Este martes 23 de noviembre, el secretario de Educación Víctor Arredondo, compareció ante comisiones del Congreso local para precisar datos, ampliar información y poner de relieve el trabajo realizado por el gobierno saliente en materia de educación, muchos de cuyos logros han permitido ubicar a Veracruz en la mira de expertos nacionales e internacionales, además de recibir diversos reconocimientos por sus políticas innovadoras.
Un punto que conviene destacar del trabajo del cordobés al frente de la SEV, porque representa una estrategia de intervención colateral en el proceso de mejora de la calidad educativa, ha sido la de reforzar las acciones enfocadas a actualizar al magisterio y apoyar su trabajo en las aulas, mediante la incorporación de proyectos detonadores que aprovecharon las nuevas tecnologías.
Y considero relevante porque, gracias a ellos, hubo una importante influencia en los procesos educativos y en su seguimiento puntual, lo que no hubiera sido posible mediante formatos presenciales que habrían requerido, además de muchos recursos y pérdida de horas clase, fatigosas y no necesariamente fructíferas negociaciones con los sindicatos magisteriales.
Lo realizado por el exrector de la Universidad Veracruzana, buena parte de su gestión con el molesto bisbiseo del gobernador Fidel Herrera Beltrán, ha permitido incluso que Veracruz destaque en iniciativas que, o fueron posteriormente retomadas por el gobierno federal y el SNTE, como el de la selección mediante examen de los maestros que buscaban plazas magisteriales o la creación de una universidad virtual como el Instituto Consorcio Clavijero, o deberán retomarse próximamente como el concepto de ganancia educativa, que permite dar seguimiento individualizado del desempeño escolar de cada estudiante, o la alfabetización digital con énfasis en zonas marginadas, como lo realizó mediante el proyecto Vasconcelos.
Ante los diputados locales Ulises Ochoa Valdivia, Isela González Domínguez y Enrique Levet Gorozpe, integrantes de la Comisión de Educación y Cultura, en un auditorio lleno que no fue suficiente para albergar a los interesados, Arredondo informó que, con base en resultados medibles y verificables, la SEV cumplió con el 96.36 por ciento de las metas propuestas en su Programa Sectorial 2005-2010, y se colocó al estado de Veracruz entre las primeras diez entidades en la tabla nacional del sistema educativo.
Y eso se ha logrado en circunstancias realmente complejas de extensión, dispersión y diversidad de trabajo, si consideramos que Veracruz es la entidad que tiene el mayor número de escuelas del país (23 mil 644 planteles), en que se da atención a una población escolar de 2 millones 987 mil 231 alumnos, entre los que se encuentran 14 grupos étnicos. Para lograrlo, dijo Arredondo, fue necesario un esfuerzo en el que, además de la propia estructura educativa en su totalidad, incluidos los proyectos detonadores (Programa Galileo, Sistema Único de Información, Instituto Consorcio Clavijero, Canal Educativo, Centros Rébsamen, Programa Vasconcelos y ORACVER, entre otros), también se contó con la participación social, que permitió una constante retroalimentación con las autoridades educativas.
En los últimos seis años se incrementó la matrícula en más de 71 mil estudiantes, se construyeron mil 311 nuevas escuelas y se incorporaron 15 mil 667 nuevos docentes. El mayor porcentaje de incremento en número de escuelas se ubica en educación superior (45 por ciento), nivel que experimentó el mayor crecimiento de la matrícula (29 por ciento). La cobertura experimentó crecimiento en educación básica (6.9 por ciento) para llegar al 101 por ciento; la media superior creció 13.1 por ciento, para lograr una cobertura global de 69.2 por ciento, mientras que la superior creció 7.9 puntos porcentuales, para llegar al 27.4 por ciento.
Muchos otros logros esgrimió Arredondo. Vamos a ver cómo puede, él o quien le sustituya, fortalecerlos.
jueves, 25 de noviembre de 2010
martes, 23 de noviembre de 2010
El SNTE quiere cogobernar Veracruz
Los dirigentes magisteriales están tirando a mansalva; quieren tener una larga navidad, un festín de seis años para hacerse de más poder y dinero, aunque la educación en Veracruz quede tendida en el suelo, catatónica y en estado terminal.
Los opuestos, bendecidos por su hada madrina Elba Esther Gordillo Morales, se han unido en franca cruzada para hacerse de la titularidad de la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV) y, en el empeño, echan una andanada de disparos de artillería, presionan en lo oscurito y pregonan a los cuatro vientos que sus cuadros garantizan una mejor educación para los veracruzanos.
Quien fuera dirigente de la sección 32 del SNTE de 2002 a 2005, Fernando González Arroyo, apenas en julio pasado se defendía de las acusaciones por malos manejos como presidente de la Junta de Coordinación Política en la Legislatura recién concluida, que le hicieron sus colegas Gustavo Moreno Ramos (exdirigente de la misma sección) y Ernesto Callejas Briones (actual dirigente de la sección 56), hoy diputados locales del Partido Nueva Alianza (Panal), aunque el segundo se ha regresado a atender el pingüe negocio de las cuotas sindicales.
“No soy corrupto ni ladrón”, les respondió entonces González Arroyo. Ahora resulta que los mismos que le atacaban, hoy le brindan su cobijo político para que el gobernador electo Javier Duarte de Ochoa lo nombre titular de la secretaría con mayor presupuesto en la entidad.
¿De quién es la mano que mece la cuna de tan aparentemente dispares orientaciones políticas? Nada menos que de uno de los personajes políticos más influyentes del país, la maestra Gordillo, quien ha sabido reunir mayor poder que durante el régimen de partido único, por su postura discrecional que le permite aliarse con cualquier partido, según las circunstancias y sus intereses.
En Veracruz, por ejemplo, logró con su partido posiciones en el Congreso local y en ayuntamientos, apoyó al candidato panista Miguel Ángel Yunes Linares por medio de la sección 56 y, al mismo tiempo, desplegó la ya débil maquinaria de la sección 32 para apoyar al PRI. Por eso se siente con derecho a negociar la principal perla de la corona para sus huestes.
Para ello se han unido en la batalla, tirios y troyanos. El exdiputado priista Hugo Alberto Vázquez Zárate, exdirigente de la sección 56 del SNTE, también echó el carro antes que los bueyes, y le prendió su veladora a Fernández Arroyo, de quien dijo que debía incluirse en la “terna” por la SEV porque tiene perfil de educador, es una persona muy capaz, conoce la administración pública y tiene tacto para negociar con las organizaciones magisteriales.
Por si no nos habíamos dado cuenta, detrás de los partidos políticos registrados, incluso para el que administran directamente, no existe más fuerza y proyecto que los del grupo que gobierna el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.
La Iglesia, en manos de Lutero
Que los maestros sepan de educación porque a ello se dedican, tiene sus matices. Según estudios hechos en el país, incluso por organismos internacionales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), es claro que la situación formativa de los formadores deja mucho que desear.
Y buena parte de la culpa de ese letargo que presentan miles de profesores de educación básica en materia de actualización e, incluso, de formación, se lo debemos justamente al SNTE y, por extensión, a los cientos de pequeños sindicatos que han proliferado en el país.
El problema no es que un maestro destacado en aspectos docentes y de administración educativa ocupe los puestos directivos en los niveles federal y estatal. No sólo sería deseable, sino necesario.
Lo que está en juego es que quienes buscan ocupar esos puestos, más que docentes involucrados en los procesos educativos, con amplia experiencia y formación, son los dirigentes magisteriales, y particularmente del sindicato creado en 1943 como brazo corporativo del PRI y que afilia a más de millón y medio de trabajadores, lo que lo ha convertido en el más rico y poderoso de México.
Y el punto aquí no es un interés genuino por elevar los niveles de calidad educativa en el país sino de una mayor concentración del poder que permita a los dirigentes magisteriales, no a los maestros a quienes mal representan, amasar fortunas, desplegar sin control sus mecanismos de corrupción y, sobre todo, ser factor político-electoral en el país. Nada de eso tiene que ver con la misión del magisterio y, menos, con la calidad educativa.
