sábado, 30 de abril de 2011
¿Se mueven para la foto?
Mientras los secretarios del Trabajo y Previsión Social, Javier Lozano, y de Educación Pública, Alonso Lujambio, descuidan sus despachos para lanzarse en abierto a la búsqueda de adhesiones y simpatías que los coloquen en mejor posición a la hora en que el PAN defina quién será su candidato a la Presidencia en 2012, en Veracruz ya empieza a oler a pólvora electoral.
Acostumbrados a adelantar vísperas, como les enseñó el huésped principal de la residencia oficial de Los Pinos, las principales figuras del panismo en el estado no desaprovechan la ocasión para ventanearse, así sea en supuestos actos oficiales en que –con el pretexto de informar sobre programas federales– reúnen a sus huestes, se dan palmaditas en la espalda, miden fuerzas en el interior de su partido y lanzan mensajes de consuelo para sus competidores.
Primero lo están haciendo quienes buscan la candidatura al Senado de la República; después, vendrán los forcejeos por titularidades y suplencias en las diputaciones federales. Lo cierto es que del lado blanquiazul, las fichas están muy expuestas, mientras que del lado del PRI están haciendo su trabajo más socarronamente, por lo bajo, formando estructuras y buscando adhesiones en Palacio de Gobierno de Xalapa y en algunos puntos clave de la capital mexiquense.
Así, en tanto que el PAN sigue desdibujado en su dura aventura por mantenerse en Los Pinos, con muchachos que quieren mostrarse como chicos pendencieros, deseosos de agarrarse a trompadas mediáticas con el gobernador Enrique Peña Nieto, o ya por lo menos con el púgil tricolor Humberto Moreira, en Veracruz han empezado a saltar quienes se sienten con suficientes agallas para contender por el Senado y atraer votos suficientes como para ayudar a quien quede como candidato a la Presidencia.
Julen se siente seguro
La semana pasada, el exalcalde de Veracruz y actual coordinador general de Centros SCT, Julen Rementería del Puerto, lanzó el pañuelo y lo recogió convencido de que él será no sólo candidato al Senado sino ganador en la contienda.
Al encabezar la Cuarta Jornada Regional “Consolidación de Infraestructura Carretera”, realizada en instalaciones de la Apiver, hiló fino para atraer a sus seguidores, en una reunión en que más de uno de los asistentes poco tenía que ver con el tema.
Luego de la reunión, Julen se soltó con enjundia ante cámaras y micrófonos. No sólo dijo que aspira a la candidatura panista sino que ya prácticamente la tiene amarrada porque cuenta con el apoyo de más del 80 por ciento de los consejeros estatales de su partido.
Por supuesto, aclaró que todavía no empieza a trabajar en su proyecto, y poco faltó para que pusiera cara de inocente ante el anticipado alud de adhesiones. “Esa carretera comienza después del proyecto ejecutivo que estamos elaborando y comenzará esa carretera en enero; el derecho de vía ya lo estamos consiguiendo”, dijo con su coloquial apostura.
Ahí le hicieron el caldo gordo exalcaldes como Francisco Gutiérrez de Velasco, de Boca del Río, y Maurilio Fernández Ovando, de Medellín, así como el consejero nacional del PAN, Antonio Remes Ojeda, quien poco pudo hacer para justificar su presencia en una reunión oficial.
¿Qué dirán sus adversarios?
Habrá que ver qué dicen de este acto anticipado protagonizado por el exalcalde porteño, competidores suyos a la Senaduría por el PAN como el exdirigente estatal panista Alejandro Pipo Vázquez Cuevas, quien hace tiempo que, bajo la sombra, realiza un trabajo fuerte en las estructuras territoriales del PAN, y qué opinión le merece al exalcalde boqueño Miguel Ángel Yunes Márquez.
Candela pura es lo que está avivando Julen, lo que en última instancia permitirá colocar los reflectores políticos y mediáticos en el partido en el poder.
Y es que los posibles candidatos priistas, con más oportunidad de obtener el triunfo en los comicios del próximo año, se están moviendo sin mostrar abiertamente su aspiración al segundo puesto político en importancia.
