(Foto: AVC) |
Por los altoparlantes de la Iglesia de
San Isidro, en Campo Viejo, todos los días se escucha el Ave María de Schubert,
a las 12:00 horas. Con ello, los creyentes de esta comunidad de Coatepec buscan
invocar la paz y que disminuya la violencia. No ha servido de mucho.
Ayer jueves por la tarde llegaron los
feligreses para orar en la capilla. El domingo realizarán una procesión desde
el fraccionamiento La Mata que concluirá con una misa en Campo Viejo.
El inusual evento religioso es un acto de
desagravio: apenas en la madrugada del lunes 17 de febrero entraron a robar a
la iglesia y se llevaron la Hostia Consagrada del Sagrario, y quieren pedir
perdón “por este acto irreverente y sacrílego”.
En Veracruz, curas, pastores y feligreses
de todas las Iglesias han sufrido en carne propia la violencia que se ceba con
todos los sectores de la población. Los religiosos han sido víctimas lo mismo de extorsión que de secuestros y levantones, y están documentados varios homicidios. Según
el Centro Católico Multimedial, en un informe publicado en diciembre pasado, el
número de asesinatos ha crecido en el actual gobierno federal.
Veracruz se encuentra entre los primeros
lugares en que se han registrado asesinatos y secuestros de párrocos y
pastores, además de diversos casos de extorsión para el pago de cuotas al
crimen organizado.
A finales de 2013, los obispos de
Veracruz, Xalapa, Papantla, Orizaba, Córdoba, San Andrés Tuxtla, Coatzacoalcos
y Tuxpan expresaron en un mensaje navideño conjunto su preocupación por la
existencia de bandas del narcotráfico cada vez más poderosas y un aumento de
los secuestros y levantones en diversas regiones de Veracruz.
Pocos días antes, el 29 de noviembre, en
Ixhuatlán de Madero, fueron hallados muertos en la sacristía de la parroquia
dos sacerdotes; el entonces procurador Felipe Amadeo Flores Espinoza acudió con
el titular de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez, al municipio norteño y, tras
una eficaz investigación ministerial, pudieron detener a los asesinos.
En septiembre, en Ciudad Isla, un
sacerdote fue atacado y herido a machetazos, mientras que en Coatzacoalcos
fueron muy sonados los casos de dos pastores protestantes, uno de los cuales
fue asesinado, según denunció Guillermo Trujillo, presidente de la Red
Evangélica de la entidad.
Los días 16 y 17 de febrero, en el Puerto
de Veracruz, la diócesis convocó a sendas misas por la paz.
En el municipio de Martínez de la Torre,
en la congregación María de la Torre, pudo ser rescatado el párroco Juan
Cornelio, gracias a una rápida movilización policiaca que obligó a sus
secuestradores a liberarlo en la carretera rumbo a El Chote.
Veracruz,
entre los estados más peligrosos
No es necesario dar más ejemplos sobre el
riesgo que sufren los curas y pastores, similar al que sufre la población en
general. Lo cierto es que Veracruz se encuentra en el segundo lugar con mayor
número de crímenes contra la Iglesia católica, con tres curas asesinados, mismo
número que el registrado en Baja California, y solo por detrás del Distrito
Federal, donde se han documentado siete homicidios.
Si a esos tres representantes católicos
sumamos el caso del pastor evangélico asesinado en Coatzacoalcos en medio de
una dura polémica, podremos imaginarnos el clima de violencia que sufren los
autodenominados hombres de Dios.
Según el estudio “Creciente agresión
contra sacerdotes en México”, de Gustavo Antonio Rangel, la escala de violencia
ha ido creciendo. Sus indagaciones apuntan a que durante el sexenio de Ernesto
Zedillo fueron asesinados 3 curas; con Vicente Fox, 4, y con Felipe Calderón,
12. Señala, además, que en 2010 más de mil sacerdotes fueron víctimas de
extorsión y cerca de 162 párrocos fueron amenazados de muerte.
Todo ello provocó que, en diciembre
pasado, el Vaticano expresara un extrañamiento al gobierno mexicano por la
violencia contra curas en los estados de Tamaulipas, Veracruz y Michoacán.
El
gobierno de Peña Nieto, preocupante
El Centro Católico Multimedial ha
preparado un recuento de los agentes pastorales, sacerdotes, religiosos y
laicos que han perdido la vida en México, “tan solo por cumplir su compromiso
de anunciar valientemente los valores del Evangelio”.
Señala que en los últimos 23 años han
sido perpetrados 36 atentados contra miembros de la Iglesia católica mexicana,
de los cuales 34 terminaron en homicidio y dos corresponden a sacerdotes
desaparecidos. “La lista de los Agentes Pastorales que pagaron con su vida de
1999 a 2013, la encabeza 1 cardenal, 25 sacerdotes, 2 religiosos, 1 Diácono”.
Además, cuatro laicos y una periodista católica.
Tan solo en 2013, señala en su reporte,
han sido asesinados tres sacerdotes; dos presbíteros se encuentran en calidad
de desaparecidos, y se logró rescatar a tres sacerdotes.
Observan con preocupación que en el
primer año del gobierno de Enrique Peña Nieto los atentados contra sacerdotes
se incrementaron en 67 por ciento, comparado con el primer año del sexenio de
Felipe Calderón, que cerró con un alza del 320 por ciento. “De seguir así, se
prevé un sexenio aciago para el sector religioso”, señala el documento.
Los registros del primer año peñista
apuntan al asesinato de cuatro sacerdotes y la desaparición de otros dos.
Es tan grave el asunto que, por sexto año
consecutivo, México es primer lugar en crímenes de odio contra sacerdotes,
religiosos y laicos en América Latina. En cuanto a la extorsión contra
religiosos, señala que creció 39 por ciento respecto a 2010, lo que coloca a
nuestro país como el más peligroso en el continente. Y es que de mil 53
reportes de intento de extorsión en 2010 contra agentes de pastoral, obispos y
sacerdotes, en 2013 se registraban mil 465 hasta el 15 de diciembre.
Añade que los intentos de extorsión han
proliferado en estados con mayor inseguridad como Colima, Michoacán, Durango,
Tamaulipas, Veracruz, Baja California, Guerrero, Tabasco, DF y Estado de
México.
Así
las cosas, el Ave María de Schubert puede replicarse en todas las iglesias
veracruzanas, y que los creyentes oren por lograr la paz en México.
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