Lobbismo o cabildeo es lo que ha faltado, y mucho, en la Universidad Veracruzana desde que Arias Lovillo asumió el cargo de rector.
Hace ya muchos años que el gobierno federal detuvo los incrementos presupuestales por la vía del subsidio ordinario, para poner en juego una competencia, a veces atroz, entre las universidades públicas por disponer del denominado presupuesto extraordinario.
Como todo mundo lo ha podido constatar, en materia de ampliación de la infraestructura física, la UV ha crecido de manera marginal, sobre todo en comparación con lo logrado en la gestión de su antecesor.
En los últimos cinco años sólo los proyectos de las unidades de servicios bibliotecarios y de información (USBI) en los campus de Ixtaczoquitlán y Córdoba han podido ser finiquitados.
El otro proyecto, la sala de conciertos para la Orquesta Sinfónica de Xalapa, en el Campus para la Cultura, las Artes y el Deportes de la capital veracruzana, ha crecido a la velocidad de una oruga, pese a que el anterior mandatario estatal muchas veces se llenó la boca con pronósticos inexactos sobre su entrega a la comunidad xalapeña.
Ha habido, sí, proyectos arquitectónicos para institutos y facultades en diversos campus universitarios, pero lo cierto es que no se ha manifestado el empuje que permitió dotar a la UV de establecimientos dignos y modernos para el fomento de la docencia, la investigación, la lectura, la confluencia con las nuevas tecnologías y el aprecio por la cultura y las artes.
¿Falta capacidad en la universidad para elaborar proyectos que compitan con los de otras universidades y obtengan recursos extraordinarios que compensen las desigualdades que acusa el presupuesto ordinario?
Por supuesto que no. Es la misma comunidad universitaria que atrajo, en tiempos anteriores, importantes inversiones para proyectos orientados a fortalecer la calidad académica, el soporte tecnológico indispensable y las instalaciones modélicas con que hoy cuenta.
Lo que falta es un equipo administrativo central que empuje hacia la definición de proyectos que convenzan a las autoridades federales, con una visión integral.
Y eso es de lo que adolece la administración que encabeza Raúl Arias Lovillo.
Por eso se desgañita en el desierto, acompañado de un coro en que sobresale la voz de tenor del diputado Enrique Levet Gorozpe, dirigente del sindicato académico (Fesapauv) y de la Confederación Nacional de Trabajadores Universitarios (CONTU).
Pero el famoso Papo Levet hace bien en movilizar a sus huestes para presionar al gobierno federal para que materialice incrementos importantes a educación superior.
El problema es que el rector Raúl Arias Lovillo se sienta dirigente sindical y salga a las calles para corear consignas, cuando lo suyo es cabildear en el congreso federal y ponerse en mangas de camisa para generar propuestas que le atraigan recursos de las bolsas del presupuesto extraordinario.
¿O lo que quiere es que se le recuerde como el activista político de izquierda que fue en su ya lejana juventud?
Fotos:
1. Vista de la USBI de Ixtaczoquitlán
2. Sala de conciertos: proyecto inconcluso
3. Dip. Enrique Levet Gorozpe
miércoles, 15 de diciembre de 2010
martes, 14 de diciembre de 2010
UV, la insana descortesía
En los últimos meses, al rector Raúl Arias Lovillo se le ha visto muy estresado.
Las penurias económicas por las que atraviesa la Universidad Veracruzana le han hecho utilizar los micrófonos, tanto propios como los que le proporcionan los medios de comunicación, para lanzar duras diatribas.
Sin restarle la más mínima razón a sus alegatos públicos, en los que por cierto ha estado ausente la más básica de las cortesías, lo cierto es que, buen académico, Arias Lovillo ha mostrado serias dificultades en materia de negociación para obtener fondos económicos adicionales.
Y eso lo tiene realmente consternado.
La lucha del rector universitario, sin embargo, semeja la emprendida por el Quijote contra los molinos de viento, lo que hace sospechar un móvil político más que una real intención de mejorar la situación financiera de la casa de estudios.
Por ejemplo, en lo que al gobierno estatal se refiere, sus demandas públicas han iniciado prácticamente una vez que su antiguo aliado, Fidel Herrera Beltrán, ha concluido su mandato.
Y ello, pese a que –según se desprende de sus declaraciones– fue durante dicha gestión cuando se afectaron los flujos de recursos federales, depositados por la SEP en la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan).
El más público de los diques construidos en la Sefiplan, y que ha mantenido en ascuas a miles de jóvenes veracruzanos, es el que ha detenido los recursos orientados al pago de los apoyos del Programa Nacional de Becas para Educación Superior (Pronabes).
Como éste, sin embargo, ha habido otros y con muchos más recursos en juego.
Por ello, en diversos foros nacionales (como los de ANUIES) e internacionales, en su calidad de presidente de la Organización Universitaria Interamericana (OUI), Arias Lovillo, además de exigir presupuestos multianuales, ha insistido en que los recursos del presupuesto federal les sean depositados directamente a las universidades.