Los nombres del dirigente estatal priista Héctor Yunes Landa (quien se mueve con toda la infraestructura por el estado y a quien se le ha prometido la posición), el diputado José Yunes Zorrilla (presidente de la comisión camaral de Desarrollo Social), Adolfo Mota Hernández (titular de la SEV), Reynaldo Escobar Pérez, Juan Nicolás Callejas y Alejandro Montano, entre otros, suenan fuerte para el próximo año.
Ya veremos.
martes, 12 de abril de 2011
Las peras y las manzanas
Cuando hacemos cuentas sobre los adeudos personales pendientes, generalmente consideramos todos aquellos pagos que debemos realizar y cuyo monto restamos a lo que nos ingresa por concepto de salario o de ganancias de nuestro negocio.
Sabemos que hay de deudas a deudas, y una que siempre nos trae inquietos al punto de, en ocasiones, impedirnos conciliar el sueño, es la que tenemos pactada con alguna institución bancaria o con el fisco. Y es que si no cumplimos en tiempo y monto, se multiplica por obra y gracia de intereses moratorios y diversas sanciones a que nos hacemos acreedores.
Hay otras que están ahí y, en la mayoría de los casos, nunca nos significan intereses cuando nos retrasamos en su liquidación. Puede ser la renta, el agua, la luz, la limpia pública, el teléfono, las cuotas escolares, lo que nos fio el abarrotero, aquello que le debemos al fontanero o al albañil. Lo más que puede suceder es que nos corten un servicio o nos estén llamando por teléfono requiriendo el pago.
Sin embargo, en todos los casos, como buenos pagadores, siempre estamos con la angustia cuando vemos que hay una diferencia enorme entre lo que debemos y lo que nos ha caído en la cartera. No distinguimos entre una deuda y otra, a no ser cuando privilegiamos el pago de una y posponemos el de otra.
Lo anterior lo saco a colación por las declaraciones del secretario de Finanzas y Planeación, Tomás Ruiz González, quien ha salido al paso de las versiones de varios dirigentes políticos de la oposición en el sentido de que Veracruz es el estado más endeudado del país.
Y lo ha hecho con una fórmula matemática irrefutable: no se pueden sumar peras y manzanas.
Deudas son deudas
En efecto, cuando nos referimos al concepto de endeudamiento, no son lo mismo los compromisos pactados con instituciones fiduciarias a determinado plazo por sumas otorgadas a crédito, que aquellas deudas que se acumulan por la contratación de servicios, adquisiciones, asesorías, arrendamientos u obras de infraestructura.
Las primeras son las que se consideran deudas propiamente dichas y, según nos lo ha revelado, suman algo así como 10 mil millones de pesos que, en la comparación rápida que hizo ante los medios, es menor que la adquirida por otros gobiernos como los del Distrito Federal y el Estado de México (ambos, con mayor población que nosotros), y Coahuila, que tiene menos habitantes.
Lo demás, unos 16 mil millones de pesos, se deriva de adeudos vencidos o por vencer con particulares, sea por la construcción de un puente, una carretera o una escuela, o por la prestación de cualquier servicio. Estos compromisos entran en el rubro de pasivo circulante y se encuentran en proceso de pago, conforme se vayan cumpliendo las contraprestaciones pactadas.
Además, gracias a una revisión exhaustiva, dicha deuda ya ha disminuido en casi 10%; el secretario Ruiz ha informado que se ha logrado hacer una quita por mil 500 millones de pesos, por cuentas que no correspondían con las obras y los servicios que se atribuían.
Algunos malosos, en efecto, calculan alegremente el adeudo en una suma superior a los 35 mil millones. Nada tan alejado de la realidad. Incluso sumando lo que se debe por empréstitos bancarios y el pasivo circulante, apenas llegaría a 26 mil millones.
Lo preocupante es que la calificadora Fitch Ratings ajustó en marzo a la baja la calificación crediticia del estado no sólo por los adeudos financieros; también por el elevado nivel de pasivo circulante que, al 31 de diciembre, ascendía a 16 mil 325 millones de pesos. Y fue más allá: a los 10 mil millones contratados con bancos, la firma norteamericana incluyó 7 mil 250 millones de pesos de saldo insoluto de las emisiones bursátiles VRZ-CB06U y VRZCB06.