Ya Aurora Loyo Brambila, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, en un estudio sobre el papel histórico del SNTE, apunta que esta organización cogobierna el sistema de educación básica de México, ha formado su propio partido político, los secretarios de educación de varios estados son exdirigentes magisteriales; varios de sus miembros han obtenidos gubernaturas, diputaciones federales y locales y senadurías, y su apoyo es factor decisivo en los procesos electorales.
Y señala entre sus debilidades, su desinterés por los aspectos profesionales, débil participación de las bases, falta de transparencia en manejo de recursos e imbricación con la autoridad educativa.
El yerno cómodo de Elba Esther Gordillo, Fernando González Sánchez, subsecretario de Educación Básica de la SEP, es apenas uno de los más notorios miembros del SNTE enquistado en la administración educativa de México, porque en casi todos los estados del país, incluido Veracruz, controlan hace tiempo las decisiones tomadas en este nivel de educación.
Recientemente, la OCDE presentó 15 acciones para mejorar el sistema educativo nacional, entre las que destaco las siguientes: definir la enseñanza eficaz de un maestro, atraer a los mejores aspirantes a profesores, fortalecer la formación inicial docente y la selección de maestros, abrir todas las plazas a concurso, crear periodos de inducción y de prueba para nuevos maestros, mejorar el desarrollo profesional y evaluar para ayudar a mejorar.
¿Qué le respondió el SNTE? En primera, que muchas de las propuestas fueron ya hechas por la organización y están plasmadas en la Alianza por la Calidad de la Educación, firmada en mayo de 2008, y luego expían sus culpas repartiéndolas: no hay suficiente financiamiento para la mejora de la calidad en puntos como infraestructura y equipamiento escolar ni para la formación y actualización de los maestros.
En un singular comunicado publicado en su portal en internet, añade: “En materia de recursos, el SNTE plantea generar una sinergia que permita no sólo invertir, sino invertir mejor y con trasparencia (sic), que las entidades utilicen totalmente en la educación los recursos aprobados para este fin en la Cámara de Diputados”. Queda claro que no conocen lo que es transparencia si ni siquiera saben escribirla correctamente.
Se van contra la evaluación de profesores si de ella se deriva separar a quienes no obtengan resultados satisfactorios, porque “no puede haber este tipo de acciones mientras alguna de las partes involucradas en el sistema educativo incumpla con su obligación”.
Y añade: “no se puede cargar toda la responsabilidad de los resultados de las evaluaciones a los docentes, si estos no cuentan con instrumentos de capacitación y un acompañamiento técnico pedagógico pertinente y oportuno así como con la infraestructura y equipamiento que requieren los planteles en este Siglo XXI (sic). Hay que reflexionar siempre en los procesos y no únicamente en los resultados”.
Ni un pequeño asomo de autocrítica. Y son estos dirigentes quienes quiere tomar en sus manos la educación de Veracruz.
Fotos:
1. Elba Esther Gordillo Morales
2. Gustavo Moreno Ramos y Miguel Ángel Yunes
3. Ernesto Callejas Briones
4. Hugo Alberto Vázquez Zárate
5. Fernando González Sánchez
Los opuestos, bendecidos por su hada madrina Elba Esther Gordillo Morales, se han unido en franca cruzada para hacerse de la titularidad de la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV) y, en el empeño, echan una andanada de disparos de artillería, presionan en lo oscurito y pregonan a los cuatro vientos que sus cuadros garantizan una mejor educación para los veracruzanos.
Quien fuera dirigente de la sección 32 del SNTE de 2002 a 2005, Fernando González Arroyo, apenas en julio pasado se defendía de las acusaciones por malos manejos como presidente de la Junta de Coordinación Política en la Legislatura recién concluida, que le hicieron sus colegas Gustavo Moreno Ramos (exdirigente de la misma sección) y Ernesto Callejas Briones (actual dirigente de la sección 56), hoy diputados locales del Partido Nueva Alianza (Panal), aunque el segundo se ha regresado a atender el pingüe negocio de las cuotas sindicales.
“No soy corrupto ni ladrón”, les respondió entonces González Arroyo. Ahora resulta que los mismos que le atacaban, hoy le brindan su cobijo político para que el gobernador electo Javier Duarte de Ochoa lo nombre titular de la secretaría con mayor presupuesto en la entidad.
¿De quién es la mano que mece la cuna de tan aparentemente dispares orientaciones políticas? Nada menos que de uno de los personajes políticos más influyentes del país, la maestra Gordillo, quien ha sabido reunir mayor poder que durante el régimen de partido único, por su postura discrecional que le permite aliarse con cualquier partido, según las circunstancias y sus intereses.
En Veracruz, por ejemplo, logró con su partido posiciones en el Congreso local y en ayuntamientos, apoyó al candidato panista Miguel Ángel Yunes Linares por medio de la sección 56 y, al mismo tiempo, desplegó la ya débil maquinaria de la sección 32 para apoyar al PRI. Por eso se siente con derecho a negociar la principal perla de la corona para sus huestes.
Para ello se han unido en la batalla, tirios y troyanos. El exdiputado priista Hugo Alberto Vázquez Zárate, exdirigente de la sección 56 del SNTE, también echó el carro antes que los bueyes, y le prendió su veladora a Fernández Arroyo, de quien dijo que debía incluirse en la “terna” por la SEV porque tiene perfil de educador, es una persona muy capaz, conoce la administración pública y tiene tacto para negociar con las organizaciones magisteriales.
Por si no nos habíamos dado cuenta, detrás de los partidos políticos registrados, incluso para el que administran directamente, no existe más fuerza y proyecto que los del grupo que gobierna el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.
La Iglesia, en manos de Lutero
Que los maestros sepan de educación porque a ello se dedican, tiene sus matices. Según estudios hechos en el país, incluso por organismos internacionales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), es claro que la situación formativa de los formadores deja mucho que desear.
Y buena parte de la culpa de ese letargo que presentan miles de profesores de educación básica en materia de actualización e, incluso, de formación, se lo debemos justamente al SNTE y, por extensión, a los cientos de pequeños sindicatos que han proliferado en el país.
El problema no es que un maestro destacado en aspectos docentes y de administración educativa ocupe los puestos directivos en los niveles federal y estatal. No sólo sería deseable, sino necesario.
Lo que está en juego es que quienes buscan ocupar esos puestos, más que docentes involucrados en los procesos educativos, con amplia experiencia y formación, son los dirigentes magisteriales, y particularmente del sindicato creado en 1943 como brazo corporativo del PRI y que afilia a más de millón y medio de trabajadores, lo que lo ha convertido en el más rico y poderoso de México.
Y el punto aquí no es un interés genuino por elevar los niveles de calidad educativa en el país sino de una mayor concentración del poder que permita a los dirigentes magisteriales, no a los maestros a quienes mal representan, amasar fortunas, desplegar sin control sus mecanismos de corrupción y, sobre todo, ser factor político-electoral en el país. Nada de eso tiene que ver con la misión del magisterio y, menos, con la calidad educativa.
Ya Aurora Loyo Brambila, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, en un estudio sobre el papel histórico del SNTE, apunta que esta organización cogobierna el sistema de educación básica de México, ha formado su propio partido político, los secretarios de educación de varios estados son exdirigentes magisteriales; varios de sus miembros han obtenidos gubernaturas, diputaciones federales y locales y senadurías, y su apoyo es factor decisivo en los procesos electorales.
Y señala entre sus debilidades, su desinterés por los aspectos profesionales, débil participación de las bases, falta de transparencia en manejo de recursos e imbricación con la autoridad educativa.
