posible candidatura bajo los colores del PRI, que le hizo recibir cientos de llamadas desde Los Pinos y desde la dirigencia nacional del PAN. Ya hemos visto en qué ha acabado todo.

La SEP, decimos, es una escopeta descompuesta.

Sin proyecto nacionalista, agobiada por los vaivenes de la corrupción, claudicante frente a una malograda reforma educativa, desatendida por un secretario que en los últimos meses pasó más tiempo en hospitales que en su oficina, señalada por organismos internacionales de ser, junto con el SNTE, la causante de la debacle formativa de los mexicanos, ¿qué podemos esperar de la gestión del oriundo de León?

Prácticamente, nada. Que el funcionario tenga un salario para resarcir los daños infligidos a sus cuentas bancarias con su aventura electoral, pase en buenas condiciones su amarga experiencia política y se le quite de la cabeza ondear una bandera distinta de aquella que pinta tan claramente su ideología ultraconservadora.

¿Y la educación? Bien, gracias. ¿A quién puede interesarle estando tan cercana la elección?

miércoles, 15 de febrero de 2012

Elecciones, la batalla en las pantallas



Sin regulación específica en el Código Federal de Instituciones y Procesos Electorales (Cofipe), las comunicaciones en las redes sociales han cobrado una creciente fuerza en las estratagemas de comunicación de los candidatos presidenciales en México. 

La elección ganada por el candidato demócrata norteamericano Barack Obama hace casi cuatro años, influenciada por un manejo extraordinario de la Internet 2.0, que permite procesos de comunicación e interacción en ambientes totalmente libres, se constituyó en el parte aguas del uso de estas nuevas herramientas de comunicación en procesos electorales.

Aunque por el momento, el nivel de participación se mantiene en el primer escalón, el de información (los siguientes son comunicación, consulta, deliberación y participación en decisiones y elecciones), es claro que los tres precandidatos visibles (falta el del Panal) han fortalecido su presencia en las redes sociales, según un estudio realizado por el Observatorio Electoral 2.012, de la UNAM.

Todavía no se nota una interacción directa entre presidenciables y seguidores, simpatizantes u opositores, como sí ocurrió en el caso norteamericano, pero los equipos de Andrés Manuel López Obrador, Enrique Peña Nieto y Josefina Vázquez Mota están incrementando la venta de imagen de sus candidatos en redes sociales como Facebook, Twitter y Youtube, entre otros.

Enrique Peña Nieto, el rey del
Facebook; AMLO, de Youtube

Aunque se nota una desproporción entre el número de seguidores y el número de mensajes emitidos por los precandidatos presidenciales, la prensa nacional ya pone como un aspecto a informar en esta contienda quién está mejor posicionado en las redes sociales.

Según el estudio de la UNAM, con último corte el 14 de febrero, el rey del Facebook es el priista Enrique Peña Nieto, quien acumula el 56.32 por ciento del número de suscriptores que suman los tres. Le siguen Josefina Vázquez Mota, con el 39.04% y, al fondo, López Obrador, con el 4.64%. Sin embargo, al contabilizar las menciones, quien se lleva las palmas es Josefina (60.02%) frente a Peña Nieto (34.98%). 

En el caso del Twitter ocurre algo parecido: la ventaja en cuanto a suscriptores se la lleva el priista con el 41.02 por ciento, frente al 31.32% de la panista y el 27.67% del candidato de izquierda. Sin embargo, Peña Nieto es flojo para usar esta red social, con apenas el 7.98% del total de mensajes emitidos por los tres, mientras que Josefina se la pasa escribiendo en su smartphone (emite el 48.75%), y Andrés Manuel no se queda atrás (43.28%).

En Youtube, AMLO es el rey absoluto: tiene al 70.87% del total de suscriptores y en cuanto a reproducción de videos ostenta el 47.97%; le siguen: EPN, con el 21.41% de suscriptores y el 37.28 de reproducciones, y JVM, con el 7.72% y 14.76%, respectivamente. Aquí hay que considerar la estrategia seguida por los partidos de izquierda que han sido marginados por las dos cadenas televisivas del país (Televisa y TV Azteca), por lo que han debido buscar canales abiertos para manejar su discurso.

El estudio hecho desde el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM maneja, por supuesto, datos generales. Un análisis más minucioso arrojaría el sesgo de las menciones en Facebook y Twitter, así como del contenido de los videos socializados. No todos son favorables. Podríamos incluso intuir que buena parte está orientada a deteriorar la imagen del candidato de que se trate. 

Habría que recordar el linchamiento contra Peña Nieto principalmente en Twitter por sus resbalones en torno a los libros que había leído, el salario mínimo en México y el precio de la tortilla (“no soy la señora de la casa”). Igual que la difusión de la confusión de Ernesto Cordero sobre el nombre del Presidente (“Vicente Calderón”) y la supuesta intervención de una Josefina ebria en una entrevista radiofónica.

Ya veremos qué resultados tienen estas redes sociales. Hay que recordar que Twitter impacta más a un cierto sector económico de la población, el que cuenta con un celular conectado a Internet, mientras que Facebook y Youtube tiene fuerte influencia entre quienes simplemente tienen una computadora conectada a la red.