No hay manera de cuantificar lo que el huracán Karl le robó a miles y miles de veracruzanos.
Tan solo por mencionarlos en un rápido inventario: daños materiales, más graves incluso que si hubieran sido producidos por un terremoto; decenas de muertos, muchos de los cuales no son reconocidos como víctimas del meteoro y otros cuyos cuerpos ni siquiera han sido recuperados; economías de diversas escalas devastadas, algunas desde su raíz; desaparición total del menaje de miles de familias, incluyendo documentos personales, testimonios y reliquias atesorados por décadas; destrucción del paisaje por la aniquilación de cultivos, la caída de miles de árboles, la deformación de los cauces hidrológicos, la creación de nuevos estuarios.
Pero lo más grave ha sido el surgimiento espontáneo y masivo de una sensación de vulnerabilidad, de riesgo permanente, de zozobra inaudita, que ha encendido en miles de veracruzanos un irracional temor por los fenómenos de la naturaleza, así sean una simple lluvia o el crecimiento mesurado en los niveles de ríos, arroyos y lagunas.
Si a ello agregamos una circunstancia real de indefensión, de riesgo sanitario, de hambre, de inadecuación, de rapiña, de esperanzas fallidas, de falta de un sitio donde recrear la intimidad, donde llorar sin ser visto o entrevistado por un reportero o tomado in fraganti por un fotógrafo; de ruptura con la cotidianeidad, con el tren de la vida y el trabajo, con la escuela, con las creencias, con los proyectos mediatos e inmediatos, ya podremos imaginarnos qué tanto tardaremos los veracruzanos en recuperar esa fuerza y esa energía humana que ha parecido difuminarse hasta el grado de acercarse a su temporal extinción. Porque lo que se ha perdido son décadas de trabajo.
Y hay sectores de la población a los que nadie pide opinión, pese a agregar a todos los males numerados otros que uno parece no tomar en cuenta. Uno de ellos es el de los niños y jóvenes que durante un buen tiempo deberán dejar a un lado su proceso educativo, sea porque sus planteles han sido destruidos o afectados por la fuerza de la naturaleza, porque deben incorporarse a actividades productivas junto con sus padres para paliar los efectos económicos o porque como parte de lo perdido durante las inundaciones se encuentran libros, cuadernos, libretas, lápices, mochilas, reglas, tareas ya hechas, obligaciones por cumplir, conocimientos barridos por la corriente, canchas deportivas cubiertas por una gruesa capa de lodo, amigos que nunca volverán a ver.
Es de tal gravedad la situación que en muchas comunidades las clases se iniciarán más tarde de lo esperado. Maestros y padres de familia deberán tomar la escoba para limpiar los salones, pero eso será después de recuperar lo poco o mucho que les dejó en casa la catástrofe. Los maestros deberán reevaluar a los estudiantes, ya perdidos los registros de asistencia y las calificaciones; las autoridades de registro civil deberán trabajar a brazo partido para recuperar documentos esenciales como las actas de nacimiento, mientras que las autoridades escolares deberán buscar en sus archivos para elaborar certificados de estudios. Porque en muchas comunidades, en muchas colonias, en muchas ciudades, las familias perdieron todo, absolutamente todo.
La tarea reconstructiva está pasando su etapa intensiva, la de salvar vidas, la de romper los diques para que el agua que se salió de madre regrese a sus cauces, la de dar a las personas el alivio de una pequeña despensa, agua potable, ropa para protegerse, calzado, trabajo remunerativo, un sitio donde escampar. Pero lo que sigue es de tal magnitud y requerirá de tanto tiempo que será necesaria la participación prolongada de quienes sí tenemos casa, trabajo y seguridad.
A quienes durante un fin de semana, en lugar de festejar el bicentenario del inicio de la guerra de Independencia, lucharon por sus vidas frente a un enemigo de proporciones gigantescas, buscaron refugio en las azoteas de sus casas, se aferraron al tronco de un árbol para salvar la vida, vieron sus casas y pertenencias ser arrastradas por el agua, habrá que ayudarlos con todo nuestro empeño y solidaridad. No sólo ahora, en estos días en que todavía se percibe en el ambiente el olor y la música de la destrucción, sino durante los siguientes meses del año e, incluso, en los primeros del 2011, y con ello tengan fuerzas para recuperar al menos lo esencial para seguir en pie.
