Más de cinco meses después de que hubiera cambio de mando en Veracruz, con la entrada del gobernador Javier Duarte de Ochoa, se dignó venir a visitar a los veracruzanos el presidente Felipe Calderón Hinojosa.
Michoacano como es, seguidor del equipo Monarcas propiedad de Ricardo Salinas Pliego (TV Azteca), uno de sus apuntaladores mediáticos junto con Emilio Azcárraga Jean (Televisa), a Calderón le ha quedado el resabio de su pleito ranchero con Fidel Herrera Beltrán.
Cualquier veracruzano diría: ¿Y a mí por qué me involucra el Presidente en sus fobias político-electorales? Y tendría razón. Demasiado daño ha causado el diferendo prolongado entre el michoacano y el cuenqueño, aunque el primero debe estar enterado de que éste ya se fue, a Dios gracias.
Para muchos afectados por el huracán Karl, uno de los peores episodios de pérdida y desastre por fenómenos naturales vividos en el país, ese pleito sirvió para que el gobierno federal panista pusiera coto a la ayuda que tanto necesitaban (y necesitan) los jarochos.
A ocho meses de esos acontecimientos, todavía hay políticos veracruzanos de sangre azul y blanco que siguen justificando la omisión de ayuda del gobierno federal. ¡Malnacidos!
Si el gobierno local –el que se fue, que ya debía mucho, y el que está, que debe asumir las deudas heredadas– no ha aportado lo que le corresponde por el Fondem, ¿por qué el gobierno federal no ha emprendido unilateralmente acciones que permitieran aliviar la desgracia de nuestros paisanos y, de paso, llevarse los aplausos electorales que, al parecer, es lo único que le interesa?
En los meses anteriores (marzo y abril), muchos veracruzanos seguramente pensaron en lo que yo pensé cuando tuve que cumplir con el Sistema de Administración Tributaria: ¿por qué he de sostener con mis impuestos a un gobierno federal que nos da la espalda? ¿En qué mente perversa del gobierno federal ha quedado como letra muerta justamente el federalismo que lo justifica?
Pues, bien, el miércoles pasado se hizo el aparecido don Felipe por tierras veracruzanas. ¿El tema? Inaugurar dos plantas industriales: la primera, en Boca del Río: un anexo de la empresa Tenaris Tamsa; la segunda: una planta cogeneradora de energía, a través de bagazo, del ingenio Tres Valles.
Vino acompañado de Bruno Ferrari, su secretario de Economía; José Antonio Meade Kuribreña, de Energía, y Francisco Javier Mayorga Castañeda, de Desarrollo Agropecuario.
Salvo con los empresarios y obreros de ambas plantas, el michoacano no tuvo contacto con los mexicanos de acá, y fue prácticamente esquivo en su discurso con un anfitrión que, a diferencia de su antecesor, le brindó públicamente el respaldo de los veracruzanos a su gobierno.
Y es que el gobernador Javier Duarte tiene las facultades para expresar a sus visitantes nuestro respaldo, el colectivo, el de los veracruzanos. Mal haría en hacer un referéndum para saber qué opinamos al respecto. Por mí, parafraseándolo, ¡adelante!
Lo desagradable, sin embargo, fue la descortesía de Felipe Calderón. Es más, incluso en su discurso en Tenaris-Tamsa, solo tomó el tema de la ampliación de la planta industrial de Veracruz (y del país) para justificar su obsesión: la guerra contra el crimen organizado.
En lo personal, votaría porque ya no nos volviera a visitar el Presidente. Mucho ahorraríamos en su seguridad, traslado, atenciones, horas-hombre y horas-mujer… si al fin y al cabo de nada nos sirve su visita.
Ni con sal ni con azúcar
Casi como los españoles, que se están expresando contra sus políticos, a quienes ni les ven el polvo cuando son ungidos y se olvidan de sus promesas de beneficio colectivo, yo también expreso mi hartazgo con los políticos de por acá.
Hace poco vino a Xalapa Dolores Padierna, secretaria general del PRD. Apenas llegó a Xalapa debió pedir los periódicos para ver de qué árbol hacer leña. La esposa del “señor de las ligas”, René Bejarano, no tuvo empacho en criticar lo que aparecía en los matutinos: la presentación un día antes del Programa Adelante, hecha por el gobernador Javier Duarte.
Sin conocer a fondo el documento que le da fundamento, Padierna despotricó contra el programa, lo mismo que han hecho líderes panistas, quienes buscan desafinar el programa argumentando que su contenido aprovecha programas federales.
¿Cuándo adoptarán nuestros políticos posturas de colaboración con programas de sus opositores o, al menos, de vigilancia para que sus propósitos se cumplan?
No hay comentarios:
Publicar un comentario