En efecto, para nadie es un misterio que en todos los gobiernos estatales, las áreas administrativas (como la Sefiplan en Veracruz) utilizan recursos frescos como los enviados a la universidad pública, para apagar fuegos no precisamente fatuos, postergando su aplicación en los rubros para los que fueron etiquetados.
Como las vividas por la UV, prácticamente todas las dependencias y organismos públicos también experimentaron privaciones por esta práctica tan usual como ilegal.
Lo que parece extraño es que hasta ahora, en que ha entrado un nuevo inquilino en Palacio de Gobierno, Arias Lovillo haga más diáfana esta denuncia que, otrora, sólo mereció mensajes cifrados.
Y su discurso puede ser para dos destinatarios: Javier Duarte de Ochoa y su nueva estructura financiera y gubernamental, como para poner a tono el músculo político; y los propios universitarios, como una forma de cerrar filas en su favor y esconder sus torpezas en materia de gestión financiera.
Y si no lo creen, cheque lo que, en un artículo suyo publicado en diversos medios, Arias Lovillo señala:
“En este Consejo Universitario próximo, haremos nuevamente una reflexión a fondo del entorno político. Hay evidentes hechos que nos obligan a hacerlo. Hay esbozos unilaterales de que se está modulando una nueva relación con el gobierno local, que esperamos [sea] de comprensión y respeto”. (Continuará)
Las penurias económicas por las que atraviesa la Universidad Veracruzana le han hecho utilizar los micrófonos, tanto propios como los que le proporcionan los medios de comunicación, para lanzar duras diatribas.
Sin restarle la más mínima razón a sus alegatos públicos, en los que por cierto ha estado ausente la más básica de las cortesías, lo cierto es que, buen académico, Arias Lovillo ha mostrado serias dificultades en materia de negociación para obtener fondos económicos adicionales.
Y eso lo tiene realmente consternado.
La lucha del rector universitario, sin embargo, semeja la emprendida por el Quijote contra los molinos de viento, lo que hace sospechar un móvil político más que una real intención de mejorar la situación financiera de la casa de estudios.
Por ejemplo, en lo que al gobierno estatal se refiere, sus demandas públicas han iniciado prácticamente una vez que su antiguo aliado, Fidel Herrera Beltrán, ha concluido su mandato.
Y ello, pese a que –según se desprende de sus declaraciones– fue durante dicha gestión cuando se afectaron los flujos de recursos federales, depositados por la SEP en la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan).
El más público de los diques construidos en la Sefiplan, y que ha mantenido en ascuas a miles de jóvenes veracruzanos, es el que ha detenido los recursos orientados al pago de los apoyos del Programa Nacional de Becas para Educación Superior (Pronabes).
Como éste, sin embargo, ha habido otros y con muchos más recursos en juego.
Por ello, en diversos foros nacionales (como los de ANUIES) e internacionales, en su calidad de presidente de la Organización Universitaria Interamericana (OUI), Arias Lovillo, además de exigir presupuestos multianuales, ha insistido en que los recursos del presupuesto federal les sean depositados directamente a las universidades.
En efecto, para nadie es un misterio que en todos los gobiernos estatales, las áreas administrativas (como la Sefiplan en Veracruz) utilizan recursos frescos como los enviados a la universidad pública, para apagar fuegos no precisamente fatuos, postergando su aplicación en los rubros para los que fueron etiquetados.
Como las vividas por la UV, prácticamente todas las dependencias y organismos públicos también experimentaron privaciones por esta práctica tan usual como ilegal.
Lo que parece extraño es que hasta ahora, en que ha entrado un nuevo inquilino en Palacio de Gobierno, Arias Lovillo haga más diáfana esta denuncia que, otrora, sólo mereció mensajes cifrados.
Y su discurso puede ser para dos destinatarios: Javier Duarte de Ochoa y su nueva estructura financiera y gubernamental, como para poner a tono el músculo político; y los propios universitarios, como una forma de cerrar filas en su favor y esconder sus torpezas en materia de gestión financiera.
Y si no lo creen, cheque lo que, en un artículo suyo publicado en diversos medios, Arias Lovillo señala:
“En este Consejo Universitario próximo, haremos nuevamente una reflexión a fondo del entorno político. Hay evidentes hechos que nos obligan a hacerlo. Hay esbozos unilaterales de que se está modulando una nueva relación con el gobierno local, que esperamos [sea] de comprensión y respeto”. (Continuará)
viernes, 10 de diciembre de 2010
Los méritos y los retos de Leticia Perlasca
Apuntalada por la dirigente nacional del PRI, Beatriz Paredes Rangel, Leticia Perlasca Núñez es una destacada administradora y política que no acostumbra sólo sobrevolar las dependencias que le encomiendan.
Ha dejado huella en sus anteriores encargos y es posible que no haya logrado más no por falta de ganas o capacidad sino por carencia de recursos o por llamados a la medianía de parte de sus superiores.
Digo que es una buena señal porque Perlasca Núñez ha trabajado en aspectos educativos y culturales y en ambos casos ha mostrado arrojo, creatividad, innovación, amplitud de miras y trabajo en equipo.
