miércoles, 23 de junio de 2010
En México, educación en corrupción
Han caído como bomba las conclusiones de un dilatado estudio sobre educación, realizado por la UNESCO en 25 países, en las que México aparece como la meca de la corrupción... desde las aulas.
Revelado por El Universal, en nota de Nurit Martínez, el organismo para la educación, la ciencia y la cultura de la ONU revela que cinco tipos de corrupción son comunes en el sistema educativo mexicano, desde la más humilde escuela hasta los altos cargos directivos de educación, pasando por los organismos sindicales.
Tales tipos de corrupción son malversación, soborno, fraude, extorsión y favoritismo que, dada su gravedad, han convertido a la educación en un “recurso en peligro”, por lo que recomienda un compromiso profundo y firme, mayor transparencia y una adecuada rendición de cuentas.
La periodista mexicana, experta en el tema educativo, enumera en la nota –aparecida este martes 22 en la edición en línea del periódico– las cinco plagas cuasi bíblicas que están lastrando la educación en nuestro país.
Según la UNESCO, en escuelas y universidades de México se ha institucionalizado el desvío de fondos escolares para la financiación de causas políticas, la realización de pagos por parte de los profesores para conseguir empleo, la compra de títulos falsos, la inclusión de maestros fantasmas en las nóminas, el pago de cantidades ilegales para conseguir que los hijos sea admitidos en escuelas y la contratación de personal con base en su afiliación a un partido político o sindicato.
Los más graves son el pago de sobornos y favoritismo, y observa: “El SNTE ha establecido un sistema gremial que incluye la venta de plazas de profesor”.
La publicación de este grave diagnóstico, producto de una investigación de 10 años, se da justo en el momento en que el SNTE y la Secretaría de Educación Pública han lanzado las convocatorias para el Concurso Nacional de Plazas Docentes 2010-2011, que considera 32 mil 536 nuevas plazas en 30 estados del país, más de 7 mil 300 que el año pasado.
En un tiro de volea casi automático, el PAN ha mandado la pelota a los gobiernos estatales, sin parar en sugerir el evidente contubernio que opera entre el gobierno federal, a través de la SEP, y la dirigente nacional del SNTE Elba Esther Gordillo, madre de las mayores corruptelas.
En efecto, la presidenta de la comisión de educación en el Senado, la panista María Teresa Ortuño, ha reaccionado con suavidad hacia el gobierno que encabeza su partido, y ha repartido la responsabilidad a los gobiernos estatales.
Según su punto de vista, debe ponerse atención en la forma en que se fiscaliza el gasto público de educación en los estados, involucrando a los congresos locales en esa tarea, apoyados por los medios de comunicación y los padres de familia.
En otras palabras, que ninguna de las cámaras del Congreso de la Unión tendrían responsabilidad en la solución del problema puesto en el tapete por la UNESCO.
Con un lenguaje cantinflesco, la coahuilense asentada en Chihuahua parece desconocer la situación de corrupción política que impera en el sistema educativo y que se derrama en cascada desde el gobierno federal hasta la más lejana instalación escolar. La otra es que simplemente se hace tonta queriendo pasar por lista.
En franca complicidad, no ha querido tocar a Elba Esther Gordillo, cuyas huestes magisteriales, a través de su personal partido, el PANAL, han hecho alianzas con el PAN en varios comicios locales. Por eso, sólo dijo que el SNTE puede pasar a la historia como el gran transformador de la educación.
Haga usted de cuenta que encargamos el penal a los más peligrosos delincuentes en él recluidos, para que lo transformen. ¡Hágame el favor!
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