El yerno cómodo de Elba Esther Gordillo, Fernando González Sánchez, subsecretario de Educación Básica de la SEP, es apenas uno de los más notorios miembros del SNTE enquistado en la administración educativa de México, porque en casi todos los estados del país, incluido Veracruz, controlan hace tiempo las decisiones tomadas en este nivel de educación.
Recientemente, la OCDE presentó 15 acciones para mejorar el sistema educativo nacional, entre las que destaco las siguientes: definir la enseñanza eficaz de un maestro, atraer a los mejores aspirantes a profesores, fortalecer la formación inicial docente y la selección de maestros, abrir todas las plazas a concurso, crear periodos de inducción y de prueba para nuevos maestros, mejorar el desarrollo profesional y evaluar para ayudar a mejorar.
¿Qué le respondió el SNTE? En primera, que muchas de las propuestas fueron ya hechas por la organización y están plasmadas en la Alianza por la Calidad de la Educación, firmada en mayo de 2008, y luego expían sus culpas repartiéndolas: no hay suficiente financiamiento para la mejora de la calidad en puntos como infraestructura y equipamiento escolar ni para la formación y actualización de los maestros.
En un singular comunicado publicado en su portal en internet, añade: “En materia de recursos, el SNTE plantea generar una sinergia que permita no sólo invertir, sino invertir mejor y con trasparencia (sic), que las entidades utilicen totalmente en la educación los recursos aprobados para este fin en la Cámara de Diputados”. Queda claro que no conocen lo que es transparencia si ni siquiera saben escribirla correctamente.
Se van contra la evaluación de profesores si de ella se deriva separar a quienes no obtengan resultados satisfactorios, porque “no puede haber este tipo de acciones mientras alguna de las partes involucradas en el sistema educativo incumpla con su obligación”.
Y añade: “no se puede cargar toda la responsabilidad de los resultados de las evaluaciones a los docentes, si estos no cuentan con instrumentos de capacitación y un acompañamiento técnico pedagógico pertinente y oportuno así como con la infraestructura y equipamiento que requieren los planteles en este Siglo XXI (sic). Hay que reflexionar siempre en los procesos y no únicamente en los resultados”.
Ni un pequeño asomo de autocrítica. Y son estos dirigentes quienes quiere tomar en sus manos la educación de Veracruz.
Fotos:
1. Elba Esther Gordillo Morales
2. Gustavo Moreno Ramos y Miguel Ángel Yunes
3. Ernesto Callejas Briones
4. Hugo Alberto Vázquez Zárate
5. Fernando González Sánchez
lunes, 15 de noviembre de 2010
Las lecciones que nos deja Jazzuv
Ha concluido, muy a pesar de quienes pudimos disfrutarlo, el tercer festival internacional Jazzuv en Xalapa.
Con el grito de guerra de convertir a la ciudad en la Meca del jazz en México, hecho por Francisco Mela, director artístico del festival, la celebración de este encuentro que tuvo un alto contenido educativo ha puesto de relieve la gran vocación cultural de la capital veracruzana.
Por ello, el festival ideado y promovido por Edgar Dorantes, con el apoyo de cientos de jóvenes y amantes del jazz, ha satisfecho -y superado- todas las expectativas que se tenían de él, no sólo en la percepción de sus organizadores, sino también del público local y nacional, de expertos nacionales e internacionales, músicos participantes y estudiantes que buscan convertirse en promotores y ejecutantes de este género nacido en los Estados Unidos pero que ha sido adoptado, con sus necesarias variantes, en todo el mundo.
La pasada ha sido una semana para consagrar una iniciativa multifacética y ambiciosa en un verdadero fenómeno cultural. Y no sólo ha dejado un buen sabor de boca en quienes disfrutamos este género musical, sino también ha legado muchas lecciones y pistas sobre cómo debe proyectarse a la ciudad como un centro de atracción turística a partir de las manifestaciones culturales.
Ha hecho destacar a la Universidad Veracruzana, en cuyo seno ha cobrado vida un proyecto educativo como el que da nombre al festival y que busca formar a intérpretes del jazz, pero, sobre todo, ha permitido resaltar la gran capacidad de su director y entusiasta impulsor, Edgar Dorantes, quien se multiplicó en audaces gestiones que permitieron traer a grandes figuras del jazz internacional, gracias a apoyos obtenidos del gobierno federal, a través del Conaculta y el Fonca, además de algunos patrocinadores privados, sin los cuales no se hubiera podido armar este singular festín musical.
También ha puesto en deuda a la propia institución anfitriona, que no dio tanto recurso económico como el que ha dispuesto para otras actividades de menor catadura, y ha evidenciado la infausta visión de las autoridades municipales para quienes esta oportunidad de colocar a la ciudad que mal administran en el mapa de los centros culturales más importantes del país ni les pasó por la cabeza.
Incluso, ha colocado en situación de extrañamiento al desorientado (y prácticamente desconocido) secretario de Turismo y Cultura del gobierno estatal, Ángel Álvaro Peña, quien en los últimos días ha parecido chivo en cristalería con sus penosas declaraciones a la prensa, con aquello de que su mermada autoridad es más cuestionada aún por el vendedor de Veracruz como set cinematográfico, Próspero Rebolledo, porque ni cuentas le rinde. Y qué podemos decir del exangüe director del Instituto Veracruzano de Cultura, Sergio Villasana, a quien lo que menos le ha interesado ha sido, justamente, la cultura.
Y sí, al acto inaugural acudieron representantes del IVEC y de la Secretaría de Educación, pero ni un despistado empleado de la secretaría de Turismo y Cultura, al menos para la foto.
Un acto, por cierto, en que sí estuvo el rector Raúl Arias Lovillo, quien habló de logros culturales históricos de la casa de estudios en un discurso atropellado que le hizo afirmar que Gabriel García Márquez había escrito su primera novela en la UV, cuando acá en realidad sólo le fue publicada.
Y fue acompañado de su incompetente director de Difusión Cultural, Manuel Zepeda Ramos, cuya máxima hazaña ha sido empequeñecer todos los festivales que pasan por sus manos, como el decadente y moribundo Junio Musical, al que todavía le mantienen el mote de internacional cuando sólo incluye a la parte local. Pero ya hablaremos más en este mismo espacio de ese engendro (me refiero a Junio Musical).
Público, ese reticente participante
Si debe hablarse de una de las máximas joyas del festival Jazzuv, esa fue el público.
Entusiasmado y entusiasta, emocionado, ruidoso, masivo… así llenó el público xalapeño prácticamente todos aquellos espacios en que se ofrecieron espectáculos ideados para doctos y legos, pero incluso las clases magistrales que ofrecieron músicos de la talla de Jack DeJonhette, Ray Drummond, John Ramsay, Jason Palmer, Nir Felder, Grace Kelly, Jane Bunnett y Mauricio Herrera, fueron observadas por periodistas, estudiantes, músicos… y por adoradores del jazz que acaso chiflan alguna melodía cuando se duchan o andan por la calle.
No hubo indiferencia ni hartazgo. Todas las actividades tenían tal halo de convivencia y entusiasmo por compartir, mostradas por maestros y estudiantes de jazz, que muchos quisieron ser testigos del fenómeno.
Tanto los conciertos estelares en el teatro, como los ofrecidos en espacios abiertos y en bares y cafés, estuvieron prácticamente a reventar. De ello se sorprendían los propios músicos norteamericanos, los periodistas especializados en el género que acudieron desde otros estados del país y de lugares distantes como Chile, los organizadores, quienes llenamos las salas...
En este sentido fue la antítesis del festival Junio Musical, tan moribundo y patético en los últimos años, y que por cuyas múltiples ofertas apenas deambulan sonidistas y técnicos, familiares de los intérpretes, presentadores y maestros de ceremonia y, a veces, menos que eso.
¿Cuál es el secreto de esta entrega? ¿Qué elementos, además de la afición por el jazz, hizo el milagro de tanta participación? Habrá que averiguarlo lo más pronto posible, porque si se descubre la fórmula del éxito, podrá aplicarse a otras propuestas artísticas y culturales como el teatro, la danza, los libros y otros géneros musicales.
