miércoles, 25 de agosto de 2010
Inédito interés por la educación
Que yo recuerde, en años anteriores no se había dado tanto énfasis al inicio de un ciclo escolar como ahora, al menos en el ámbito federal.
Y tal cosa puede ser buena o mala, o ambas cosas a la vez. Buena, porque se da una especial importancia a la educación, de la que ha carecido en los 10 años de gobierno panista, y mala, porque puede estar pegada con alfileres a una estrategia mediática para contrastar con el tema de la violencia: una estrategia que pone luz en un tema mientras le resta visibilidad al otro.
Es posible que los funcionarios federales por fin se hayan dado cuenta de que el tema de la educación involucra a un tercio de la población del país, con la que está relacionada cerca de otro tercio (los padres de familia, profesores, etc.). Además de su expresión estadística, este hecho reviste una importancia nodal para el desarrollo del país. Nada menos.
En efecto, junto a los 27 millones de niños y jóvenes que regresan a las aulas del nivel básico (primaria y secundaria) y a 1.3 millones de sus profesores, en breve se incorporarán plenamente los estudiantes del nivel de educación media superior y superior, lo que volcará a las aulas a 35 millones de mexicanos, una cifra que sólo obtendrían sumando sus respectivas poblaciones Paraguay, Bolivia, Haití, Honduras, El Salvador y Nicaragua.
De entrada, el presidente Felipe Calderón ha anunciado cinco acciones para la mejora educativa, directas e indirectas: entre las primeras, un programa de fomento a la lectura y un plan para reforzar el conocimiento de matemáticas y aplicar la ciencia en la vida cotidiana.
En cuanto a las indirectas: mil becas de preescolar a universidad, establecer los consejos escolares y regular los expendios escolares con base en el delgado acuerdo que salió de la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer), luego de atender las presiones que la industria de alimentos y bebidas ejerció sobre la original propuesta hecha por la SEP y la SSA.
Junto con todo ello, ya veremos en el presente ciclo un mayor gasto federal en programas específicos, particularmente en lo que se refiere al uso de las tecnologías de información y comunicación, en un programa que sustituye la Enciclomedia foxista.
Ya veremos en qué acaba la desaseada producción de los libros de texto gratuito, criticados acremente por investigadores y profesores, por fallas incluso en el aspecto ortográfico, ya no digamos en cuando a la secuencia y calidad de los propios contenidos.
martes, 24 de agosto de 2010
Bicentenario, celebración que naufraga
Pobres héroes nacionales: lo que les ha tocado vivir por estas fechas… y lo que les falta.
A pesar de sus años, quienes encabezaron la guerra de Independencia han debido sufrir un tortuoso periplo por la ciudad de México, donde se expusieron con morbo sus osamentas, en medio del trajín inenarrable del solar capitalino.
Siguen moviéndose incómodamente en el imaginario panteón, sólo de pensar cómo Televisa los mostrará “de carne y hueso” en un culebrón de miedo, en que bellas actrices mostrarán deseables a doña Josefa Ortiz y a doña Leona Vicario.
Por todos los rumbos en que la moderna guerra calderonista lo permite, el esplendor conmemorativo sigue presa del retraso constructor, con máquinas y albañiles trabajando bajo la morosidad a que obliga una desaseada gestión presupuestal.
Más nos valdría proponer un receso y festinar nuestras antiguas glorias en 2011.
Y es que mientras el discurso conmemorativo de las más preciadas efemérides ha tratado de tamizar cualquier obra –sea la colocación de alcantarillas o la construcción de puentes– con los consabidos sobrenombres Centenario o Bicentenario, las obras programadas para el efecto son monumentos a la improvisación y desdén de nuestras autoridades.
Se acerca la fecha en que deberíamos derrochar imaginación, enjundia patriotera, jolgorio y monumentalidad, para disfrutar de una independencia de la que cada día nos queda menos, y todavía hay pleito ranchero para justificar las festividades.
El secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio, ha debido fruncir el seño y engolar la voz para reprender a los muchos mexicanos que cuestionan el festejo, pese a que tenemos mucho que celebrar: “nuestra existencia, nuestro ser, nuestra cultura”.
El exabrupto de marras, dicho con el pecho henchido de patriotismo frente al embajador norteamericano, ha puesto la nota estrujante y pintoresca a los prolegómenos de una fiesta que llenará de luces y pólvora del Zócalo al Paseo de la Reforma, en la antigua capital azteca, en un episodio que parecerá salido de la enfebrecida imaginación de Walt Disney, gracias a los oficios del australiano Richard Birch.
No se sabe si la profunda letra y la música pegajosa del himno creado por Aleks Sintek y Jaime López (con el histórico estribillo “shalalala”) lo escucharemos con tanta insistencia como el Waca-Waca de Shakira, porque el rechazo ha sido tan generalizado que la SEP ya se echó para atrás.
Frente al desdén para la celebración, lo que debía ser una clase de historia nacional, Lujambio la convirtió el 21 de agosto en argumento político: unidad de los mexicanos para enfrentar los problemas colectivos, “subrayando lo que nos une [y] desenfatizando lo que nos divide”.
No sea que nos lo reclamen nuestros hijos y nuestros nietos, como ha presagiado el docto secretario. Así, el próximo 15 de septiembre, parafraseando a Lujambio, quien desenfatice, un buen desenfatizador será, pese a que el verbo desenfatizar no exista en el diccionario.
En resumidas cuentas, en estos meses electorales pocos han reparado en fechas tan importantes para el México actual. Las miles de propuestas para conmemorar centenario y bicentenario han quedado como buenas intenciones, cuando no en inexplicables postergaciones.
De cómo sepultar lo que queríamos celebrar
La lista de ingeniosos modos de celebrar, propuestos por dependencias públicas y gobiernos, rayan, a veces, en el ridículo. Muchas han sido para aprovechar cualquier obra para colgarle el sambenito celebratorio.
En Xalapa, sin ir muy lejos, a un puente en Lázaro Cárdenas –cuya construcción poco faltó para que durara cien años– le fue impuesto nombre y apellido: puente Bicentenario-Antonio Chedraui Caram.
El apellido, muy mexicano por cierto, le fue impuesto contra viento y marea, pese al rechazo popular porque el epónimo empresario, ya fallecido, fue cabeza de una familia que cimentó su enorme riqueza en la ciudad y, salvo empleos mal remunerados, fuertes nudos viales en torno a sus empresas y un alcalde de una notable grisura, poco le ha aportado a sus paisanos.
Ya hemos hablado de obras que no serán concluidas antes de terminar el año. En Xalapa también se cuecen de esas habas.
Un ejemplo notable es la sala de conciertos de la Universidad Veracruzana, frente a la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información.
En varias ocasiones escuchamos al gobernador Fidel Herrera asegurar que su conclusión y apertura sería parte de la celebración veracruzana del bicentenario. Lo que tendremos, ciertamente, es el cascarón, pero no el edificio terminado.
Para el responsable universitario de la obra, Miguel Ángel Ehrenzweig, no importa la fecha en que sea concluida una sala que hará justicia a la Orquesta Sinfónica de Xalapa, que acaba de cumplir 81 años de vida. Y es que faltan nada menos que 80 millones de pesos para concluirla y se ve difícil que esos recursos se obtengan pronto.
Pero las propuestas por todos rumbos del país son realmente descabelladas (y onerosas): desde producir cinco millones de huevos de trucha, liberar una variedad de papa denominada “Corregidora”, y recuperar los sitios en que Miguel Hidalgo y Costilla fue bautizado y confinado, así como representar su fusilamiento, hasta preservar el árbol sembrado por José María Morelos y Pavón en la ciudad de Oaxaca (según lo ha documentado El Universal), los ingeniosos funcionarios se volaron la barda.
Con tan gratificantes formas de recordar, cualquiera olvidará las más elementales clases de historia patria.