En lo que son peras o son manzanas, la realidad es que hay una fuerte presión sobre las finanzas gubernamentales, gracias a un desmedido uso de las posibilidades de endeudamiento con que prodigó el gobierno de Fidel Herrera, al incrementar desmesuradamente los pasivos no bancarios en los cuatro últimos años de su mandato, de 3 mil 323 millones en 2006 a 16 mil 325 millones de pesos en 2010.
Y ya nos duele mucho el bolsillo a los veracruzanos.
Sabemos que hay de deudas a deudas, y una que siempre nos trae inquietos al punto de, en ocasiones, impedirnos conciliar el sueño, es la que tenemos pactada con alguna institución bancaria o con el fisco. Y es que si no cumplimos en tiempo y monto, se multiplica por obra y gracia de intereses moratorios y diversas sanciones a que nos hacemos acreedores.
Hay otras que están ahí y, en la mayoría de los casos, nunca nos significan intereses cuando nos retrasamos en su liquidación. Puede ser la renta, el agua, la luz, la limpia pública, el teléfono, las cuotas escolares, lo que nos fio el abarrotero, aquello que le debemos al fontanero o al albañil. Lo más que puede suceder es que nos corten un servicio o nos estén llamando por teléfono requiriendo el pago.
Sin embargo, en todos los casos, como buenos pagadores, siempre estamos con la angustia cuando vemos que hay una diferencia enorme entre lo que debemos y lo que nos ha caído en la cartera. No distinguimos entre una deuda y otra, a no ser cuando privilegiamos el pago de una y posponemos el de otra.
Lo anterior lo saco a colación por las declaraciones del secretario de Finanzas y Planeación, Tomás Ruiz González, quien ha salido al paso de las versiones de varios dirigentes políticos de la oposición en el sentido de que Veracruz es el estado más endeudado del país.
Y lo ha hecho con una fórmula matemática irrefutable: no se pueden sumar peras y manzanas.
Deudas son deudas
En efecto, cuando nos referimos al concepto de endeudamiento, no son lo mismo los compromisos pactados con instituciones fiduciarias a determinado plazo por sumas otorgadas a crédito, que aquellas deudas que se acumulan por la contratación de servicios, adquisiciones, asesorías, arrendamientos u obras de infraestructura.
Las primeras son las que se consideran deudas propiamente dichas y, según nos lo ha revelado, suman algo así como 10 mil millones de pesos que, en la comparación rápida que hizo ante los medios, es menor que la adquirida por otros gobiernos como los del Distrito Federal y el Estado de México (ambos, con mayor población que nosotros), y Coahuila, que tiene menos habitantes.
Lo demás, unos 16 mil millones de pesos, se deriva de adeudos vencidos o por vencer con particulares, sea por la construcción de un puente, una carretera o una escuela, o por la prestación de cualquier servicio. Estos compromisos entran en el rubro de pasivo circulante y se encuentran en proceso de pago, conforme se vayan cumpliendo las contraprestaciones pactadas.
Además, gracias a una revisión exhaustiva, dicha deuda ya ha disminuido en casi 10%; el secretario Ruiz ha informado que se ha logrado hacer una quita por mil 500 millones de pesos, por cuentas que no correspondían con las obras y los servicios que se atribuían.
Algunos malosos, en efecto, calculan alegremente el adeudo en una suma superior a los 35 mil millones. Nada tan alejado de la realidad. Incluso sumando lo que se debe por empréstitos bancarios y el pasivo circulante, apenas llegaría a 26 mil millones.
Lo preocupante es que la calificadora Fitch Ratings ajustó en marzo a la baja la calificación crediticia del estado no sólo por los adeudos financieros; también por el elevado nivel de pasivo circulante que, al 31 de diciembre, ascendía a 16 mil 325 millones de pesos. Y fue más allá: a los 10 mil millones contratados con bancos, la firma norteamericana incluyó 7 mil 250 millones de pesos de saldo insoluto de las emisiones bursátiles VRZ-CB06U y VRZCB06.
En lo que son peras o son manzanas, la realidad es que hay una fuerte presión sobre las finanzas gubernamentales, gracias a un desmedido uso de las posibilidades de endeudamiento con que prodigó el gobierno de Fidel Herrera, al incrementar desmesuradamente los pasivos no bancarios en los cuatro últimos años de su mandato, de 3 mil 323 millones en 2006 a 16 mil 325 millones de pesos en 2010.
Y ya nos duele mucho el bolsillo a los veracruzanos.
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