Fernando Charleston, secretario de Finanzas y Planeación. |
Dice el refrán que el diablo está en los
detalles, y eso puede observarse en el anuncio de que el Gobierno del Estado
disminuirá el gasto corriente, pero afectando fundamentalmente a los
trabajadores de confianza.
Apenas cuatro días antes de que el
titular de Sefiplan, Fernando Charleston, anunciara que se disminuirá en 10 por
ciento el presupuesto destinado a salarios de mandos medios y superiores y a
adquisición de materiales (para reforzar la política de austeridad y eficientar
los recursos públicos), en la Secretaría de Desarrollo Económico y Portuario
(Sedecop) se anunciaba la creación de dos direcciones generales que significarán
la elevación del gasto en nómina y, más temprano que tarde, en renta de
espacios y contratación de personal de apoyo.
En efecto, el viernes 7 de febrero, Erick
Porres Blesa, titular de Sedecop, alegremente tomó protesta a los titulares de
dos nuevas direcciones generales: Alberto Baca Vela, en la de Mejora
Regulatoria, y José Murad Loufte Hetty, en la de Comercio Exterior, por cierto,
ambos cuestionados por dirigentes patronales por carecer de la mínima
experiencia en sus respectivos ramos.
A Veracruz, es cierto, no solo le costará
el incremento en la estructura burocrática en una secretaría de bajo perfil,
aunque su titular argumente resultados extraordinarios en inversiones privadas,
sino además deberá pagar una capacitación intensiva, de esas en que se aprende
de los errores, para cuadros que según empresarios no cuentan con el perfil.
Si, como explicó Porres Blesa, contamos
con una de las economías más sólidas, con una inversión privada de 84 mil
millones de pesos y primer lugar nacional en creación de empresas, ¿qué
necesidad había de engrosar las filas burocráticas cuando esos logros fueron
posibles sin que ninguna de las nuevas áreas existiera?
Para todos queda claro que la mayor parte
de las inversiones multimillonarias en la entidad se han orientado a la
producción petroquímica, al sector inmobiliario y a la explotación del sector
energético (que no han necesitado promoción alguna de parte de la Sedecop) y
que, en cambio, sectores dinámicos como el automotriz han preferido instalarse
en el vecino estado de Puebla (como la ensambladora Audi), porque no se le
dieron las condiciones para asentarse en nuestro territorio.
Erick Porres Blesa, secretario de Desarrollo Económico. |
El expanista cordobés explicó que la
nueva dirección de Mejora Regulatoria tendrá como misión formular una nueva
normatividad, así como de reglas e incentivos que estimulen la productividad y
eficacia a favor del crecimiento (maldita sea la cosa que ello signifique),
mientras que la de Comercio Exterior fortalecerá la competitividad en las
cadenas globales de valor.
Cuatro días después, el martes 11, el
titular de Sefiplan daba machetazo certero a las de por sí exiguas
remuneraciones de miles de trabajadores de confianza que, para mayor desgracia,
hasta el día 15 no recibían su salario correspondiente al mes de enero, como
para que recibieran la noticia de su merma salarial casi con alivio. Y es que para
los mandos medios y superiores, con ingresos importantes en sus cheques, un descuento
de 10 por ciento en sus emolumentos no significará una catástrofe en sus
economías familiares.
¿Comparecerá
Charleston en el Congreso?
Es tema generalizado en todos los ámbitos
de debate, desde las charlas de café hasta los medios de comunicación, pasando
por las redes sociales, que Veracruz no tiene recursos; hay osados que aseguran
que el ahorro en precepciones se necesita urgentemente para destinarlo a las
obras en espacios deportivos que se usarán en noviembre para los Juegos
Centroamericanos y del Caribe.
Es tan fuerte el runrún que hasta la
fracción parlamentaria del PAN se lo ha creído y ya insiste en que el titular
de la Sefiplan, Fernando Charleston, comparezca ante el Congreso local para
explicar las razones del descuento del 10 por ciento al salario de burócratas y
diputados locales. Quieren saber si el dinero ahorrado se destinará a los JCC o
a obras y programas sociales.
Y es que la bancada panista no entiende
la maniobra. Por un lado se anuncia una medida que prohíbe la propia Ley
Federal del Trabajo, afectando el bolsillo de cientos de trabajadores de
confianza y funcionarios y, por otra, se adelanta la creación de nuevos puestos
directivos en la Sedecop.
Es muy posible que el ahorro no sea tal,
que en realidad se reduzcan salarios porque no hay recursos para pagar a los
trabajadores, lo que puede intuirse a partir del prolongado retraso que han
sufrido quienes cobran cada mes, pues en lo que va de 2014 no han recibido ni
un centavo.
Pero más allá de eso, lo cierto es que
hay un abierto rechazo a la ampliación de la nómina de puestos superiores en
Desarrollo Económico. El diputado panista Carlos Gabriel Fuentes Urrutia ha
declarado a la prensa que no entiende por qué Porres Blesa, en su reciente
comparecencia en comisiones para aclarar el tercer informe del gobernador
Javier Duarte de Ochoa, dijo que todo estaba bien y ahora sale con que necesita
dos nuevas dependencias.
Por su parte, el Consejo Coordinador
Empresarial (CCE) está pidiendo que si se crean nuevas direcciones que al menos
coloquen en ellas a personas con capacidad y no improvisados. En nota publicada
por La Jornada Veracruz, el presidente del CCE en el norte de la entidad, Marco
Antonio Santiago Vera, señaló que “los funcionarios públicos deben dar
resultados desde el primer día y no capacitarse a costillas del erario”.
Benito Requejo Gutiérrez, de la
Federación de Cámaras de Comercio, de plano dijo que los empresarios no
aceptarán tratar con los nuevos directores generales.
Viendo tan disímiles medidas, el
ciudadano común poco puede creer en las bondades de una reducción salarial
mientras se infla la nómica de una dependencia que no es fundamental.
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