¡Y todavía Lujambio se despeina su engominado jopo porque a muchos mexicanos les vale queso participar en estas fiestecitas!
miércoles, 18 de agosto de 2010
La maestra sí tiene quien le escriba
Durante los últimos meses, los previos a los comicios locales del 4 de julio, en que el partido de su propiedad tuvo tanto éxito en el país, la presidenta del SNTE (y propietaria del Partido Nueva Alianza, Panal), Elba Esther Gordillo Morales, se mantuvo alejada de los reflectores, operando desde lo oscurito, aflojando y estirando los hilos de la política electoral y tratando de que su desprestigio no afectara a sus candidatos y a sus aliados.
Pero las cosas, mientras tanto, se le pusieron color de hormiga, sobre todo a raíz de las fuertes críticas realizadas por influyentes personajes del sector empresarial, como Claudio X. González, presidente de la Fundación Televisa, y por diversas organizaciones civiles que urgieron al gobierno federal a liberar a la Secretaría de Educación Pública (SEP) de la co-rectoría ejercida por el SNTE y su lideresa.
La visión de los organismos empresariales sobre la influencia del SNTE en las decisiones oficiales sobre política educativa ha salido a la luz pública de manera contundente. Para el directivo de la mayor empresa de comunicación del país, el SNTE tiene incluso capacidad de veto sobre los programas que en el tema propone la SEP, cuyas autoridades exhiben una clara situación de fragilidad que los obliga a negociar todo con el sindicato.
Desde principios de mayo, los sectores empresariales han insistido en el tema. Sin que aparentemente viniera al caso, durante los diálogos sobre la estrategia de seguridad, convocados por el presidente Felipe Calderón en días recientes, el tema educativo fue puesto en el centro del debate por una maestra, Isabel Miranda de Wallace, quien dejó su trabajo frente a grupo para dedicar sus días a la búsqueda de su hijo secuestrado.
Para Isabel Miranda, el SNTE tiene secuestrado al país. Ahí, en el Campo Marte, en presencia del principal aliado de Gordillo, dijo que los últimos lugares que ocupa México en las evaluaciones educativas internacionales abonan para que mantengamos los niveles de violencia que ahora sufrimos. Mucha violencia y poca preparación debida a la intervención sindical, no hacen una buena combinación.
Pero estos nuevos episodios con personajes inéditos no hacen sino reforzar la visión que, en similar sentido, han hecho pública académicos, pedagogos, incluso miles de maestros que en el interior del SNTE luchan por deshacerse de la dictadura impuesta por la poderosa chiapaneca.
Ya sabemos que a esa apreciación se han sumado –con juicios fundados en datos inequívocos– expertos internacionales y representantes de la ONU y la OCDE: no puede avanzar la educación en México si el SNTE sigue torpedeando toda iniciativa que busque mejorar la calidad educativa, sin importar las tenues sugestiones de la denominada Alianza por la Calidad de la Educación (ACE).
Elba Esther: la defensa fallida
¿Qué fue lo primero que se le ocurrió a la dueña del Panal para responder a los cuestionamientos? Siguiendo una máxima ajedrecista (la mejor defensa es el ataque), Elba Esther Gordillo se enfundó su uniforme de crítica para tratar de socavar la credibilidad de uno de las más fuertes iniciativas de la Fundación Televisa: el programa Bécalos.
En los primeros días de agosto, en la turística Los Cabos, Baja California Sur, donde por cierto resiste una fuerte oposición magisterial, la más opaca operadora sindical, la que maneja a placer cuotas de más de un millón 250 mil mentores, pidió a la SEP investigar a fondo el programa Bécalos, buque insignia de los programas filantrópicos de la televisora e instituciones bancarias.
Los empresarios habían pedido un censo real de los maestros federales y estatales para saber dónde laboran, cuáles son sus virtudes académicas, cuánto cobran y si están abocados a su tarea educativa, en medio de fugas informativas que han puesto en evidencia la gigantesca nómina de destacados sindicalistas que cobran sin ejercer su magisterio, así como la impreparación de muchos para detentar el puesto que ocupan.
