viernes, 23 de julio de 2010

La mala educación: calidad educativa, entrampada



Mientras cerca de 146 mil aspirantes se entrampaban en la resolución del Examen Nacional de Conocimientos y Habilidades Docentes, aplicado por la SEP en 314 sedes del territorio nacional, un reportaje publicado por el periódico El Universal tendió un ominoso velo de duda sobre los efectos que este proceso selectivo acordado con el SNTE puede tener en la mejora de la calidad de la educación que se imparte en las escuelas públicas de educación básica.

Sí, el marginado aspirante a la presidencia de la República por el PAN en 2012, Alonso Lujambio, dijo esta misma semana frente a su reticente jefe Felipe Calderón que “los nuevos maestros tienen que demostrar, en un examen, que tienen los méritos para sumarse al magisterio”.

Lo que no dijo es cómo va a enfrentar la negociación con el sindicato para que casi un cuarto de millón de maestros y directores de primaria y secundaria, en servicio, logren los estándares académicos de rigor para desempeñar sus labores.

Y es que seguramente ni se lo ha propuesto él ni el gobierno federal, pese a la excitativa calderonista de que “hoy se requiere más calidad en la educación, pero también mayor corresponsabilidad”.

A estos discursos, el reportaje publicado por la periodista Nurit Martínez, de El Universal, los ha despojado del más mínimo beneficio de credibilidad:

“Del millón 46 mil 347 mentores registrados en esos niveles [primaria y secundaria], 23.3% son pasantes de licenciatura, de la normal, tienen apenas estudios de bachillerato o nivel técnico e incluso están en situación de rezago educativo al no haber terminado la educación básica”.

Y va más allá: 191 profesores que ejercen cargos, incluso de directores (30), no concluyeron la primaria. Entre los estados con mayor número de casos, por desgracia, se encuentra Veracruz, además de México, Guanajuato y Sonora.

Una larga historia de corrupción y componendas políticas con el SNTE y otros sindicatos menores, que se vieron suspendidas en Veracruz hace ya cinco años, cuando se instauró la modalidad del examen como único medio para obtener una plaza magisterial, ha permitido que niños y jóvenes que cursan su educación básica estén en manos de personal sin preparación para realizar tareas docentes.

¿Cómo exorcizar al sistema educativo nacional de esos espíritus chocarreros, insuflados por inescrupulosos líderes magisteriales? ¿Cómo hacerlo en un escenario de concupiscencia política en que se han trabado el PAN y el partido creado por la lideresa nacional del SNTE, Elba Esther Gordillo, y que tantos dividendos le redituó al partido gobernante en los comicios del 4 de julio pasado?

Ha sido importante la aplicación del examen nacional como vía para obtener una plaza magisterial. El problema es que también hay que barrer para atrás, lo que difícilmente hará un gobierno que tiene tan medida su capacidad de maniobra, cuando se acerca una elección presidencial en la que puede perder su posición en Los Pinos.

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