miércoles, 26 de mayo de 2010

Que 18 años no es nada


La historia de internet en México no es muy larga. No llega a la veintena.

Pero en ese mismo periodo, incluso nuestros socios comerciales más modestos han mostrado un desarrollo más importante que el nuestro.

Gobiernos federales priistas y panistas han privilegiado el disfrute del poder y no han hecho maldita la cosa para que la situación mejore.

En 1992, gracias al Tec de Monterrey, entró el internet a nuestro país. Ese año se creó Mexnet, que agrupó a instituciones educativas en el objetivo de promover el desarrollo del internet mexicano.

Dos años después, con el Tec a la cabeza, universidades como la de Las Américas y la de Guadalajara (primera de carácter público) desarrollaron los pinitos de las páginas web con proyectos experimentales.

Se daban, entonces, los primeros pasos en la utilización de las TIC en la educación.

Tan bisoña era la criatura que en ese momento sólo 44 instituciones académicas estaban registradas bajo el dominio .mx; cinco empresas bajo el dominio com.mx, y una institución en gob.mx.

Ha sido justamente el Tec de Monterrey la institución que ha coordinado desde 1995 el Centro de Información de Redes de México (NIC-México), encargado de la coordinación y administración de los recursos de Internet asignados a México, como la administración y delegación de los nombres bajo el dominio .mx.

Hemos avanzado, sin lugar a dudas.

Recuerdo que en 1999, cuando ingresé al área de prensa de la Universidad Veracruzana, entraba a internet, seleccionaba una liga y una vez en ella abría un vínculo, mientras leía toda la carpeta de recortes de la prensa local.

Había que tener mucha paciencia para navegar en internet, pese a que era la UV la que mejor conexión tenía en todo Xalapa.

Hoy cualquier café internet es infinitamente más rápido que lo que se experimentaba en la red universitaria en aquellos tiempos.

Y, sin embargo, estamos a años luz de países como Corea del Sur, Japón, Finlandia, Suecia y Francia, cuya velocidad de internet es superior en 10 y hasta 120 veces lo que tenemos en México.

Ojalá que algún día, un verdadero líder político se instale en Los Pinos y ponga a trabajar los cerebros, las ideas, los proyectos que sean necesarios para elevar nuestras capacidades y lo usemos para mejorar las capacidades educativas de los mexicanos.

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