Adelanto algunos elementos, sin profundizar en ellos:
El primero que salta a la vista ha sido la enorme calidad de los participantes. El concierto de McCoy Tyner y su trío, incluido Francisco Mela en las percusiones, fue apenas la cereza en el pastel de grandes intérpretes que ofrecieron su genialidad en la ciudad.
Pero ese último concierto programado en el Teatro del Estado, cuya sala grande fue insuficiente para albergar a todos los que deseaban conocer a esa leyenda del jazz que tocó al lado de otro grande como John Coltrane, fue el único que se desarrolló en el formato tradicional de los demás festivales del jazz en el país y, podría decirse, en el mundo: las estrellas llegan, tocan y se van.
Los demás grandes que vinieron no sólo dieron sus conciertos sino que también ofrecieron sus conocimientos en clases magistrales, participaron en audiciones al lado de jóvenes promesas y jazzistas locales de mucho tiempo; acudieron e intervinieron en jam sessions, convivieron de tú a tú, sin ningún remilgo. Y todo ello ha dejado un gran capital de conocimiento cuyos frutos iremos degustando en los años por venir.
El otro gran elemento que quiero destacar es el de la gran participación de estudiantes de música y melómanos de todas las edades como espectadores y, lo más importante, como miembros de un enorme ejército de voluntarios que lo mismo vendían camisetas que transportaban a los músicos, atendían aspectos técnicos, servían de traductores, orientaban a periodistas, pegaban carteles promocionales, difundían en sus blogs y en sus perfiles en las redes sociales lo que estaba sucediendo, impregnaban de júbilo aún a los reticentes y a quienes poco sabemos de jazz.
En la era del internet 2, las redes sociales y la comunicación horizontal y participativa, los organizadores de Jazzuv supieron ponerse a la altura y lograron concitar un gran movimiento que se apropió del festival, lo que hizo languidecer las grandes penurias económicas de este extraordinario esfuerzo cultural. Fueron los de a pie, los ciudadanos, sobre todo los jóvenes, quienes permitieron que se convirtiera en un gran festival, en una gran vivencia y convivencia colectiva, como en ninguna parte del país ha sucedido.
Y, sí, como dijo Francisco Mela, el extraordinario percusionista cubano que triunfa en las grandes ligas del jazz en los Estados Unidos y que es el director artístico del festival: Xalapa puede convertirse en la Meca del jazz en México. De entrada, cuenta con una dilatada tradición, que se remonta a los años sesenta y setenta bajo el influjo de gente como Guillermo Cuevas, pese a lo que digan diletantes como Alain Derbez que sin ningún rubor afirma que el jazz llegó a Xalapa en su desvencijada maleta.
Esta ciudad ha sido Meca del teatro universitario, fue la primera cuya universidad abrió programas de licenciatura en artes aunque requiera ahora elevar su calidad y abandonar un cierto dejo de modorra y enorme endogamia; la psicología brilló con luz única en los sesenta, por sobre la UNAM, que debió llevarse buena parte de la planta docente de la UV para mejorar un programa que no contemplaba los aspectos clínicos; la música de concierto ha tenido permanencia hace más de 75 años. ¡Claro que puede ser el centro neurálgico de la mejor producción jazzística de México, y si se atreve a más, de América Latina!
Xalapa debe justificar esa denominación de Atenas veracruzana que, ahora, todo mundo lo ha trastocado por el de apenas veracruzana. Para ello, es menester la participación de todos los órdenes de gobierno, especialmente el estatal y el municipal, no sólo el ayuntamiento de Xalapa sino también los municipios que le rodean, en particular Coatepec, porque lo que genera la capital impacta económicamente a toda la región.
Lo que falló en Jazzuv
Hay un elemento que falló. No fue, sin embargo, responsabilidad de los organizadores, cuyo presupuesto les permitió tan poca elasticidad: la ausencia de prensa nacional.
Alguien decía que el Papa podría pronunciar su mejor homilía en la plaza de San Pedro, en Roma, pero que no tendría ninguna trascendencia si entre los feligreses no estaban los periodistas. Esto ha pasado con Jazzuv. Más allá de las reseñas locales, el país no se enteró cómo iba la cosa en Xalapa.
Aquí debió participar el área de comunicación de la UV, pidiendo el apoyo de Comunicación Social del gobierno del estado e, incluso del ayuntamiento, para invitar a los periódicos capitalinos y a las televisoras en general, y las culturales, en particular, para que destacaran enviados en Xalapa durante toda (o parte de) la semana. No fue así.
Lo que sí sucedió fue el apoyo de Radio Televisión de Veracruz (RTV), cuya directora de Radio, Cristina Medina, supo calibrar la importancia del festival e hizo posible que el programa “El jazz bajo la manga”, que conduce Luis Barria, hiciera una marcación diaria de lo que estaba sucediendo. Radio Universidad Veracruzana transmitió en vivo casi todos los eventos del festival.
También la radio nacional e internacional hizo acto de presencia. En Radio UV estableció cabeza de playa el conductor del programa El sexto continente, Óscar Javier Martínez, que se transmite en la ciudad de Oaxaca y que este lunes inició un ciclo de programas dedicados al festival Jazzuv que pueden escucharse por internet. También lo hicieron una radiodifusora de Puebla y otra más de Santiago de Chile. Los medios locales fueron, también, receptivos al festival.
Además, vinieron especialistas de la prensa internacional, enviados de la revista electrónica All about jazz y de la Downbeat Magazine. Ya veremos sus impresiones.
Lo único que faltó es que este evento de carácter internacional, al menos tuviera resonancia nacional. Ya será para la otra…
Fotos:
1. Mc Coy Tyner (Foto: Claudina de Gyves)
2. Édgar Dorantes, Emiliano Coronel, Ray Drummond, Grace Kelly, Nil Felder y Jason Palmer (Foto: Claudina de Gyves)
3. Concierto en Paseo de Los Lagos (Foto: UV)
4. Grace Kelly (Foto: UV)
5. Clausura en la Casa del Lago (Foto: UV)
Con el grito de guerra de convertir a la ciudad en la Meca del jazz en México, hecho por Francisco Mela, director artístico del festival, la celebración de este encuentro que tuvo un alto contenido educativo ha puesto de relieve la gran vocación cultural de la capital veracruzana.
Por ello, el festival ideado y promovido por Edgar Dorantes, con el apoyo de cientos de jóvenes y amantes del jazz, ha satisfecho -y superado- todas las expectativas que se tenían de él, no sólo en la percepción de sus organizadores, sino también del público local y nacional, de expertos nacionales e internacionales, músicos participantes y estudiantes que buscan convertirse en promotores y ejecutantes de este género nacido en los Estados Unidos pero que ha sido adoptado, con sus necesarias variantes, en todo el mundo.
La pasada ha sido una semana para consagrar una iniciativa multifacética y ambiciosa en un verdadero fenómeno cultural. Y no sólo ha dejado un buen sabor de boca en quienes disfrutamos este género musical, sino también ha legado muchas lecciones y pistas sobre cómo debe proyectarse a la ciudad como un centro de atracción turística a partir de las manifestaciones culturales.
Ha hecho destacar a la Universidad Veracruzana, en cuyo seno ha cobrado vida un proyecto educativo como el que da nombre al festival y que busca formar a intérpretes del jazz, pero, sobre todo, ha permitido resaltar la gran capacidad de su director y entusiasta impulsor, Edgar Dorantes, quien se multiplicó en audaces gestiones que permitieron traer a grandes figuras del jazz internacional, gracias a apoyos obtenidos del gobierno federal, a través del Conaculta y el Fonca, además de algunos patrocinadores privados, sin los cuales no se hubiera podido armar este singular festín musical.
