Conforme se acerca el inicio de la batalla por la obtención de votos en los comicios federales de 2012, las alianzas políticas se han fraguado; con ello, se han concretado acuerdos y las corrientes han tomado sus respectivos cauces. En medio de todo ese fragor de complicidades y afinidades políticas, ¡oh, calamidad!, el Partido Acción Nacional se ha quedado solo y se ve difícil que refrende su lugar en Los Pinos, luego de 12 años en el poder, sobre todo porque el presidente Felipe Calderón sigue apostando por Ernesto Cordero, cuyos momios están más salados que el calcetín de un pescador en altamar.
La semana pasada, la izquierda dio el primer paso para lograr que Andrés Manuel López Obrador alcance lo que hace seis años estuvo a punto de lograr pero que se le escamoteó por diversas vías, desde la campaña negra que lo ubicó como un peligro para el país hasta que no fue capaz de echar atrás múltiples operaciones para hacerlo sucumbir en la intimidad de las casillas electorales.
Apenas la semana pasada, luego de que la consulta armada por el colectivo de izquierda para dirimir la candidatura presidencial entre Marcelo Ebrard y AMLO ubicó a este último como el más fuerte postulante y Ebrard aceptó los resultados para evitar divisionismos, las fuerzas de izquierda encarriladas en el Movimiento de Renovación Nacional formalizaron el acuerdo de coalición con las siglas del Partido de la Revolución Democrática, el Partido del Trabajo y el Movimiento Ciudadano.
La gran coalición Movimiento Progresista incluye, por supuesto, organizaciones sociales, redes ciudadanas, organismos comunitarios, agrupaciones civiles y de profesionistas, además de personalidades de las artes, la cultura y el sector empresarial, que ven en AMLO una gran solidez moral, necesaria para acabar con la galopante corrupción que campea en el país. Es posible que Marcelo Ebrard se sume como coordinador de campaña.
Frente a esta corriente de izquierda con candidato, la que encabeza el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha generado su propia dinámica para la coalición electoral y, aunque por artimañas que tienen que ver con el uso de los medios de comunicación y demás espacios públicos, ya prohibidos a AMLO, no ha puesto el nombre del que ya se sabe quién será, es decir, Enrique Peña Nieto, lo cierto es que junto al PRI ya se han subido al tren el Partido Nueva Alianza (Panal), propiedad de Elba Esther Gordillo Morales, y el Partido Verde Ecologista (PVEM).
El jueves pasado, Luis Castro (PVEM), el señor de las deudas Humberto Moreira (PRI) y Arturo Escobar (Panal) formalizaron la coalición Compromiso por México, para enfrentar en unidad la contienda presidencial de 2012. Esta alianza, beneficiada por el exgobernador mexiquense con las mayores preferencias en encuestas electorales, de las que no ha bajado mayor ápice, prácticamente se pavonea de tener el triunfo asegurado en 2012, lo que les ha llevado a decir que esta alianza será oposición solo por 10 meses pues prácticamente tienen asegurado su ingreso a Palacio Nacional.
El llanero solitario en problemas
Frente al optimismo de los verdes y la esperanza que generan los amarillos, los blanquiazules parecen cada vez más desfigurados. No le ha ido bien a los panistas. En primer lugar, las medidas autoritarias para imponer candidaturas a diputados y senadores en todo el país, lo que hubiera fortalecido la opción de Ernesto Cordero, fueron echadas abajo por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
Por otra parte, la muerte de su principal operador político, José Francisco Blake Mora, exsecretario de Gobernación, en un accidente cuyas causas han quedado dispersas en el imaginario colectivo como las propias piezas de la aeronave en que viajaba el 11 de noviembre, dejaron muchas dudas en el país sobre la solvencia de la Presidencia de la República para mantener no la paz sino el equilibrio político en medio de la guerra. Por último, la derrota sufrida por la hermana del Presidente en Michoacán profundizó la caída del partido gobernante y, por si fuera poco, su antigua aliada, la dirigente magisterial Elba Esther Gordillo, ha alquilado su partido a Enrique peña Nieto.
Solo y sin definición sobre quién puede sacar la elección, entrampado en el capricho del Presidente, el PAN irá débil y solo a los comicios del año próximo. Así las cosas.
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