Y es que no le parece oneroso el pago de la cara nómina que representa su ejército de operadores sindicales y políticos. Para ella, los cerca de 10 mil comisionados que tiene el SNTE no son nada frente al millón 250 mil profesores que integran el sindicato. Y en eso coincide el titular de la SEP, Alonso Lujambio, según ella.
Por eso, pese a las dudas de quien esto escribe sobre la bondad de los empresarios por becar a niños y jóvenes con necesidades económicas, Gordillo escupió para arriba, si bien alguien detendrá la saliva para que no le caiga en el rostro.
Luego de varios años de funcionar Bécalos, apenas en Los Cabos se le ocurrió la sospecha sobre su posible inconstitucionalidad, por lo que pidió a la SEP detallar si existe o no convenio con la asociación de banqueros para la operación del programa.
Incluso, revolucionaria aunque institucional como siempre, pidió revisar si con dicho programa no se estaba abonando a favor de una educación no ajustada al carácter laico que dictan nuestras leyes o de corrientes políticas determinadas.
Por supuesto que Televisa representa un poder fáctico de grandes proporciones. A la profesora no le conviene chocar con una parte importante de su estructura.
Al seminario “La nueva sociedad, una nueva educación y una nueva política”, celebrado en Los Cabos, invitó al mismísimo Claudio X. González para que expusiera sus puntos de vista y pudiera tenerlo a buena distancia para desarmarlo ante sus correligionarios.
Ahí, el también integrante de la organización Mexicanos Primero expuso los indicadores educativos y se refirió a los retos del sistema.
Le dijo a Elba Esther que la preeminencia de los intereses políticos sobre la necesidad de mejora educativa lastima a la sociedad y que es una lástima que muchos políticos y funcionarios consideren que en lo que resta del gobierno de Felipe Calderón ya no se pueda hacer nada al respecto, cuando lo que requiere el sistema educativo nacional son cambios urgentes.
Por eso, Gordillo pidió “una tregua de mutuas consideraciones de confianza”, luego de despotricar amenamente contra el programa de comedia “La Escuelita”, con una construcción sintáctica que le reclamaría incluso el maestro rural enclaustrado en la más remota comunidad:
“¿Estarían dispuestos a mejorar programas televisivos? ¿A que fuéramos juntos y dijéramos que ya no más ‘escuelita’? Que los alumnos no son los de las piernas descubiertas, ni de los senos exuberantes, porque estamos hartos de esas cosas, o de la maestra fea, fodongona, que pega y dice malas palabras. ¿Estarían dispuestos también?”.
Nunca tan fallida la maestra, digo yo…
viernes, 13 de agosto de 2010
Veracruz, discriminado por la SEP
El caso más patético en materia de omisión presupuestal por parte de la Federación se refiere al sector educativo veracruzano. El monto de lo retenido más lo cancelado para 2010 supera con mucho los 800 millones de pesos (más de 60 millones de dólares).
Las autoridades estatales se han tardado mucho en expresar públicamente las incongruencias y desigualdades en el trato presupuestal otorgado a los veracruzanos por parte de la Secretaría de Educación Pública (SEP).
Es posible que el gobierno local haya esperado a que el proceso electoral del 4 de julio concluyera, tomando en cuenta que el interés de manipularlo tuviera como arma la tan escandalosa demora en la entrega de lo que incluso fue etiquetado por el Congreso de la Unión.
Sobre el tema se han manifestado en estos días (a punto de iniciar otro ciclo escolar), tanto el gobernador Fidel Herrera Beltrán como el titular de la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV), Víctor Arredondo Álvarez.
El primero en fustigar al titular de la SEP, Alonso Lujambio, fue Arredondo. En Boca del Río, durante las Jornadas Veracruzanas de Historia, el secretario del ramo en Veracruz puso en el tintero un tema que la entidad arrastra desde 2007.
