Sin
regulación específica en el Código Federal de Instituciones y Procesos
Electorales (Cofipe), las comunicaciones en las redes sociales han cobrado una
creciente fuerza en las estratagemas de comunicación de los candidatos
presidenciales en México.
La
elección ganada por el candidato demócrata norteamericano Barack Obama hace
casi cuatro años, influenciada por un manejo extraordinario de la Internet 2.0, que permite
procesos de comunicación e interacción en ambientes totalmente libres, se
constituyó en el parte aguas del uso de estas nuevas herramientas de
comunicación en procesos electorales.
Aunque por
el momento, el nivel de participación se mantiene en el primer escalón, el de
información (los siguientes son comunicación, consulta, deliberación y
participación en decisiones y elecciones), es claro que los tres precandidatos
visibles (falta el del Panal) han fortalecido su presencia en las redes
sociales, según un estudio realizado por el Observatorio Electoral 2.012, de la
UNAM.
Todavía no
se nota una interacción directa entre presidenciables y seguidores,
simpatizantes u opositores, como sí ocurrió en el caso norteamericano, pero los
equipos de Andrés Manuel López Obrador, Enrique Peña Nieto y Josefina Vázquez
Mota están incrementando la venta de imagen de sus candidatos en redes sociales
como Facebook, Twitter y Youtube, entre otros.
Enrique Peña Nieto, el rey del
Facebook; AMLO, de Youtube
Aunque se
nota una desproporción entre el número de seguidores y el número de mensajes
emitidos por los precandidatos presidenciales, la prensa nacional ya pone como
un aspecto a informar en esta contienda quién está mejor posicionado en las
redes sociales.
Según el
estudio de la UNAM,
con último corte el 14 de febrero, el rey del Facebook es el priista Enrique
Peña Nieto, quien acumula el 56.32 por ciento del número de suscriptores que
suman los tres. Le siguen Josefina Vázquez Mota, con el 39.04% y, al fondo,
López Obrador, con el 4.64%. Sin embargo, al contabilizar las menciones, quien
se lleva las palmas es Josefina (60.02%) frente a Peña Nieto (34.98%).
En el caso
del Twitter ocurre algo parecido: la ventaja en cuanto a suscriptores se la
lleva el priista con el 41.02 por ciento, frente al 31.32% de la panista y el
27.67% del candidato de izquierda. Sin embargo, Peña Nieto es flojo para usar
esta red social, con apenas el 7.98% del total de mensajes emitidos por los
tres, mientras que Josefina se la pasa escribiendo en su smartphone (emite el
48.75%), y Andrés Manuel no se queda atrás (43.28%).
En
Youtube, AMLO es el rey absoluto: tiene al 70.87% del total de suscriptores y
en cuanto a reproducción de videos ostenta el 47.97%; le siguen: EPN, con el
21.41% de suscriptores y el 37.28 de reproducciones, y JVM, con el 7.72% y
14.76%, respectivamente. Aquí hay que considerar la estrategia seguida por los
partidos de izquierda que han sido marginados por las dos cadenas televisivas
del país (Televisa y TV Azteca), por lo que han debido buscar canales abiertos
para manejar su discurso.
El estudio
hecho desde el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM maneja, por supuesto, datos generales. Un análisis más minucioso arrojaría el sesgo de las menciones
en Facebook y Twitter, así como del contenido de los videos socializados. No
todos son favorables. Podríamos incluso intuir que buena parte está orientada a
deteriorar la imagen del candidato de que se trate.
Habría que
recordar el linchamiento contra Peña Nieto principalmente en Twitter por sus
resbalones en torno a los libros que había leído, el salario mínimo en México y
el precio de la tortilla (“no soy la señora de la casa”). Igual que la difusión
de la confusión de Ernesto Cordero sobre el nombre del Presidente (“Vicente
Calderón”) y la supuesta intervención de una Josefina ebria en una entrevista
radiofónica.
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