miércoles, 21 de abril de 2010
¿Cuántos no podrán ingresar a la universidad?
Los datos sobre demanda de ingreso a las universidades públicas son escalofriantes. Los relativos a cuántos serán admitidos en ellas son de terror.
Casi 35 mil jóvenes han solicitado su ingreso a la Universidad Veracruzana, una de las pocas instituciones (si no es la única) que ha expandido cuantitativamente su oferta pese a las restricciones impuestas por la Secretaría de Educación Pública.
De ellos, sólo entre 13 mil y 15 mil podrán ingresar a ella, lo que supone una atención superior al 40 por ciento de la demanda real, pese a lo cual más o menos 20 mil tendrán que buscar otras instituciones, sean públicas o privadas, veracruzanas o de otros estados, escolarizadas o en línea, dónde cumplir su sueño de convertirse en profesionistas.
Es el resultado de muchas décadas de desatención gubernamental a la necesidad de ampliar la oferta de educación superior. Se consideraba que con proporcionar más presupuesto a la UV se cumplía el cometido, cuando era indispensable crear más instituciones, incluso de corte similar al de la máxima casa de estudios de la entidad.
Sólo en los últimos diez años ha habido una acción decidida para crear institutos y universidades tecnológicas y politécnicas, a lo que se ha sumado la creación del ahora Instituto Consorcio Clavijero.
¿Y qué pasa en la Universidad Nacional Autónoma de México? Ahí las cifras son de locura y la diferencia entre la de demanda y la de ingreso es abismal.
¿Cuántos presentaron su examen de admisión? Nada menos que 116 mil estudiantes, más del 300 por ciento de la cifra reportada por la Universidad Veracruzana.
Y de ellos, ¿cuántos serán admitidos? En palabras del rector José Narro, sólo 10 mil 350, porque la UNAM ha llegado a su límite. Eso quiere decir que de las personas que solicitaron su registro a la máxima casa de estudios del país, sólo el 8.9 por ciento tendrán la oportunidad de gritar el Goya e irle a los pumas.
Sé que las comparaciones son ociosas y torpes, pero si la UV sólo admitiera el 8.9 por ciento de sus aspirantes, como es el tope en la UNAM este año, el número de alumnos de nuevo ingreso en septiembre próximo sería de sólo 3 mil 100 personas, dejando fuera a unas 32 mil.
Si, por el contrario, la UNAM aceptara el 40 por ciento de su demanda (como lo hace la UV), es claro que colapsaría al tratar de colocar a más de 46 mil jóvenes en sus instalaciones. Su población, de plumazo, crecería para llegar a 350 mil alumnos.
Y la demanda a la UNAM ha crecido, lo mismo que se ha abierto un poco la llave. En 2009 fueron 112 mil los aspirantes (cerca de 4 mil menos), de los que sólo se aceptaron 9 mil 290 (mil 50 menos que este año).
Para todos es claro que debe haber nuevas alternativas y una de las más viables es la educación en línea. Porque hay que duplicar la cobertura de educación superior en tiempos breves para llegar a la meta del 30 por ciento en el ámbito nacional, más lejano aún para el caso de Veracruz.
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