Ese año, en efecto, autoridades y diputados federales crearon una fórmula para calcular la distribución de recursos etiquetados al Fondo de Aportaciones a la Educación Básica (FAEB) que redujo drásticamente los alcances y montos de lo que venía otorgándose a Veracruz.
Hace ya varios años que la SEV tramita un esquema de compensación para amortiguar los efectos de ese drástico ajuste, pero el gobierno federal ha postergado indefinidamente la entrega de dichos recursos.
Veamos cómo se ha dado el trato discriminatorio del que se quejan tanto el Ejecutivo estatal como el titular de la SEV:
1. El gobierno federal mantiene una deuda con Veracruz por el orden de los 700 millones de pesos, derivados de recortes en el Fondo de Aportaciones a la Educación Básica (FAEB).
2. De 2009 a 2010, Veracruz pasó de recibir el 7 por ciento de los recursos etiquetados en el Fondo para la Infraestructura Escolar, a participar con apenas el 4 por ciento.
3. La SEP pasó de otorgarle 120 millones de pesos por parte del Fondo de Habilidades Digitales en 2009, a cero recursos este año.
4. El aporte derivado del Programa de Superación de Maestros en Formación (PSMF) pasó de 24 millones de pesos en 2009, a sólo 9 millones este año.
De ahí que el gobernador Fidel Herrera, en el marco de una reunión con dirigentes del SNTE, haya hecho una dura crítica a los recortes presupuestales del gobierno federal en materia de educación, a pesar de que Veracruz es una de las entidades con una de las matrículas más grandes del país y que enfrenta enormes retos para brindar servicios educativos de calidad a una gran capa de población localizada en zonas rurales e indígenas.
Arredondo fue muy enfático en el reclamo a Alonso Lujambio:
“Necesitamos la atención del Secretario de Educación, que voltee la mirada hacia Veracruz. Es urgente que el titular de la SEP analice el caso de Veracruz, que nos visite, que conozca cuáles son nuestras necesidades, que nos diga qué estamos haciendo mal para recibir ese trato discriminatorio”.
-¿Habrán escuchado estos reclamos en Los Pinos y en el edificio histórico de la SEP?
-No se oye, no se oye…
jueves, 12 de agosto de 2010
El mito federalista de Calderón
Con sentido patrimonialista y faccioso, el presidente Felipe Calderón ha manejado a placer el presupuesto federal para otorgar premios y castigos a los gobiernos locales.
Nunca como ahora, esa facultad del Ejecutivo federal se ha visto tan marcada por la manipulación política, a capricho de quien ha actuado más como presidente de su partido, el PAN, que como mandatario de una nación plural y diversa como México.
Y 2010 ha sido el año de la desvergüenza.
Con procesos electorales en 14 estados del país (en 12 de los cuales se eligió Gobernador), su estrategia se centró este año en el gasto desmedido en programas sociales en estados y municipios, manejados directamente por las dependencias federales, con auxilio de operadores políticos, frente a un bloqueo hostil del flujo de recursos a gobiernos emanados de partidos distintos al suyo.
Si agregamos que el presupuesto para seguridad se ha incrementado sustanciosamente y se ha reservado a la guerra contra la delincuencia organizada, considerado delito federal, ya podemos imaginar quiénes salen perdiendo: nuevamente, los gobiernos locales, algunos de los cuales (los últimos ejemplos, Durango y Nayarit) han debido enfrentar el avispero provocado por la guerrita, sin presencia de las fuerzas federales.
Calderón está decidido a evitar, a toda costa, entregar en 2012 la presidencia a un personaje que no sea postulado por su partido. A la guerra contra el narcotráfico, ha agregado una tarea más: ganar para el PAN la elección federal dentro de dos años, aún si esto significa romper el ya de por sí desvalido e injusto pacto federal.
Lo demás es lo de menos.
En ese escenario, uno de los sectores más castigados ha sido el de la educación, si consideramos que a la cultura el Presidente le ha tirado migajas presupuestales cuando se ha ligado a proyectos del sector turístico o al derroche torpe destinado a conmemorar el bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución.
