miércoles, 2 de junio de 2010

La dieta de la discordia



Para un mercado cautivo de 25 millones de niños, obligados a consumir lo que las cooperativas escolares y negocios concesionados brindan durante cinco días a la semana, las autoridades han marcado una dieta rigurosa:

Sólo palomitas, papas horneadas, pistaches, habas y garbanzos secos, entre otros, y para tomar, agua potable y jugos en pequeñas proporciones.

Según el titular de la SEP, Alonso Lujambio, en el mercado hay productos de 100 gramos que pueden proporcionar hasta 600 calorías a un niño que sólo necesita 200.

¿Se imagina qué estarán pensando los directivos de las refresqueras, los fabricantes de frituras y los procesadores de jugos, leches y yogures?

El anteproyecto de lineamientos generales para el expendio y distribución de alimentos y bebidas en los establecimientos de consumo escolar establece la prohibición a la venta de refrescos, productos que superen el mínimo calórico que requieren productos como yogures, leches enteras y azucaradas, alimentos fritos, tamales, gorditas, tacos dorados, flautas, pizzas, molletes y hotcakes.

Antes del inicio del próximo ciclo escolar, cada una de las escuelas deberá definir una lista exhaustiva de los productos permitidos en los establecimientos comerciales que funcionan dentro de sus instalaciones. Su cumplimiento estará al cargo de los consejos de Participación Social

Aunque se anunció que habrá graves sanciones para quienes vendan comida chatarra, no se especifica a qué tipo de sanciones se refieren.

Estos lineamientos pasarán por un proceso de análisis y aprobación por parte de la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (COFEMER), para luego ser publicados en el Diario Oficial de la Federación.

Su implementación, según los funcionarios federales, será gradual, para dar tiempo a la industria de alimentos de desarrollar innovaciones tecnológicas que les permita cumplir los requerimientos

En Veracruz, el secretario de Educación, Víctor Arredondo, ha convocado ya, a través del Consejo Veracruzano de Ciencia y Tecnología, a estudiantes, egresados, investigadores y pequeños y medianos empresarios, a hacer alianzas para la producción de productos alimenticios que se apeguen a las normas establecidas en el ámbito nacional.

De haber una respuesta de los emprendedores veracruzanos, estas medidas podrían traer un doble efecto positivo: por un lado, en la salud de los niños veracruzanos; por otro, en las posibilidades de generación de empleos.

Y hay que hacerlo pronto porque los empresarios afectados ya han empezado presiones.

Pedro García, vicepresidente de la Comisión de Alimentos de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra), ya respingó y dijo que "con actos de autoridad no se cambian los hábitos de consumo de los mexicanos".

Le reprochó a Lujambio que no los hubiera tomado en cuenta, pese a que le habían pedido colaborar. "Sí tenemos que hacer cambios en la industria, pero para eso se necesita tiempo"

Ya veremos cómo se dirime esta batalla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario