miércoles, 20 de octubre de 2010

Universidades públicas, asediadas por el poder

Entre conmemoraciones y confrontaciones, las universidades públicas del país viven un momento difícil que puede significar el inicio de una escalada autoritaria de origen variopinto, cuyos inconfesables objetivos lo mismo se emparentan con la venganza política que con previsiones electorales, recalcitrantes ideologías de derecha o simples forcejeos entre grupos cupulares para definir quién tiene más fuerte el músculo político.

Aunque la SEP puso en letras de oro en su muro de honor el nombre de la UNAM (junto a los Francisco I. Madero, Ricardo Flores Magón y Octavio Paz), en conmemoración del primer centenario de su fundación, lo cierto es que personajes del panismo han hecho hasta lo indecible por sacrificar el presupuesto que se otorga a la máxima casa de estudios del país.


Sea desde el Congreso de la Unión o desde la propia estructura gubernamental federal, sin omitir a la Secretaría de Educación Pública, la Universidad Nacional Autónoma de México ha sido señalada de no ejercer adecuadamente su presupuesto, un paso indispensable para justificar un sacrificio mayor a sus asignaciones presupuestales.

Y sí, el asedio contra universidades públicas es variopinto.

Lo confirman las agresiones que están sufriendo, por un lado, la Universidad de Guadalajara por parte del gobernador panista Emilio González Márquez, el mismo que sufre de “asquitos” cuando le hablan de matrimonios entre personas del mismo sexo, y por otro, la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED), cuya autonomía ha sido violentada y puesta en jaque por el gobernador priista Jorge Herrera Caldera, no bien llegó al poder luego de dejar los pelos en el alambre.


Y, así, quienes aquí atacan la autonomía universitaria, más allá la defienden a brazo partido y se vuelven los más avanzados teóricos de lo que debe ser una universidad responsable y coherente.

Lo digo porque el PAN, representado en Jalisco por el gobernador Emilio González Márquez, no sólo ha mermado criminalmente el subsidio estatal a la Universidad de Guadalajara sino que ha bloqueado la entrega de las ministraciones del subsidio federal que, por desgracia, pasan por el filtro de su gobierno antes de aterrizar en la universidad a la que han sido etiquetados.

Su batalla contra la UdeG ha llegado al grado de poner en entredicho la realización de uno de los eventos culturales más importantes no sólo de Jalisco o del país sino de toda Latinoamérica, la Feria Internacional del Libro (FIL), considerada la segunda más importante e influyente del mundo, luego de la de Frankfurt, Alemania.

El panismo recalcitrante, la derecha casposa que sufre de urticaria cuando le hablan de financiar la educación pública, puede en cambio defenderla con extremada claridad cuando es atacada por el PRI retrógrada, como sucede en el caso de Durango, gobierno que estuvo a punto de no tener en sus manos de no ser por los recursos que a favor de Jorge Herrera Caldera dispuso el ex gobernador Ismael Hernández Deras.


El propio titular de la SEP, el panista Alonso Lujambio, que nada ha dicho contra el bloqueo del subsidio federal que sufre la UdeG por parte de su correligionario jalisciense, en cambio fijó postura oficial respecto lo acontecido en la UJED:

“La Secretaría de Educación Pública expresa su preocupación por los riesgos de polarización social derivados de las decisiones de los poderes públicos del Estado de Durango, que han incidido en el proceso de elección del Rector de la Universidad Juárez del Estado de Durango.

“Si bien la definición última respecto de los medios legales hechos valer por una de las partes corresponderá a las instancias judiciales competentes, es preocupación de esta Secretaría procurar que en las relaciones entre las instituciones educativas y los distintos poderes y órdenes de gobierno prevalezca siempre la armonía y una conducción dentro de los cauces institucionales, en especial el relativo a la autonomía de las universidades públicas”.

Los propios panistas duranguenses se han manifestado en torno a la violencia porril asumida por el gobernador Herrera contra la casa de estudios de su estado. Alejandro Zúñiga, dirigente municipal del PAN, culpó al gobernador Herrera Caldera de seguir su “manoseo” en la UJED, al poner a su antojo a rectores afines a sus intereses, lo que vulnera la autonomía con que debiera conducirse esa Máxima Casa de Estudios.

En fin, que en este mundo matraca, de bandear nadie se escapa; bandea el buey y bandea la vaca, bandea el rey, el obrero y el Papa…

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