Mientras su gobierno se jacta de haber logrado un incremento importante en el índice de atención a la demanda de educación superior, las estadísticas apuntan más a que ese logro se ha compuesto en buena parte por la creación de más espacios en formación profesional por universidades privadas, cuya cepa ha extendido como hongos la cantidad de planteles aún en los lugares más inhóspitos e insospechados.
Ya sabemos que la cantidad no necesariamente está relacionada con la calidad, y menos en el caso de la educación privada. De ahí que la estadística es poco menos que inservible para saber en qué medida nuestro país está formando al capital humano que requiere para su desarrollo.
No tiene caso hablar de la inversión pública en investigación y desarrollo, que es casi inexistente, sobre todo si consideramos que es menor a medio punto porcentual del Producto Interno Bruto (PIB).
Con esos antecedentes, nunca como ahora se ha hecho indispensable postular un nuevo federalismo, que incluya elementos autonómicos, para justipreciar aportes y beneficios de cado uno de los estados y regiones del país.
Como veracruzano, me opongo que el presidente Felipe Calderón le niegue a Veracruz los recursos que son necesarios para obras y programas que requerimos como ciudadanos, sobre todo si consideramos el enorme flujo fiscal que este estado le representa a las arcas de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
¿Qué derecho tiene el gobierno federal para poner sus intereses partidarios por encima del interés colectivo de cerca de ocho millones de mexicanos que vivimos en esta entidad?
martes, 10 de agosto de 2010
Politécnico en el Totonacapan
El anuncio de la apertura de una unidad profesional de ingeniería del Instituto Politécnico Nacional (IPN) en Papantla ha significado un rayo de esperanza para una región, el Totonacapan (incluyendo la zona petrolera de Poza Rica, y portuaria de Tuxpan), que durante muchos años ha bregado por atraer instituciones de educación superior que brinden en su solar oportunidades de estudio para miles de jóvenes que ahí egresan de los bachilleratos.
Durante décadas se han acercado a la Universidad Veracruzana para proponerles la instalación de un campus, lo que no sucedió por la imposibilidad de ampliar su ya de por sí agigantada estructura; en años recientes, institutos tecnológicos regionales, como el de Misantla, han instalado en la ciudad de la vainilla extensiones profesionales en instalaciones hechizas.
Algunos alcaldes papantecos, contra lo que deseaban sus gobernados, han dejado pasar la oportunidad de establecer instituciones tecnológicas en esta región de enorme y ancestral riqueza cultural, cuya máximo exponente es el enorme emplazamiento urbano construido por los habitantes precolombinos donde ahora se conoce como Tajín.
Hace apenas unos cuatro años, no se dieron las condiciones para que se instalara una universidad tecnológica que debió construirse en el vecino municipio de Gutiérrez Zamora, debido al rechazo expresado por el alcalde en turno.
Lo que sí se logró, por iniciativa de la UV, fue la puesta en operación de la Universidad Veracruzana Intercultural, cuya sede se instaló en Espinal, y que atiende a estudiantes indígenas de los municipios de Cazones, Espinal, Zozocolco de Hidalgo, Coxquihui, Chumatlán, Mecatlán, Filomeno Mata, Coahuitlán, Papantla y Coyutla, entre otros municipios veracruzanos y de estados vecinos que conforman lo que se denomina la Región Intercultural Totonaca.
Otro esfuerzo importante más ha sido el desplegado por el Instituto Consorcio Clavijero para crear espacios adecuados para que cientos de jóvenes egresados de los bachilleratos de esta zona serrana se decidan por estudiar carreras universitarias en la modalidad a distancia en línea, mediante la operación de varias Aulas Clavijero.
El proyecto de atraer al IPN, sin embargo, parece una opción que a la población le resultará más tangible. Esta Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería en Papantla, que apunta a impactar la meta del actual gobierno veracruzano de incrementar la cobertura en educación superior, sería posible con una inversión federal inicial de 150 millones de pesos que fueron aprobados dentro del Presupuesto de Egresos de la Federación 2010.
