En la Universidad Veracruzana, el clima irá subiendo a candente conforme pasen los días en el terreno de las negociaciones que la Rectoría realiza con sus sindicatos. Y es que las finanzas universitarias no parecen resistir la prueba de un movimiento laboral inquisitivo y exigente.
Ya el rector Arias Lovillo ha informado del enorme déficit que acumula la UV desde hace varios años, justamente derivado de la intervención de gobiernos estatales anteriores en aras de resolver movimientos huelguísticos del SETSUV, organización que negocia en la orfandad en que la ha dejado la recientemente fallecida Eloína Vargas Merino.
En efecto, hace ya varios años que la UV deja de percibir al menos 100 millones de pesos anuales a que sucesivos gobiernos veracruzanos se han comprometido para financiar exigencias sindicales que ni la UV ni el gobierno federal estuvieron en su momento dispuestos a asumir.
Desde el gobierno de Miguel Alemán Velasco, la secretaría de Finanzas y Planeación ha ido desentendiéndose de esos compromisos, lo que ha obligado a la UV (que no al gobierno federal) a sufragarlos en detrimento de recursos que debieran destinarse a las actividades académicas.
Esta circunstancia se agrava ahora con la deuda millonaria que la UV dice tener con sus dos principales interlocutores sindicales: el Fesapauv, que agremia a su personal académico, y el Setsuv, que aglutina a los trabajadores administrativos y manuales.
Lo que pudo haber sido abordado en la intimidad de las negociaciones, Arias Lovillo lo ha colocado en la palestra mediática, obligando a que en la misma tesitura le respondan los aludidos. Ya el diputado local Enrique Levet Gorozpe, dirigente de Fesapauv, ha dicho en medios que las carencias financieras de la UV deberá resolverlas como pueda o quiera, pero que debe entregar lo adeudado a sus acreedores.
Y dijo más: que no aceptará lo que la propia institución está proponiendo como aumento salarial al Setsuv, que consiste en un 3.9 por ciento.
Habrá que ver la reacción del Setsuv, que vive un proceso intenso para definir cómo hacerle para elegir al sustituto de su dirigente fallecida, para lo que suena Pedro Reducindo Villalba, con número de personal 1916, comisionado al sindicato hace muchos años, y que tiene un hermano también en el sindicato, de nombre Guillermo (número de personal 6519).
Los miembros del sindicato se debaten entre mantener a un sindicalista de la región Xalapa, que ha obtenido durante todo el tiempo de existencia el máximo puesto directivo, o se da cancha a otras regiones, marcadamente Poza Rica.
En los corrillos de la organización se sopesa también el nombre de Juan Mendoza, porque a Eloína Vargas le sorprendió la muerte antes de tener preparada a una pariente suya para sustituirle. Lo que más preocupa es quién puede ser factor de unidad, al tiempo que mantiene la posición combativa de Eloína.
En medio de este ruido, Arias Lovillo trata de adelantar tiempos, y ha logrado un acercamiento interesante con la dirigente de la Asociación de Funcionarios y Empleados de Confianza de la Universidad Veracruzana, Afecuv, Martha Herrera Hernández, sobre cuyos supuestos manejos deshonestos en cuotas de agremiados ya han levantado la voz varios empleados universitarios.
A ver cómo le va al rector y a la UV con los asuntos laborales, del día de la Candelaria en adelante.
En las fotos:
Foto 1: El rector Raúl Arias Lovillo escucha al lider del personal académico, Enrique Levet.
Foto 2: Arias Lovillo con la dirigente de Afecuv, Martha Herrera Hernández.
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