Y uno de nuestros objetivos deberá ser recuperar a miles de niños que hoy no tienen escuela, no tienen libros, no tienen útiles escolares e, incluso, no tienen casa.
Fotografía de Celia Álvarez: http://www.facebook.com/album.php?aid=222907&id=660263583&l=5e6673dd0d
martes, 28 de septiembre de 2010
domingo, 19 de septiembre de 2010
¿Cómo responder a alumnos en marginación?
Es posible que las declaraciones del responsable educativo en Veracruz en relación con el Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe) haya generado urticaria en algunos funcionarios federales.
Lo cierto es que no hizo sino poner el dedo sobre la llaga: los modelos asistencialistas en educación, meros calmantes para una población que habita en pequeñas comarcas y quiere educar a sus hijos, no atacan la desigualdad sino más bien la profundizan.
Y es que Arredondo fue frontal: “Programas como Conafe no sirven, tienen que ser revisados. Está enviando a jóvenes poco preparados, de preparatoria, a hacerse cargo de niños en las comunidades indígenas”.
Él ha insistido en este tema durante toda su gestión: no se vale enviar a personas sin ninguna formación docente a hacerse cargo de la educación de niños en zonas marginadas, porque ello es condenarlos a una preparación deficiente.
“Una política educativa que envía lo que le sobra a las comunidades más pobres, es una política que mantiene la pobreza, la marginación y la desigualdad. Hay que atacar frontalmente la inequidad educativa en las comunidades pobres, en las escuelas alejadas, porque es ahí donde se producen los grandes cambios”, dijo ante periodistas hace una semana.
Desaparecer o reformar el Conafe, esa es la cuestión.
Pero si es necesario pensar sobre cerrar o cambiar objetivos y alcances de este organismo federal creado en medio de las oleadas populistas de Luis Echeverría Álvarez, en 1971, también lo es que los gobiernos federal y estatal destinen recursos crecientes a la educación.
Buenos resultados en educación
Lo logrado en Veracruz en la prueba Enlace 2010 ha permitido descubrir que un objetivo no se obtiene por la simple y azarosa concatenación de factores, sino gracias al trabajo enfocado a su logro, la incorporación de todos los actores, la puesta en común en la inmensa estructura burocrática sobre las tareas que debían desarrollarse y agregar elementos novedosos que sirvieran de soporte al trabajo realizado tanto por profesores como por estudiantes y padres de familia.
Desde el año pasado, la SEV realizó reuniones regionales que hicieron confluir las labores normales de los profesores con los respaldos de los proyectos innovadores, la participación de los padres de familia, la actualización docente, el involucramiento de las autoridades locales y comunitarias. Todo se puso en juego para que los estudiantes tuvieran un buen Enlace.
La SEV buscó que Veracruz se colocará en los primeros 10 lugares de la tabla nacional en cuanto al desempeño escolar medido por Enlace. Si no lo ha logrado al cien por ciento, lo que sí logró lo acerca irremediablemente a la meta.
En seis años, en efecto, Veracruz ha pasado de estar entre los lugares 27 y 28, es decir en el fondo de la tabla, superando apenas a cinco o seis estados, a ubicarse entre los lugares cuatro y 11 en muchos aspectos y subsistemas.
De entrada, en todos los niveles ha incrementado su puntaje promedio estatal, y en todos se ha elevado la proporción de alumnos que están en los niveles bueno y excelente. Veamos algunos datos antes de concluir con este tema:
En primaria se duplicó la proporción de alumnos en bueno y excelente. En secundaria, en el caso de matemáticas se triplicó esa proporción de alumnos en bueno y excelente.
En secundaria, la posición alcanzada en la tabla nacional con relación al puntaje promedio obtenido, es la cuarta en matemáticas e historia y quinta en español.
En bachillerato se obtuvo el lugar 10, con el 60.4 por ciento de alumnos en el nivel bueno y excelente en habilidad lectora, mientras que en habilidad matemática se logró la posición 11.
Habrá que ver cuál será la prioridad del próximo gobernador veracruzano, pero lo realizado puede crecer y no sólo brindar satisfacciones de índole inmaterial; también puede representar la piedra de toque para respaldar el desarrollo económico y social de Veracruz.
miércoles, 15 de septiembre de 2010
Enlace, la rebelión de los marginados
Para quienes están acostumbrados a predecir que los buenos resultados escolares sólo son posibles en áreas urbanas y, sobre todo, en planteles privados, este año les falló la quiniela.