Además de la oferta de ingenierías (Biotecnológica, en Alimentos, en Sistemas Ambientales y Geológica), la unidad proyectada agregaría los servicios del Centro Mexicano para la Producción más Limpia, un área de Educación Continua y una Incubadora de Empresas, para satisfacer las demandas del sector productivo del norte de la entidad.
De entrada, este mes se instalará una Unidad Móvil del IPN, con sede en Papantla para ofrecer cursos de capacitación.
Y ya las autoridades municipales, encabezadas por el alcalde Federico Márquez Pérez, han ofrecido los recursos económicos necesarios para adquirir un predio de 25 hectáreas que sería donado al IPN.
lunes, 9 de agosto de 2010
¿Qué decisión tomará la Cofemer?
Han iniciado las vacaciones en todo el sistema educativo nacional y está en un vilo la determinación sobre los Lineamientos generales para el expendio o distribución de alimentos y bebidas en los establecimientos de consumo escolar de los planteles de educación básica, propuestos por las secretarías de Salud y de Educación Pública como una manera para revertir la grave epidemia de obesidad infantil que nos ha colocado en el primer lugar nacional.
Dichos lineamientos se aplicarían desde el ciclo escolar 2010-2011, que inicia el 23 de agosto próximo. Un mes antes, el 22 de julio, la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer) emitió un dictamen preliminar sobre la mencionada propuesta, cuyo contenido en nada se acerca a una determinación definitiva. De hecho, se han puesto en el sitio oficial en internet (www.cofemer.gob.mx) todos y cada uno de los 860 comentarios emitidos hasta esa fecha, la mayoría de ellos (687) provenientes de la sociedad civil, mientras que la industria ha enviado 163 y sólo 10 diversas agencias de gobierno.
Como se recordará, estos lineamientos puestos a consideración de la Cofemer de manera conjunta por las dependencias federales, han despertado un interés inusitado no sólo entre la población y diversos organismos ciudadanos del país y el extranjero, sino también entre las empresas cuyos productos impactan severamente la salud de millones de niños y jóvenes, cuya primera manifestación es la obesidad, lo que representa riesgos muy fuertes, presentes y futuros, y no precisamente en su apariencia.
Entre los objetivos de la urgente medida se destaca la necesidad de promover la preparación y el expendio de alimentos en los establecimientos de consumo escolar de los planteles de educación básica, que contribuyan a lograr una alimentación correcta y ayude a impulsar una cultura de hábitos alimentarios saludables.
Pero la cosa es tranquila. Al menos eso se entiende de lo señalado por la dependencia regulatoria, dependiente de la Secretaría de Economía, para quien no importan que los plazos se estén cumpliendo y falten sólo semanas para que inicie el siguiente ciclo escolar. En el comunicado en que anuncia su dictamen preliminar (cuyo contenido no se halla por ninguna parte), establece:
“El dictamen preliminar de Cofemer no contiene su posicionamiento definitivo respecto a la regulación, puesto que los principales objetivos de este dictamen son obtener mayor información respecto a los impactos regulatorios y solicitar algunas precisiones o aclaraciones a la propia regulación. Una vez que la SEP y la SSA den respuesta al dictamen preliminar, la Cofemer tendrá 5 días hábiles para emitir su posicionamiento definitivo, a través del dictamen final”.
Lo que sí señala son los apartados del dictamen preliminar. Luego de las consideraciones generales, en que comenta los principales aspectos de la regulación, se enfoca a los objetivos regulatorios y su problemática, en que se analiza a profundidad la situación que da origen la regulación propuesta, así como sus antecedentes.
El tercer apartado ya empieza a mostrar cómo la Cofemer busca empatar dos posiciones irreconciliables, la del gobierno federal y la de los diferentes sectores industriales involucrados, y presenta alternativas a la regulación: “En esta sección se describen y comparan algunas opciones de política pública que pueden sustituir o complementar la política pública, así como las mejores prácticas internacionales”.