También ha puesto en deuda a la propia institución anfitriona, que no dio tanto recurso económico como el que ha dispuesto para otras actividades de menor catadura, y ha evidenciado la infausta visión de las autoridades municipales para quienes esta oportunidad de colocar a la ciudad que mal administran en el mapa de los centros culturales más importantes del país ni les pasó por la cabeza.
Incluso, ha colocado en situación de extrañamiento al desorientado (y prácticamente desconocido) secretario de Turismo y Cultura del gobierno estatal, Ángel Álvaro Peña, quien en los últimos días ha parecido chivo en cristalería con sus penosas declaraciones a la prensa, con aquello de que su mermada autoridad es más cuestionada aún por el vendedor de Veracruz como set cinematográfico, Próspero Rebolledo, porque ni cuentas le rinde. Y qué podemos decir del exangüe director del Instituto Veracruzano de Cultura, Sergio Villasana, a quien lo que menos le ha interesado ha sido, justamente, la cultura.
Y sí, al acto inaugural acudieron representantes del IVEC y de la Secretaría de Educación, pero ni un despistado empleado de la secretaría de Turismo y Cultura, al menos para la foto.
Un acto, por cierto, en que sí estuvo el rector Raúl Arias Lovillo, quien habló de logros culturales históricos de la casa de estudios en un discurso atropellado que le hizo afirmar que Gabriel García Márquez había escrito su primera novela en la UV, cuando acá en realidad sólo le fue publicada.
Y fue acompañado de su incompetente director de Difusión Cultural, Manuel Zepeda Ramos, cuya máxima hazaña ha sido empequeñecer todos los festivales que pasan por sus manos, como el decadente y moribundo Junio Musical, al que todavía le mantienen el mote de internacional cuando sólo incluye a la parte local. Pero ya hablaremos más en este mismo espacio de ese engendro (me refiero a Junio Musical).
Público, ese reticente participante
Si debe hablarse de una de las máximas joyas del festival Jazzuv, esa fue el público.
Entusiasmado y entusiasta, emocionado, ruidoso, masivo… así llenó el público xalapeño prácticamente todos aquellos espacios en que se ofrecieron espectáculos ideados para doctos y legos, pero incluso las clases magistrales que ofrecieron músicos de la talla de Jack DeJonhette, Ray Drummond, John Ramsay, Jason Palmer, Nir Felder, Grace Kelly, Jane Bunnett y Mauricio Herrera, fueron observadas por periodistas, estudiantes, músicos… y por adoradores del jazz que acaso chiflan alguna melodía cuando se duchan o andan por la calle.
No hubo indiferencia ni hartazgo. Todas las actividades tenían tal halo de convivencia y entusiasmo por compartir, mostradas por maestros y estudiantes de jazz, que muchos quisieron ser testigos del fenómeno.
Tanto los conciertos estelares en el teatro, como los ofrecidos en espacios abiertos y en bares y cafés, estuvieron prácticamente a reventar. De ello se sorprendían los propios músicos norteamericanos, los periodistas especializados en el género que acudieron desde otros estados del país y de lugares distantes como Chile, los organizadores, quienes llenamos las salas...
En este sentido fue la antítesis del festival Junio Musical, tan moribundo y patético en los últimos años, y que por cuyas múltiples ofertas apenas deambulan sonidistas y técnicos, familiares de los intérpretes, presentadores y maestros de ceremonia y, a veces, menos que eso.
¿Cuál es el secreto de esta entrega? ¿Qué elementos, además de la afición por el jazz, hizo el milagro de tanta participación? Habrá que averiguarlo lo más pronto posible, porque si se descubre la fórmula del éxito, podrá aplicarse a otras propuestas artísticas y culturales como el teatro, la danza, los libros y otros géneros musicales.
Adelanto algunos elementos, sin profundizar en ellos:
El primero que salta a la vista ha sido la enorme calidad de los participantes. El concierto de McCoy Tyner y su trío, incluido Francisco Mela en las percusiones, fue apenas la cereza en el pastel de grandes intérpretes que ofrecieron su genialidad en la ciudad.
Pero ese último concierto programado en el Teatro del Estado, cuya sala grande fue insuficiente para albergar a todos los que deseaban conocer a esa leyenda del jazz que tocó al lado de otro grande como John Coltrane, fue el único que se desarrolló en el formato tradicional de los demás festivales del jazz en el país y, podría decirse, en el mundo: las estrellas llegan, tocan y se van.
Los demás grandes que vinieron no sólo dieron sus conciertos sino que también ofrecieron sus conocimientos en clases magistrales, participaron en audiciones al lado de jóvenes promesas y jazzistas locales de mucho tiempo; acudieron e intervinieron en jam sessions, convivieron de tú a tú, sin ningún remilgo. Y todo ello ha dejado un gran capital de conocimiento cuyos frutos iremos degustando en los años por venir.
El otro gran elemento que quiero destacar es el de la gran participación de estudiantes de música y melómanos de todas las edades como espectadores y, lo más importante, como miembros de un enorme ejército de voluntarios que lo mismo vendían camisetas que transportaban a los músicos, atendían aspectos técnicos, servían de traductores, orientaban a periodistas, pegaban carteles promocionales, difundían en sus blogs y en sus perfiles en las redes sociales lo que estaba sucediendo, impregnaban de júbilo aún a los reticentes y a quienes poco sabemos de jazz.
En la era del internet 2, las redes sociales y la comunicación horizontal y participativa, los organizadores de Jazzuv supieron ponerse a la altura y lograron concitar un gran movimiento que se apropió del festival, lo que hizo languidecer las grandes penurias económicas de este extraordinario esfuerzo cultural. Fueron los de a pie, los ciudadanos, sobre todo los jóvenes, quienes permitieron que se convirtiera en un gran festival, en una gran vivencia y convivencia colectiva, como en ninguna parte del país ha sucedido.
Y, sí, como dijo Francisco Mela, el extraordinario percusionista cubano que triunfa en las grandes ligas del jazz en los Estados Unidos y que es el director artístico del festival: Xalapa puede convertirse en la Meca del jazz en México. De entrada, cuenta con una dilatada tradición, que se remonta a los años sesenta y setenta bajo el influjo de gente como Guillermo Cuevas, pese a lo que digan diletantes como Alain Derbez que sin ningún rubor afirma que el jazz llegó a Xalapa en su desvencijada maleta.
Esta ciudad ha sido Meca del teatro universitario, fue la primera cuya universidad abrió programas de licenciatura en artes aunque requiera ahora elevar su calidad y abandonar un cierto dejo de modorra y enorme endogamia; la psicología brilló con luz única en los sesenta, por sobre la UNAM, que debió llevarse buena parte de la planta docente de la UV para mejorar un programa que no contemplaba los aspectos clínicos; la música de concierto ha tenido permanencia hace más de 75 años. ¡Claro que puede ser el centro neurálgico de la mejor producción jazzística de México, y si se atreve a más, de América Latina!
Xalapa debe justificar esa denominación de Atenas veracruzana que, ahora, todo mundo lo ha trastocado por el de apenas veracruzana. Para ello, es menester la participación de todos los órdenes de gobierno, especialmente el estatal y el municipal, no sólo el ayuntamiento de Xalapa sino también los municipios que le rodean, en particular Coatepec, porque lo que genera la capital impacta económicamente a toda la región.
Lo que falló en Jazzuv
Hay un elemento que falló. No fue, sin embargo, responsabilidad de los organizadores, cuyo presupuesto les permitió tan poca elasticidad: la ausencia de prensa nacional.
Alguien decía que el Papa podría pronunciar su mejor homilía en la plaza de San Pedro, en Roma, pero que no tendría ninguna trascendencia si entre los feligreses no estaban los periodistas. Esto ha pasado con Jazzuv. Más allá de las reseñas locales, el país no se enteró cómo iba la cosa en Xalapa.