Ya fue directora del Instituto Veracruzano de la Cultura (IVEC) –que estará bajo su mirada por ser parte de la estructura de la secretaría a su cargo–, y en su gestión fue reconocida por el trabajo realizado, sobre todo en aspectos editoriales.
En los últimos seis años dirigió el subsistema de Colegios de Bachilleres (Cobaev), donde motivó la identificación y el orgullo de pertenencia de los miles de estudiantes que cursan su educación media superior en diversos planteles del estado; además, consolidó diversos proyectos de modernización y promovió la participación de la comunidad académica en aspectos culturales.
Lo que hoy se le presenta, sin embargo, es de dimensiones mayores: deberá armonizar una vocación histórica de la entidad –la que tiene que ver con la explotación de sus atractivos naturales– con la promoción y difusión de los bienes tangibles e intangibles de los veracruzanos.
Agrandar la cancha, su primera encomienda
La nueva secretaria de Turismo, Cultura y Cinematografía deberá acabar con el clásico discurso del número de cuartos de hotel construidos, de los porcentajes de ocupación que sólo benefician a ciertos consorcios hoteleros y la oferta relacionada con infraestructura de convenciones, para enfocarse en todos los puntos de atracción de la entidad que permitan fortalecer una oferta diversificada para consumo del turista nacional.
El gobernador Javier Duarte de Ochoa le ha encomendado rescatar los extremos geográficos de Veracruz, el norte y el sur, para incorporarlos en un programa integrador de turismo, dejando para la historia políticas orientadas a fortalecer sólo la infraestructura turística de la conurbación Veracruz-Boca del Río.
Por lo pronto, la construcción en los siguientes años de la autopista Tuxpan-Tampico (primera obra puesta en marcha por el gobernador Duarte luego de tomar posesión) permitirá integrar económicamente al norte del estado, más identificado con Tamaulipas, y dar soporte de comunicaciones a proyectos de explotación turística.
La región sur ha avanzado desde hace años en materia turística, aunque poco se le ha apoyado desde el gobierno estatal. Tiene, frente al norte, la enorme ventaja de contar con infraestructura carretera y aeroportuaria, por lo que la instrucción del nuevo gobernador puede ser determinante para su configuración como eje de atracción de turismo nacional e internacional.
Si se le deja y se le dan los apoyos, Leticia Perlasca podrá impulsar la actividad turística con este enfoque integrador.
Para lograrlo, no sólo deberá generar sinergias locales con prestadores de servicios, organizaciones sociales, cámaras empresariales y el gobierno estatal, sino también atraer recursos federales.
No hay que olvidar que, a partir de 2011, el gobierno calderonista hará una fuerte inversión en torno a la campaña “Ideas por México”, con el objetivo de incrementar el turismo nacional en un 15 por ciento, en los dos últimos años de su gestión. Veracruz no puede quedar fuera de esa estrategia de promoción.
Ha dejado huella en sus anteriores encargos y es posible que no haya logrado más no por falta de ganas o capacidad sino por carencia de recursos o por llamados a la medianía de parte de sus superiores.
Digo que es una buena señal porque Perlasca Núñez ha trabajado en aspectos educativos y culturales y en ambos casos ha mostrado arrojo, creatividad, innovación, amplitud de miras y trabajo en equipo.
Ya fue directora del Instituto Veracruzano de la Cultura (IVEC) –que estará bajo su mirada por ser parte de la estructura de la secretaría a su cargo–, y en su gestión fue reconocida por el trabajo realizado, sobre todo en aspectos editoriales.
En los últimos seis años dirigió el subsistema de Colegios de Bachilleres (Cobaev), donde motivó la identificación y el orgullo de pertenencia de los miles de estudiantes que cursan su educación media superior en diversos planteles del estado; además, consolidó diversos proyectos de modernización y promovió la participación de la comunidad académica en aspectos culturales.
Lo que hoy se le presenta, sin embargo, es de dimensiones mayores: deberá armonizar una vocación histórica de la entidad –la que tiene que ver con la explotación de sus atractivos naturales– con la promoción y difusión de los bienes tangibles e intangibles de los veracruzanos.
Agrandar la cancha, su primera encomienda
La nueva secretaria de Turismo, Cultura y Cinematografía deberá acabar con el clásico discurso del número de cuartos de hotel construidos, de los porcentajes de ocupación que sólo benefician a ciertos consorcios hoteleros y la oferta relacionada con infraestructura de convenciones, para enfocarse en todos los puntos de atracción de la entidad que permitan fortalecer una oferta diversificada para consumo del turista nacional.
El gobernador Javier Duarte de Ochoa le ha encomendado rescatar los extremos geográficos de Veracruz, el norte y el sur, para incorporarlos en un programa integrador de turismo, dejando para la historia políticas orientadas a fortalecer sólo la infraestructura turística de la conurbación Veracruz-Boca del Río.