En los siguientes apartados, el documento incluye estimaciones de los costos y beneficios sociales, un análisis de los comentarios vertidos por agencias gubernamentales, entre ellos, aspectos de competencia y libre concurrencia; así como de la respuesta de la SEP en torno a acciones regulatorias específicas identificadas.
¿Qué transformaciones sufrirá el documento original? Eso lo sabremos, seguramente, en los próximos días. De entrada, habrá que recordar cómo el documento puesto en ventanillas de la Cofemer por parte de la SEP y la SSA llegó podada. Otra pasada de podadora la dejaría prácticamente yerma.
Dichos lineamientos se aplicarían desde el ciclo escolar 2010-2011, que inicia el 23 de agosto próximo. Un mes antes, el 22 de julio, la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer) emitió un dictamen preliminar sobre la mencionada propuesta, cuyo contenido en nada se acerca a una determinación definitiva. De hecho, se han puesto en el sitio oficial en internet (www.cofemer.gob.mx) todos y cada uno de los 860 comentarios emitidos hasta esa fecha, la mayoría de ellos (687) provenientes de la sociedad civil, mientras que la industria ha enviado 163 y sólo 10 diversas agencias de gobierno.
Como se recordará, estos lineamientos puestos a consideración de la Cofemer de manera conjunta por las dependencias federales, han despertado un interés inusitado no sólo entre la población y diversos organismos ciudadanos del país y el extranjero, sino también entre las empresas cuyos productos impactan severamente la salud de millones de niños y jóvenes, cuya primera manifestación es la obesidad, lo que representa riesgos muy fuertes, presentes y futuros, y no precisamente en su apariencia.
Entre los objetivos de la urgente medida se destaca la necesidad de promover la preparación y el expendio de alimentos en los establecimientos de consumo escolar de los planteles de educación básica, que contribuyan a lograr una alimentación correcta y ayude a impulsar una cultura de hábitos alimentarios saludables.
Pero la cosa es tranquila. Al menos eso se entiende de lo señalado por la dependencia regulatoria, dependiente de la Secretaría de Economía, para quien no importan que los plazos se estén cumpliendo y falten sólo semanas para que inicie el siguiente ciclo escolar. En el comunicado en que anuncia su dictamen preliminar (cuyo contenido no se halla por ninguna parte), establece:
“El dictamen preliminar de Cofemer no contiene su posicionamiento definitivo respecto a la regulación, puesto que los principales objetivos de este dictamen son obtener mayor información respecto a los impactos regulatorios y solicitar algunas precisiones o aclaraciones a la propia regulación. Una vez que la SEP y la SSA den respuesta al dictamen preliminar, la Cofemer tendrá 5 días hábiles para emitir su posicionamiento definitivo, a través del dictamen final”.
Lo que sí señala son los apartados del dictamen preliminar. Luego de las consideraciones generales, en que comenta los principales aspectos de la regulación, se enfoca a los objetivos regulatorios y su problemática, en que se analiza a profundidad la situación que da origen la regulación propuesta, así como sus antecedentes.
El tercer apartado ya empieza a mostrar cómo la Cofemer busca empatar dos posiciones irreconciliables, la del gobierno federal y la de los diferentes sectores industriales involucrados, y presenta alternativas a la regulación: “En esta sección se describen y comparan algunas opciones de política pública que pueden sustituir o complementar la política pública, así como las mejores prácticas internacionales”.
En los siguientes apartados, el documento incluye estimaciones de los costos y beneficios sociales, un análisis de los comentarios vertidos por agencias gubernamentales, entre ellos, aspectos de competencia y libre concurrencia; así como de la respuesta de la SEP en torno a acciones regulatorias específicas identificadas.
¿Qué transformaciones sufrirá el documento original? Eso lo sabremos, seguramente, en los próximos días. De entrada, habrá que recordar cómo el documento puesto en ventanillas de la Cofemer por parte de la SEP y la SSA llegó podada. Otra pasada de podadora la dejaría prácticamente yerma.
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