Aquí debió participar el área de comunicación de la UV, pidiendo el apoyo de Comunicación Social del gobierno del estado e, incluso del ayuntamiento, para invitar a los periódicos capitalinos y a las televisoras en general, y las culturales, en particular, para que destacaran enviados en Xalapa durante toda (o parte de) la semana. No fue así.
Lo que sí sucedió fue el apoyo de Radio Televisión de Veracruz (RTV), cuya directora de Radio, Cristina Medina, supo calibrar la importancia del festival e hizo posible que el programa “El jazz bajo la manga”, que conduce Luis Barria, hiciera una marcación diaria de lo que estaba sucediendo. Radio Universidad Veracruzana transmitió en vivo casi todos los eventos del festival.
También la radio nacional e internacional hizo acto de presencia. En Radio UV estableció cabeza de playa el conductor del programa El sexto continente, Óscar Javier Martínez, que se transmite en la ciudad de Oaxaca y que este lunes inició un ciclo de programas dedicados al festival Jazzuv que pueden escucharse por internet. También lo hicieron una radiodifusora de Puebla y otra más de Santiago de Chile. Los medios locales fueron, también, receptivos al festival.
Además, vinieron especialistas de la prensa internacional, enviados de la revista electrónica All about jazz y de la Downbeat Magazine. Ya veremos sus impresiones.
Lo único que faltó es que este evento de carácter internacional, al menos tuviera resonancia nacional. Ya será para la otra…
Fotos:
1. Mc Coy Tyner (Foto: Claudina de Gyves)
2. Édgar Dorantes, Emiliano Coronel, Ray Drummond, Grace Kelly, Nil Felder y Jason Palmer (Foto: Claudina de Gyves)
3. Concierto en Paseo de Los Lagos (Foto: UV)
4. Grace Kelly (Foto: UV)
5. Clausura en la Casa del Lago (Foto: UV)
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martes, 9 de noviembre de 2010
Dinero público en hoyos negros
Algo tendrá que hacer el gobierno estatal, y pronto, para aclarar versiones que ponen en entredicho el manejo recto de los recursos públicos, particularmente aquellos que debían orientarse al pago de prestaciones que contaban con recursos federales etiquetados y, lo que es más delicado, los que fueron descontados vía nómina a trabajadores estatales, particularmente de la educación, y que no se destinaron a los pagos para los que habían sido retenidos.
El tema ha tomado visos de escándalo. En su columna Consenso, en Formato Siete, el periodista Manuel Rosete fue el primero en destapar hace varias semanas el malestar generalizado de trabajadores de la educación que empezaron a recibir requisiciones de pago de empresas con las que habían contratado créditos para adquisición de muebles e inmuebles, pese a que el cumplimiento de sus obligaciones estaba asegurado con el descuento de los montos correspondientes en los cheques de sus quincenas.
No fue así. El inescrupuloso manejo no sólo de fondos federales etiquetados sino también de los propios recursos de los trabajadores tuvo como desenlace el que cumplidos pagadores se convirtieran de pronto en morosos deudores, con las múltiples consecuencias jurídicas que ello significa.
Sin apoyo de sus dirigencias sindicales, los trabajadores estatales se movilizaron para exigir tanto explicaciones convincentes (a sabiendas de que no podrían obtenerlas) como el pago inmediato de las obligaciones omitidas, a salvo de las posibles afectaciones de orden financiero derivadas de intereses moratorios.
¿Se puede usted imaginar qué habría pasado si, al fallecimiento de un trabajador, la familia no pudiera demandar el pago del seguro correspondiente porque el gobierno estatal nunca hizo los pagos cuyos montos previamente descontó a su empleado?
¿Y qué pasa con quienes cuentan con que los montos del ahorro para retiro que le fueron descontados para depositarse en sus Afores no han tenido posibilidad de generar intereses porque nunca fueron depositados?
Si todo lo que dicen los trabajadores estatales es cierto, la gestión financiera gubernamental no sólo sería fraudulenta y objeto de sanción por acto delictuoso sino –sobre todo– inmoral, lo que merecería como sanción el repudio generalizado de los mexicanos.
De ahí que sea urgente que el gobierno saliente, desde el gobernador Fidel Herrera hasta el secretario de Finanzas y Planeación, aclaren, desmientan, expliquen, informen qué ha pasado con millones de pesos de los que nadie sabe, nadie supo.
Trabajadores de la educación, en pie de guerra
En ese contexto, es de poner atención al manifiesto del Sindicato de Trabajadores Normalistas y de la Educación en Veracruz (STENV), que dirige Víctor Manuel Domínguez Meza, porque detalla cómo han sucedido, según la versión de las organizaciones sindicales, estas maniobras de índole tan desastrosa.
Los trabajadores del STENV manifiestan su preocupación por la situación financiera que enfrenta Veracruz y expresan los aspectos que más les preocupa. La principal, la que se refiere a la situación financiera del Instituto de Pensiones del Estado (IPE), con el que el gobierno estatal que fenece mantiene una deuda multimillonaria.
Y es que lo preocupante, según la organización gremial, es que no sólo se trata del adeudo derivado de la aportación del gobierno del estado, principal aportador al sostenimiento de la institución, sino que se estaría ante un fuerte quebranto de sus finanzas si, como sucede en los demás casos, el gobierno ha dejado de transferir las cuotas de los trabajadores, retenidas vía nómina, y los montos provenientes de retenciones quincenales por concepto de amortización de préstamos a corto y mediano plazos.
En similar circunstancia estaría el Seguro Social de los Trabajadores de la Educación del Estado de Veracruz (SSTEEV), al que se adeuda más de 60 millones de pesos, considerando los pagos por aportaciones destinadas a póliza por defunción, Fondo de Beneficios Complementarios, préstamos y compra de enseres, y cuya falta de entrega ha obligado a la restricción de préstamos a que tienen derecho los trabajadores de la educación.
Y aquí salta un tema que es realmente preocupante, el que se refiere a las aportaciones al Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR), que muestra un atraso de más de 12 meses.
Este ahorro se incrementa no sólo por las sucesivas aportaciones vía nómina de los trabajadores, sino también por los intereses generados con el paso del tiempo en los bancos que manejan estas cuentas. Los educadores se preguntan si, al depositar los montos no transferidos, el gobierno estatal también calculará los intereses que dejarían de percibir.
El otro tema es el de las retenciones para pago de diversos créditos contratados por los trabajadores con empresas financieras y aseguradoras para la adquisición de enseres, viviendas, automóviles, seguros y préstamos, y en los que –pese a habérseles descontados en sus cheques quincenales– resulta que ahora son deudores porque el dinero retenido fue utilizado para maldita sea la cosa.
Por ello, airadamente, reprochan:
“No hay razones de orden jurídico –y mucho menos ético– para que el dinero no se aplique a su destino original. Los adeudos al IPE, SSTEEV, SAR, a los Sindicatos, etc. no corresponden a partidas federales ni extraordinarias, es dinero que ya se descontó de los salarios de los trabajadores, y éstos ya están considerados en la Ley General de Egresos. ¿Dónde están esos recursos millonarios? ¿Por qué no llegan de inmediato a las arcas legalmente determinadas? ¿Quién dispone ese desvío que agravia a los trabajadores y desprestigia al Gobierno de Veracruz?”
Más valdría que el gobernador Fidel Herrera Beltrán aclarara esto lo más pronto posible.
Xalapa y Flandes, unidos por el cine
Aunque sin mucha publicidad, acaso con el sigilo que aconseja la falta de recursos, este sábado 13 de noviembre da inicio un inusual ciclo cinematográfico, el II Festival de Cine Latinoamericano de Flandes, que este año se realiza de manera simultánea en Bélgica y en nuestra bella Xalapa.
Según sus organizadores, este festival es una propuesta visual con fuertes contenidos sociales, que representa una mirada hacia y desde América Latina, y que apunta a la recopilación y difusión de trabajos de realizadores independientes latinoamericanos.