Por lo pronto, la construcción en los siguientes años de la autopista Tuxpan-Tampico (primera obra puesta en marcha por el gobernador Duarte luego de tomar posesión) permitirá integrar económicamente al norte del estado, más identificado con Tamaulipas, y dar soporte de comunicaciones a proyectos de explotación turística.
La región sur ha avanzado desde hace años en materia turística, aunque poco se le ha apoyado desde el gobierno estatal. Tiene, frente al norte, la enorme ventaja de contar con infraestructura carretera y aeroportuaria, por lo que la instrucción del nuevo gobernador puede ser determinante para su configuración como eje de atracción de turismo nacional e internacional.
Si se le deja y se le dan los apoyos, Leticia Perlasca podrá impulsar la actividad turística con este enfoque integrador.
Para lograrlo, no sólo deberá generar sinergias locales con prestadores de servicios, organizaciones sociales, cámaras empresariales y el gobierno estatal, sino también atraer recursos federales.
No hay que olvidar que, a partir de 2011, el gobierno calderonista hará una fuerte inversión en torno a la campaña “Ideas por México”, con el objetivo de incrementar el turismo nacional en un 15 por ciento, en los dos últimos años de su gestión. Veracruz no puede quedar fuera de esa estrategia de promoción.
jueves, 9 de diciembre de 2010
¿Recuperará Duarte el potencial turístico de Veracruz?
A la exacción tremebunda de recursos públicos vivida en el sexenio anterior, que está maniatando la toma de decisiones en la gestión naciente, Veracruz ha debido sumar los efectos desastrosos de los fenómenos meteorológicos de septiembre pasado, que afectaron no sólo vidas y viviendas sino también la economía e infraestructura turística en el centro del estado.
Para nadie es un secreto que Veracruz sufre una crisis económica severa, pese a que han querido hacernos creer que los números macroeconómicos indican una supremacía de la entidad en casi todos los indicadores de desarrollo, incluso por arriba de la media nacional, lo que deberá revisarse para desvelar el misterio de tanta penuria en medio de discursos de endiablado optimismo.
Las actividades turísticas pueden ser una tabla inmediata de salvamento, siempre y cuando la población que vive del sector cuente con el respaldo oportuno de su gobierno para atraer en el periodo vacacional decembrino al mayor número de visitantes nacionales y, con ello, paliar las pérdidas resentidas.
El nombramiento de Leticia Perlasca Núñez como secretaria de Turismo, Cultura y Cinematografía es una buena señal por parte del gobernador Javier Duarte de Ochoa de que tomará en serio este sector tan olvidado pese a su enorme potencial para generar empleos y riqueza.
Los efectos del nombramiento, estamos seguros, garantizan para el mediano y largo plazos buenos dividendos, con una gestión estratégica e innovadora.
Lo que será difícil es que en lo inmediato se puedan aplicar acciones que redunden en el flujo de turistas nacionales en un fin de año en que todas las dependencias estatales presentan pasivos importantes.
La secretaría de Turismo, sin ir más lejos, tiene adeudos heredados que rondan los 20 millones de pesos, según lo ha declarado su nueva titular. (Continuará)
Foto: Tlacotalpan inundada, de Óscar Martínez López
Para nadie es un secreto que Veracruz sufre una crisis económica severa, pese a que han querido hacernos creer que los números macroeconómicos indican una supremacía de la entidad en casi todos los indicadores de desarrollo, incluso por arriba de la media nacional, lo que deberá revisarse para desvelar el misterio de tanta penuria en medio de discursos de endiablado optimismo.
Las actividades turísticas pueden ser una tabla inmediata de salvamento, siempre y cuando la población que vive del sector cuente con el respaldo oportuno de su gobierno para atraer en el periodo vacacional decembrino al mayor número de visitantes nacionales y, con ello, paliar las pérdidas resentidas.
El nombramiento de Leticia Perlasca Núñez como secretaria de Turismo, Cultura y Cinematografía es una buena señal por parte del gobernador Javier Duarte de Ochoa de que tomará en serio este sector tan olvidado pese a su enorme potencial para generar empleos y riqueza.
Los efectos del nombramiento, estamos seguros, garantizan para el mediano y largo plazos buenos dividendos, con una gestión estratégica e innovadora.
Lo que será difícil es que en lo inmediato se puedan aplicar acciones que redunden en el flujo de turistas nacionales en un fin de año en que todas las dependencias estatales presentan pasivos importantes.
La secretaría de Turismo, sin ir más lejos, tiene adeudos heredados que rondan los 20 millones de pesos, según lo ha declarado su nueva titular. (Continuará)
Foto: Tlacotalpan inundada, de Óscar Martínez López
miércoles, 8 de diciembre de 2010
Los alcances en cultura y turismo en Veracruz
A pesar de que Veracruz es un territorio en que el turismo nacional ha encontrado por décadas el alivio vacacional que sus limitados recursos puede proporcionarles, gracias –entre otras cosas– a la cercanía con la capital del país, la legendaria hospitalidad de sus habitantes y los módicos precios de sus productos y servicios, los últimos gobiernos estatales han acumulado una creciente deuda con este sector considerado uno de los más dinámicos de la economía.
Desde la visión hollywoodesca de Miguel Alemán Velazco, cuyas más fuertes inversiones las aplicó en publicidad y mercadotecnia, favoreciendo pingües negocios de amigos y familiares, hasta la disminuida atención prestada por Fidel Herrera Beltrán, más concentrado en el impulso a la inversión hotelera privada que en mejorar una oferta que permitiera llenar los miles de cuartos habilitados en su sexenio, el turismo ha carecido de una línea estratégica que busque generar derramas económicas crecientes.
En efecto, durante el gobierno alemanista se dio rienda suelta a la imaginación, se empezaron a vender algunas marcas que, en el caso de la Cumbre Tajín, se mantuvieron en el gobierno de la fidelidad, pero casi toda la inversión aplicada, que no fue poca, se destinó a empresas que llenaron sus cuentas gracias a la bondadosa tutoría gubernamental, con la dilapidación de recursos públicos, mientras que otros factores, como las vías de comunicación, el apoyo a las pequeñas y medianas empresas turísticas locales, la capacitación y fortalecimiento del capital humano, no recibieron la atención debida.
Por ello, los turistas de otras entidades e incluso extranjeros que se arriesgaban a acudir a festivales como el de El Tajín, o eran amantes del turismo de aventura o juraban no regresar el próximo año, porque la región Poza Rica-Tuxpan no recibió inversiones en infraestructura de comunicaciones y turismo, y todavía son pocos los inversionistas que arriesgan sus capitales para erigir hoteles en las zonas urbanas aledañas o en la denominada Costa Esmeralda, azotada por los continuos “nortes” y un olvido gubernamental que raya en la ignominia.
Que hayan dirigido la Secretaría de Turismo, Cultura y Cinematografía en el sexenio pasado, primero un amigo del gobernador y luego el compadre del periodista Joaquín López Dóriga, da idea de la importancia que tal sector significó en términos de políticas públicas.
Por si fuera poco, el creciente encono entre el gobernador Herrera y el presidente Calderón hizo trizas las débiles campañas publicitarias a favor de Veracruz. Aprovechando las televisoras nacionales, el gobierno federal enderezó campañas demoledoras que inhibieron buena parte de las intenciones de viaje al estado, con argumentos insoslayables: alta contaminación de las playas, riesgos en carreteras y mal clima, sin parar mientes en si tenían respaldo o no.
La respuesta veracruzana siempre fue débil: se buscaba atajar el impacto mediático de las grandes televisoras con declaraciones que sólo tenían eco en el ámbito regional, como para que los veracruzanos nos sintiéramos defendidos, sin que llegaran los desmentidos a nuestros potenciales visitantes.
Ahora que, si a turismo le fue mal, a cultura ni se diga. Los festivales artísticos que hubieran podido generar flujos turísticos anuales se fueron al caño y, en el caso del centro del estado, sólo fiestas como el carnaval de Veracruz o de La Candelaria en Tlacotalpan han logrado sobrevivir, más por impulso local que por otra cosa. Los demás fueron paulatinamente liquidados.
Lo que vino a poner la última palada al escenario turístico fueron las consecutivas afectaciones derivadas de los fenómenos meteorológicos de entre agosto y septiembre, que también afectaron el patrimonio cultural tangible en diversas partes del estado.
Desde la visión hollywoodesca de Miguel Alemán Velazco, cuyas más fuertes inversiones las aplicó en publicidad y mercadotecnia, favoreciendo pingües negocios de amigos y familiares, hasta la disminuida atención prestada por Fidel Herrera Beltrán, más concentrado en el impulso a la inversión hotelera privada que en mejorar una oferta que permitiera llenar los miles de cuartos habilitados en su sexenio, el turismo ha carecido de una línea estratégica que busque generar derramas económicas crecientes.
En efecto, durante el gobierno alemanista se dio rienda suelta a la imaginación, se empezaron a vender algunas marcas que, en el caso de la Cumbre Tajín, se mantuvieron en el gobierno de la fidelidad, pero casi toda la inversión aplicada, que no fue poca, se destinó a empresas que llenaron sus cuentas gracias a la bondadosa tutoría gubernamental, con la dilapidación de recursos públicos, mientras que otros factores, como las vías de comunicación, el apoyo a las pequeñas y medianas empresas turísticas locales, la capacitación y fortalecimiento del capital humano, no recibieron la atención debida.
Por ello, los turistas de otras entidades e incluso extranjeros que se arriesgaban a acudir a festivales como el de El Tajín, o eran amantes del turismo de aventura o juraban no regresar el próximo año, porque la región Poza Rica-Tuxpan no recibió inversiones en infraestructura de comunicaciones y turismo, y todavía son pocos los inversionistas que arriesgan sus capitales para erigir hoteles en las zonas urbanas aledañas o en la denominada Costa Esmeralda, azotada por los continuos “nortes” y un olvido gubernamental que raya en la ignominia.