Para esta ocasión se ha programado la proyección de documentales y películas de ficción realizadas entre 2008 y 2010, en que se abordan temas que son tan caros para los latinoamericanos, como la violencia que ha extendido sus escenarios a todos los ámbitos y se ha recrudecido incluso en los hogares; la miseria crónica de millones de familias que viven en el filo de la supervivencia, la alegría que siempre surge como contrapunto de una realidad que se resiste a ser complaciente.
En su edición inaugural, en 2009, el festival proyectó 63 películas en Lovaina y Amberes, 15 de las cuales fueron presentadas por sus directores, y entregó premios en metálico, estatuillas y diplomas.
En su segunda edición ha buscado cruzar el océano para tener contacto con el territorio que es tema y pretexto, y Xalapa se convierte este año en la primera subsede, aunque en espacios todavía considerados marginales, como el Aula Clavijero de la UV y el Puente Xallitic, además de El Ágora de la Ciudad, lo que puede decir una de dos cosas (o las tres): dificultad para conseguir espacios más apropiados para disfrutar del cine, interés por mostrarlo en espacios alternativos en que aún el que no es cinéfilo puede quedarse a ver el espectáculo o –tercera opción– las dos cosas a la vez.
Y se ha añadido algo que se estila en todo festival: la participación de los xalapeños en la selección del filme que, a su juicio, deberá llevarse el premio del público, para ser entregado el día de la clausura en la sede principal, Amberes.
Con ello, no sólo Bélgica sino particularmente su región flamenca, busca crear lazos de interculturalidad con América Latina, aprovechando las herramientas visuales (cine y video).
miércoles, 3 de noviembre de 2010
Educación, ¿continuidad o ruptura?
En menos de un mes, Veracruz estrenará gobierno local y, junto con ello, pese a fuertes intenciones del que se va por mantener su hegemonía sobre el que viene, lo cierto es que habrá cambios en la forma de hacer gobierno y en quienes estarán encargados de hacerlo posible.
Hay, sin embargo, un sector de las políticas públicas que merecerá continuidad por haberse constituido en uno de los pocos, si no el único, que obtuvo relevancia tanto en términos de lo logrado internamente como en el reconocimiento nacional e internacional. Me refiero al sector educativo.
Para nadie es un secreto que, pese a múltiples puntapiés bajo la mesa en buena parte de la gestión que concluye, el titular de la Secretaría de Educación (SEV), Víctor Arredondo, logró campear las innumerables contingencias que le propiciaron en el propio seno de la estructura gubernamental y, además, impulsó un programa innovador que ha permitido elevar los niveles de aprovechamiento escolar, según los indicadores derivados de evaluaciones externas.
Dicho programa, no está por demás señalarlo, está proponiendo alternativas válidas para estructurar un proyecto educativo nacional incluyente, que basa el éxito de la tarea formativa en la calidad y la equidad, gracias al aprovechamiento de todas las innovaciones en materia de tecnología educativa y en la actualización continua del magisterio.
El planteamiento reiterado de Arredondo, recientemente postulado ante líderes empresariales interesados en la mejora de la educación en México en la denominada Cumbre de Líderes en Acción por la Educación (CLASE 2010), se refiere a la necesidad de reformar el artículo 3º Constitucional.
Ya no es suficiente establecer la obligatoriedad de la educación: debe aspirarse a la obligatoriedad de la calidad de la educación para todos los mexicanos y, para ello, es fundamental dotar a las escuelas de las herramientas que ofrecen las tecnologías de la información, como conectividad y recursos de apoyo al aprendizaje.
Ha quedado claro para propios y extraños que Veracruz cuenta con un proyecto sólido que le ha permitido ir más allá de los lineamientos federales, al construir estrategias de innovación que han servido como ejemplo a nivel nacional e incluso internacional.
De entrada, dos años antes que se pusiera en marcha la Alianza por la Calidad de la Educación, en Veracruz ya se había dado el paso decisivo para contratar a los nuevos profesores mediante exámenes que evaluaban quiénes tenían los mejores argumentos, la mejor formación, evitando con ello el trasiego inescrupuloso de plazas que impedía contar con los mejores elementos en las escuelas veracruzanas.
Mucho antes de que la SEP impulsara su proyecto de educación a distancia, Veracruz había creado su propio programa que hoy sostiene el Instituto Consorcio Clavijero, cuya modalidad educativa por internet y su infraestructura de aulas digitales ha permitido, por otra parte, la actualización de miles de maestros en activo.
La política de llevar lo mejor a todas las escuelas, sin la clásica postura federal de comenzar por las zonas urbanas, ha consolidado en Veracruz una estrategia multimodal que considera no sólo mandar a los mejores profesores a las zonas rurales marginadas, sino dotar a sus escuelas con tecnologías de vanguardia, apoyarlas en la alfabetización digital de niños y adultos mediante los autobuses Vasconcelos y promover la actualización de los profesores, entre otros factores.
¿A qué hace falta darle continuidad?
Es evidente que los resultados positivos obtenidos en la prueba ENLACE y en las evaluaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) no se han logrado por arte de magia. Tampoco es posible considerar que con lo hecho estos resultados se seguirán dando. Para ello es necesario mantener el trabajo realizado.
Según los expertos en educación, lo que hace destacar a Veracruz a nivel nacional e internacional es que ha puesto el acento en el aprendizaje, ha liberado a las escuelas de una parte de la carga administrativa, ha identificado las fortalezas y debilidades académicas mediante el buen uso de los exámenes estandarizados existentes, como ENLACE, y la estadística básica sobre reprobación, deserción y eficiencia terminal.
Colateralmente, ha capacitado a supervisores, directivos y docentes para interpretar la información y construir programas de mejora con esa información; ha movilizado los recursos académicos para apoyar a las escuelas y los maestros, y ha creado redes de escuelas y de docentes para compartir retos y soluciones, además de impulsar el uso innovador de las tecnologías de información.
Entre los términos acuñados y propuestas emitidas desde Veracruz que han influido en el ámbito nacional e internacional se encuentran el de ganancia educativa, basada en la focalización del desempeño individualizado, la diversificación de la oferta educativa y capacitación docente con el uso de las tecnologías, la transmisión de clases demostrativas de actualización docente por el Canal Educativo y la atención a las zonas rurales y marginadas con el Programa Vasconcelos.
Y ese trabajo, esa sinergia, debe continuar.
¿Cómo están las quinielas?
En las últimas semanas se ha intensificado el trabajo de analistas políticos que anticipan las diferentes figuras que pueden ocupar los cargos públicos a partir de que en diciembre empiece su gestión el gobernador electo Javier Duarte de Ochoa. La Secretaría de Educación no es la excepción.
Sin lugar a dudas, los actores políticos mencionados tienen una gran capacidad para dar continuidad a un trabajo que ya está en marcha.
Se habla con mucha insistencia del político coatepecano Adolfo Mota Hernández, quien además de diputado local y federal, cumplió bien como subsecretario de Educación en los primeros meses del sexenio que concluye; además, durante su trabajo legislativo en el Congreso de la Unión, siempre estuvo atento a proponer puntos de acuerdo que permitiesen destinar un mayor presupuesto a las tareas educativas de Veracruz. Y es posible que se especialice en educación.
Seguramente su gran capacidad política le permitirá obtener el respaldo y la confianza de los gremios magisteriales que hoy cuestionan su aparente inexperiencia y tomar todas las riendas de la infinidad de programas que el actual secretario ha sembrado en el sistema educativo veracruzano.
Personalmente, pienso que se incorporará a la SEV en una subsecretaría para tomar el impulso decisivo que le permita asumir en un tiempo perentorio la secretaría más importante en términos presupuestales del gobierno local.