Que hayan dirigido la Secretaría de Turismo, Cultura y Cinematografía en el sexenio pasado, primero un amigo del gobernador y luego el compadre del periodista Joaquín López Dóriga, da idea de la importancia que tal sector significó en términos de políticas públicas.
Por si fuera poco, el creciente encono entre el gobernador Herrera y el presidente Calderón hizo trizas las débiles campañas publicitarias a favor de Veracruz. Aprovechando las televisoras nacionales, el gobierno federal enderezó campañas demoledoras que inhibieron buena parte de las intenciones de viaje al estado, con argumentos insoslayables: alta contaminación de las playas, riesgos en carreteras y mal clima, sin parar mientes en si tenían respaldo o no.
La respuesta veracruzana siempre fue débil: se buscaba atajar el impacto mediático de las grandes televisoras con declaraciones que sólo tenían eco en el ámbito regional, como para que los veracruzanos nos sintiéramos defendidos, sin que llegaran los desmentidos a nuestros potenciales visitantes.
Ahora que, si a turismo le fue mal, a cultura ni se diga. Los festivales artísticos que hubieran podido generar flujos turísticos anuales se fueron al caño y, en el caso del centro del estado, sólo fiestas como el carnaval de Veracruz o de La Candelaria en Tlacotalpan han logrado sobrevivir, más por impulso local que por otra cosa. Los demás fueron paulatinamente liquidados.
Lo que vino a poner la última palada al escenario turístico fueron las consecutivas afectaciones derivadas de los fenómenos meteorológicos de entre agosto y septiembre, que también afectaron el patrimonio cultural tangible en diversas partes del estado.
jueves, 2 de diciembre de 2010
SEV: Los nuevos rostros
Ya hemos dicho que Adolfo Mota Hernández, nuevo titular de la SEV deberá apuntalar su equipo cercano de colaboradores, con profesionistas capaces de dar golpes de timón en materia de innovación y calidad educativa, porque en los puestos formales de subsecretarios generalmente arriban personajes surgidos al calor de las negociaciones políticas.
Aunque al momento de escribir estas líneas no había confirmación oficial, prácticamente han sido definidos los funcionarios que estarán a cargo de las subsecretarías de la SEV.
En la subsecretaría de Educación Básica, era casi segura la incorporación del exdiputado local y exdirigente de la sección 32 del SNTE, profesor Fernando González Arroyo, quien había sido apuntalado para llegar al puesto que hoy ocupa quien durante su gestión como diputado federal propuso diversos puntos de acuerdo a favor de la educación en Veracruz.
Sin embargo, varios consideraban que era posible que se mantuviera en el puesto la maestra Xóchitl Osorio.
Para nadie en la SEV es un secreto que la de Educación Básica es la única subsecretaría que cuenta con poder y manejo presupuestal.
De ahí que las otras dos carteras constituyan meros escaparates políticos.
A la subsecretaría de Educación Media Superior y Superior, en sustitución de Rafael Ortiz Castañeda, arriba Denisse Uscanga Méndez, quien una vez en el cargo constatará que le iba mejor en su anterior puesto como directora general de Bachillerato, al menos en lo que a manejo presupuestal se refiere.
Lo mismo le sucederá a Nemesio Domínguez Domínguez, exdiputado federal con una larga trayectoria política en el PRI, y administrativa en el DIF estatal, quien sustituirá a Domingo Alberto Martínez Reséndiz en la subsecretaría de Desarrollo Educativo, donde poco podrá hacer si no negocia adecuadamente el destino de recursos a proyectos que tienen que ver con la labor editorial y cívica de la SEV.
En sustitución de Edgar Spinoso Carrera, quien se desempeñaba como Oficial Mayor de la SEV y ahora es subsecretario de la Secretaría de Finanzas y Planeación, ha empezado a operar Gabriel Deantes Ramos, un colaborador de muchos años del gobernador Javier Duarte.
Hasta donde sabemos, las tareas relacionadas con la difusión de las tareas que desarrolle la SEV estará en manos de un viejo conocido nuestro, el periodista Arturo Reyes Isidoro, con mucha experiencia en la brega de la comunicación, quien sustituye a Rogelio Marín, quien realizó un extraordinario trabajo al lado del exsecretario Víctor Arredondo.
Aunque al momento de escribir estas líneas no había confirmación oficial, prácticamente han sido definidos los funcionarios que estarán a cargo de las subsecretarías de la SEV.
En la subsecretaría de Educación Básica, era casi segura la incorporación del exdiputado local y exdirigente de la sección 32 del SNTE, profesor Fernando González Arroyo, quien había sido apuntalado para llegar al puesto que hoy ocupa quien durante su gestión como diputado federal propuso diversos puntos de acuerdo a favor de la educación en Veracruz.
Sin embargo, varios consideraban que era posible que se mantuviera en el puesto la maestra Xóchitl Osorio.
Para nadie en la SEV es un secreto que la de Educación Básica es la única subsecretaría que cuenta con poder y manejo presupuestal.