Se ha mencionado también, incluso con el apoyo de la actual dirigente nacional del PRI Beatriz Paredes Rangel, a la maestra Leticia Perlasca Núñez, quien ha consolidado un dilatado currículum tanto en el sector cultural como en el educativo. Hay que recordar que fue una reconocida directora del Instituto Veracruzano de Cultura y, en los últimos años, ha dirigido los destinos del subsistema de Colegios de Bachilleres de Veracruz (Cobaev) en que ha impuesto una dinámica extraordinaria. Sin embargo, es posible que su lugar se ubique en la Secretaría de Turismo y Cultura, donde haría un papel extraordinario.
También se ha hablado de otros personajes para la SEV, incluso al actual rector de la Universidad Veracruzana, Raúl Arias Lovillo.
Desde mi punto de vista, y dados los resultados obtenidos por Veracruz en materia educativa en los últimos años, no puede descartarse que la SEV siga siendo dirigida por su actual titular, Víctor Arredondo.
Por lo demás, falta menos de un mes para saberlo, y entonces comentaremos si estuvimos en lo justo o no.
Fotografías:
1. Víctor Arredondo
2. Rodolfo Mota Hernández
3. Leticia Perlasca Núñez
Hay, sin embargo, un sector de las políticas públicas que merecerá continuidad por haberse constituido en uno de los pocos, si no el único, que obtuvo relevancia tanto en términos de lo logrado internamente como en el reconocimiento nacional e internacional. Me refiero al sector educativo.
Para nadie es un secreto que, pese a múltiples puntapiés bajo la mesa en buena parte de la gestión que concluye, el titular de la Secretaría de Educación (SEV), Víctor Arredondo, logró campear las innumerables contingencias que le propiciaron en el propio seno de la estructura gubernamental y, además, impulsó un programa innovador que ha permitido elevar los niveles de aprovechamiento escolar, según los indicadores derivados de evaluaciones externas.
Dicho programa, no está por demás señalarlo, está proponiendo alternativas válidas para estructurar un proyecto educativo nacional incluyente, que basa el éxito de la tarea formativa en la calidad y la equidad, gracias al aprovechamiento de todas las innovaciones en materia de tecnología educativa y en la actualización continua del magisterio.
El planteamiento reiterado de Arredondo, recientemente postulado ante líderes empresariales interesados en la mejora de la educación en México en la denominada Cumbre de Líderes en Acción por la Educación (CLASE 2010), se refiere a la necesidad de reformar el artículo 3º Constitucional.
Ya no es suficiente establecer la obligatoriedad de la educación: debe aspirarse a la obligatoriedad de la calidad de la educación para todos los mexicanos y, para ello, es fundamental dotar a las escuelas de las herramientas que ofrecen las tecnologías de la información, como conectividad y recursos de apoyo al aprendizaje.
Ha quedado claro para propios y extraños que Veracruz cuenta con un proyecto sólido que le ha permitido ir más allá de los lineamientos federales, al construir estrategias de innovación que han servido como ejemplo a nivel nacional e incluso internacional.
De entrada, dos años antes que se pusiera en marcha la Alianza por la Calidad de la Educación, en Veracruz ya se había dado el paso decisivo para contratar a los nuevos profesores mediante exámenes que evaluaban quiénes tenían los mejores argumentos, la mejor formación, evitando con ello el trasiego inescrupuloso de plazas que impedía contar con los mejores elementos en las escuelas veracruzanas.
Mucho antes de que la SEP impulsara su proyecto de educación a distancia, Veracruz había creado su propio programa que hoy sostiene el Instituto Consorcio Clavijero, cuya modalidad educativa por internet y su infraestructura de aulas digitales ha permitido, por otra parte, la actualización de miles de maestros en activo.
La política de llevar lo mejor a todas las escuelas, sin la clásica postura federal de comenzar por las zonas urbanas, ha consolidado en Veracruz una estrategia multimodal que considera no sólo mandar a los mejores profesores a las zonas rurales marginadas, sino dotar a sus escuelas con tecnologías de vanguardia, apoyarlas en la alfabetización digital de niños y adultos mediante los autobuses Vasconcelos y promover la actualización de los profesores, entre otros factores.
¿A qué hace falta darle continuidad?
Es evidente que los resultados positivos obtenidos en la prueba ENLACE y en las evaluaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) no se han logrado por arte de magia. Tampoco es posible considerar que con lo hecho estos resultados se seguirán dando. Para ello es necesario mantener el trabajo realizado.
Según los expertos en educación, lo que hace destacar a Veracruz a nivel nacional e internacional es que ha puesto el acento en el aprendizaje, ha liberado a las escuelas de una parte de la carga administrativa, ha identificado las fortalezas y debilidades académicas mediante el buen uso de los exámenes estandarizados existentes, como ENLACE, y la estadística básica sobre reprobación, deserción y eficiencia terminal.
Colateralmente, ha capacitado a supervisores, directivos y docentes para interpretar la información y construir programas de mejora con esa información; ha movilizado los recursos académicos para apoyar a las escuelas y los maestros, y ha creado redes de escuelas y de docentes para compartir retos y soluciones, además de impulsar el uso innovador de las tecnologías de información.
Entre los términos acuñados y propuestas emitidas desde Veracruz que han influido en el ámbito nacional e internacional se encuentran el de ganancia educativa, basada en la focalización del desempeño individualizado, la diversificación de la oferta educativa y capacitación docente con el uso de las tecnologías, la transmisión de clases demostrativas de actualización docente por el Canal Educativo y la atención a las zonas rurales y marginadas con el Programa Vasconcelos.
Y ese trabajo, esa sinergia, debe continuar.
¿Cómo están las quinielas?
En las últimas semanas se ha intensificado el trabajo de analistas políticos que anticipan las diferentes figuras que pueden ocupar los cargos públicos a partir de que en diciembre empiece su gestión el gobernador electo Javier Duarte de Ochoa. La Secretaría de Educación no es la excepción.
Sin lugar a dudas, los actores políticos mencionados tienen una gran capacidad para dar continuidad a un trabajo que ya está en marcha.
Se habla con mucha insistencia del político coatepecano Adolfo Mota Hernández, quien además de diputado local y federal, cumplió bien como subsecretario de Educación en los primeros meses del sexenio que concluye; además, durante su trabajo legislativo en el Congreso de la Unión, siempre estuvo atento a proponer puntos de acuerdo que permitiesen destinar un mayor presupuesto a las tareas educativas de Veracruz. Y es posible que se especialice en educación.
Seguramente su gran capacidad política le permitirá obtener el respaldo y la confianza de los gremios magisteriales que hoy cuestionan su aparente inexperiencia y tomar todas las riendas de la infinidad de programas que el actual secretario ha sembrado en el sistema educativo veracruzano.
Personalmente, pienso que se incorporará a la SEV en una subsecretaría para tomar el impulso decisivo que le permita asumir en un tiempo perentorio la secretaría más importante en términos presupuestales del gobierno local.
Se ha mencionado también, incluso con el apoyo de la actual dirigente nacional del PRI Beatriz Paredes Rangel, a la maestra Leticia Perlasca Núñez, quien ha consolidado un dilatado currículum tanto en el sector cultural como en el educativo. Hay que recordar que fue una reconocida directora del Instituto Veracruzano de Cultura y, en los últimos años, ha dirigido los destinos del subsistema de Colegios de Bachilleres de Veracruz (Cobaev) en que ha impuesto una dinámica extraordinaria. Sin embargo, es posible que su lugar se ubique en la Secretaría de Turismo y Cultura, donde haría un papel extraordinario.
También se ha hablado de otros personajes para la SEV, incluso al actual rector de la Universidad Veracruzana, Raúl Arias Lovillo.
Desde mi punto de vista, y dados los resultados obtenidos por Veracruz en materia educativa en los últimos años, no puede descartarse que la SEV siga siendo dirigida por su actual titular, Víctor Arredondo.
Por lo demás, falta menos de un mes para saberlo, y entonces comentaremos si estuvimos en lo justo o no.
Fotografías:
1. Víctor Arredondo
2. Rodolfo Mota Hernández
3. Leticia Perlasca Núñez
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