De ahí que las otras dos carteras constituyan meros escaparates políticos.
A la subsecretaría de Educación Media Superior y Superior, en sustitución de Rafael Ortiz Castañeda, arriba Denisse Uscanga Méndez, quien una vez en el cargo constatará que le iba mejor en su anterior puesto como directora general de Bachillerato, al menos en lo que a manejo presupuestal se refiere.
Lo mismo le sucederá a Nemesio Domínguez Domínguez, exdiputado federal con una larga trayectoria política en el PRI, y administrativa en el DIF estatal, quien sustituirá a Domingo Alberto Martínez Reséndiz en la subsecretaría de Desarrollo Educativo, donde poco podrá hacer si no negocia adecuadamente el destino de recursos a proyectos que tienen que ver con la labor editorial y cívica de la SEV.
En sustitución de Edgar Spinoso Carrera, quien se desempeñaba como Oficial Mayor de la SEV y ahora es subsecretario de la Secretaría de Finanzas y Planeación, ha empezado a operar Gabriel Deantes Ramos, un colaborador de muchos años del gobernador Javier Duarte.
Hasta donde sabemos, las tareas relacionadas con la difusión de las tareas que desarrolle la SEV estará en manos de un viejo conocido nuestro, el periodista Arturo Reyes Isidoro, con mucha experiencia en la brega de la comunicación, quien sustituye a Rogelio Marín, quien realizó un extraordinario trabajo al lado del exsecretario Víctor Arredondo.
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SNTE
miércoles, 1 de diciembre de 2010
Los retos de Adolfo Mota en educación
Adolfo Mota Hernández se ha convertido en el nuevo secretario de Educación de Veracruz.
Con el nombramiento hecho en su persona por el gobernador Javier Duarte de Ochoa se ha dejado a un lado el largo periodo de incertidumbre que significó la presión ejercida por el SNTE para nombrar en su lugar a uno de sus exdirigentes seccionales, si bien tendrá el murmullo persistente de la poderosa organización desde la trinchera más cercana, la subsecretaría de Educación Básica.
El ex diputado local y federal, quien a principios del gobierno saliente de Fidel Herrera se desempeñó por breve tiempo como subsecretario de Educación, ha pasado a una posición de relevancia, no sólo por la materia de que se hará cargo, la educación, sino también por manejar el mayor porcentaje del presupuesto estatal.
Aunque son datos previos a lo que apruebe el Congreso local, sumando las asignaciones a dependencias públicas, organismos públicos descentralizados, fideicomisos públicos e inversiones gubernamentales orientadas al tema, la educación dispondría en 2011 de recursos cercanos a los 33 mil millones de pesos, cerca del 43 por ciento del presupuesto total.
Y de esos 33 mil millones, la SEV administraría directamente cerca del 87 por ciento. Si además, excepción hecha de los casi 3,700 millones de pesos que se asignan a la Universidad Veracruzana, sumamos los que tendrá bajo su observación como cabeza de sector, ya podemos imaginar el enorme potencial que puede desplegar quien ya está al frente de la dependencia.
El diligente coatepecano tendrá como uno de sus mayores retos mantener e, incluso, elevar los niveles de aprovechamiento escolar que ha logrado el sistema educativo veracruzano en las evaluaciones que aplican organismos nacionales e internacionales.
En sus manos estará hacer que Veracruz ponga la pica más alta en el mapa educativo nacional.
Lo primero que se le presentará en la agenda será elegir a un buen grupo de mariscales de campo que le permita aprovechar al máximo las sinergias creadas; un grupo que permita establecer estrategias y programas innovadores que influyan positivamente en los programas normales.
Ya el gobernador Javier Duarte de Ochoa ha puesto en claro, aunque en términos generales, los principales derroteros en materia de educación.
Uno de ellos tiene que ver con el aprovechamiento de las nuevas tecnologías, no sólo para apuntalar servicios en materias tales como comunicación, salud, administración pública y seguridad, sino fundamentalmente en educación, con programas como la Red Estatal del Conocimiento (REC).
En este sentido, cobra relevancia el hecho de que el gobierno federal, a través de las secretarías de Comunicaciones y Transportes (SCT) y de Educación Pública (SEP), hayan hecho una inversión millonaria para la utilización de 33 mil kilómetros de su red de fibra óptica para la distribución de internet mediante tecnología wi-fi, cuyo objetivo es aprovechar este recurso a favor de la educación.
Hay que recordar que Veracruz fue pionero en la propuesta de instalación de dispositivos para internet inalámbrico en las antenas de C-4 de la Secretaría de Seguridad Pública, que permitirían la democratización en el acceso a estas herramientas sobre todo en comunidades rurales marginadas.
Duarte dijo en su discurso inaugural muchas veces “como nunca”. Y en el caso de educación se refirió al apoyo que como nunca se le dará, no sólo mediante el impulso de la REC sino también de otros programas que buscan mejorar el aprendizaje, el conocimiento y el bienestar de los más de un millón de estudiantes de todos los niveles.
Aunque es posible que no lo haya escuchado, pues llegó casi al final del acto, la dirigente Elba Esther Gordillo seguramente se alegró del anuncio de aumentar en 700 escuelas al programa de tiempo completo, así como de escuelas multigrado, un proyecto largamente apuntalado por el SNTE porque ello representa aumentar su membrecía.
Para apuntalar la educación superior, uno de los temas que le tocará poner en marcha al nuevo secretario, además de brindar el respaldo a la UV, es el relativo a la creación de la Universidad Popular Autónoma de Veracruz, sustentado (aunque con una dudosa calidad educativa) en el Instituto Veracruzano de Educación Superior (IVE).
El papel de Adolfo Mota como titular de la SEV será, sin duda, lograr que el proyecto no sólo abra múltiples oportunidades de educación profesional a los veracruzanos, sino que ésta sea de calidad.
Con el nombramiento hecho en su persona por el gobernador Javier Duarte de Ochoa se ha dejado a un lado el largo periodo de incertidumbre que significó la presión ejercida por el SNTE para nombrar en su lugar a uno de sus exdirigentes seccionales, si bien tendrá el murmullo persistente de la poderosa organización desde la trinchera más cercana, la subsecretaría de Educación Básica.
El ex diputado local y federal, quien a principios del gobierno saliente de Fidel Herrera se desempeñó por breve tiempo como subsecretario de Educación, ha pasado a una posición de relevancia, no sólo por la materia de que se hará cargo, la educación, sino también por manejar el mayor porcentaje del presupuesto estatal.
Aunque son datos previos a lo que apruebe el Congreso local, sumando las asignaciones a dependencias públicas, organismos públicos descentralizados, fideicomisos públicos e inversiones gubernamentales orientadas al tema, la educación dispondría en 2011 de recursos cercanos a los 33 mil millones de pesos, cerca del 43 por ciento del presupuesto total.
Y de esos 33 mil millones, la SEV administraría directamente cerca del 87 por ciento. Si además, excepción hecha de los casi 3,700 millones de pesos que se asignan a la Universidad Veracruzana, sumamos los que tendrá bajo su observación como cabeza de sector, ya podemos imaginar el enorme potencial que puede desplegar quien ya está al frente de la dependencia.
El diligente coatepecano tendrá como uno de sus mayores retos mantener e, incluso, elevar los niveles de aprovechamiento escolar que ha logrado el sistema educativo veracruzano en las evaluaciones que aplican organismos nacionales e internacionales.
En sus manos estará hacer que Veracruz ponga la pica más alta en el mapa educativo nacional.
Lo primero que se le presentará en la agenda será elegir a un buen grupo de mariscales de campo que le permita aprovechar al máximo las sinergias creadas; un grupo que permita establecer estrategias y programas innovadores que influyan positivamente en los programas normales.
Ya el gobernador Javier Duarte de Ochoa ha puesto en claro, aunque en términos generales, los principales derroteros en materia de educación.
Uno de ellos tiene que ver con el aprovechamiento de las nuevas tecnologías, no sólo para apuntalar servicios en materias tales como comunicación, salud, administración pública y seguridad, sino fundamentalmente en educación, con programas como la Red Estatal del Conocimiento (REC).
En este sentido, cobra relevancia el hecho de que el gobierno federal, a través de las secretarías de Comunicaciones y Transportes (SCT) y de Educación Pública (SEP), hayan hecho una inversión millonaria para la utilización de 33 mil kilómetros de su red de fibra óptica para la distribución de internet mediante tecnología wi-fi, cuyo objetivo es aprovechar este recurso a favor de la educación.
Hay que recordar que Veracruz fue pionero en la propuesta de instalación de dispositivos para internet inalámbrico en las antenas de C-4 de la Secretaría de Seguridad Pública, que permitirían la democratización en el acceso a estas herramientas sobre todo en comunidades rurales marginadas.
Duarte dijo en su discurso inaugural muchas veces “como nunca”. Y en el caso de educación se refirió al apoyo que como nunca se le dará, no sólo mediante el impulso de la REC sino también de otros programas que buscan mejorar el aprendizaje, el conocimiento y el bienestar de los más de un millón de estudiantes de todos los niveles.
Aunque es posible que no lo haya escuchado, pues llegó casi al final del acto, la dirigente Elba Esther Gordillo seguramente se alegró del anuncio de aumentar en 700 escuelas al programa de tiempo completo, así como de escuelas multigrado, un proyecto largamente apuntalado por el SNTE porque ello representa aumentar su membrecía.
Para apuntalar la educación superior, uno de los temas que le tocará poner en marcha al nuevo secretario, además de brindar el respaldo a la UV, es el relativo a la creación de la Universidad Popular Autónoma de Veracruz, sustentado (aunque con una dudosa calidad educativa) en el Instituto Veracruzano de Educación Superior (IVE).
El papel de Adolfo Mota como titular de la SEV será, sin duda, lograr que el proyecto no sólo abra múltiples oportunidades de educación profesional a los veracruzanos, sino que ésta sea de calidad.
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