Al menos en Veracruz, en la prueba Enlace 2010, los resultados de subsistemas identificados con el medio rural marginal obtuvieron resultados no sólo positivos sino espectaculares.
Lo mismo en educación media, con planteles de Telesecundaria, que en educación media superior, con Colegios de Estudios Científicos y Tecnológicos (Cecytev), el salto cualitativo mostrado por sus estudiantes permitió arrastrar positivamente a todo el sistema educativo veracruzano para colocarse en lugares de privilegio en el ámbito nacional.
El tema no es de minusvalorarse. Ya hemos visto en los resultados de Enlace en años anteriores, cómo planteles de educación indígena, principalmente en Chiapas, lograron colocarse en los primeros lugares, pese a que no sólo carecen de equipamiento tecnológico sino incluso de aulas adecuadas, mobiliario y materiales didácticos.
Además de los resultados obtenidos en secundarias y bachilleratos ubicados en zonas marginadas de Veracruz, otro sector que logró sobreponerse a sus ya históricas carencias han sido los planteles de educación primaria indígena. El propio titular de la SEV, Víctor Arredondo, no ha tenido empacho en destacar ese fenómeno, y habrá que ver qué está detrás de resultados tan prometedores.
No es que los niños que hablan su lengua y adquieren el español como un segundo idioma sean incapaces de obtener buenos resultados en materia de aprovechamiento escolar; lo que sorprende es que teniendo graves carencias en sus planteles, un casi nulo contacto con las tecnologías de información y muchas dificultades para tener acceso a materiales didácticos y bibliográficos, le pongan el ejemplo incluso a niños de zonas urbanas que sí cuentan con esos apoyos.
En efecto, el desempeño de los estudiantes de regiones indígenas, en palabras de Arredondo, “ha mantenido un rumbo impresionante en la mejora de su desempeño; sus alumnos han incrementado en 42.2 puntos su puntaje promedio estatal, lo que los ubica como un referente nacional”.
Si ello fue en educación primaria indígena, también es muy honroso que telesecundarias y Cecytev hayan logrado primeros lugares nacionales.
Ya sabemos que el mayor porcentaje de planteles de educación media en el estado reciben sus contenidos académicos a distancia por televisión, y ha sido el desempeño de las telesecundarias el que ha permitido que este subsistema haya obtenido resultados tan honrosos: en historia y matemáticas lograron el cuarto lugar nacional, mientras que en comprensión lectora y español se colocaron en el quinto sitio.
Y es que las telesecundarias veracruzanas mostraron uno de los mejores desempeños a nivel nacional.
miércoles, 8 de septiembre de 2010
En Veracruz, la cultura indigesta
Aunque ya tiene una historia de desencuentros y claudicaciones, en los últimos seis años la cultura en Veracruz ha sufrido uno de sus más infaustos periodos, si no es que el más digno de olvido.
Y este panorama desolador ha ocurrido tanto en el impulso que, en la estructura gubernamental, supuestamente debía darse desde el Instituto Veracruzano de Cultura (IVEC), como en la Universidad Veracruzana, donde un cacicazgo solapado por el rector Raúl Arias –y respaldado desde el gobierno estatal– ha impedido refrescar un espacio de creación colectiva que parece a punto del infarto.
Si alguien quisiera referirse al fenómeno cultural en Veracruz en el sexenio que concluye, podría describirlo con una frase inequívoca: sobrevivencia por ocurrencias.
Ya el hecho inaugural de transferir la cultura al espacio de promoción turística nos habla de una concepción que ha prendido en varios países y, con los gobiernos panistas, en México, que es supeditar la actividad cultural a las necesidades del espectáculo y, más específicamente, de uno que atraiga divisas.
Esta orientación economicista, que desprende a la cultura de su más cercano aliado, la educación, y la ofrenda como ornamento para el consumo de los otros, los de fuera, aquéllos que se desea atraer como abejas al panal, condena a los de dentro, a creadores y consumidores internos, a los hacedores del fenómeno cultural propiamente dicho, al infierno de la dádiva otorgada a capricho.
A estos, sean artistas plásticos o ejecutantes, creadores o promotores, diseñadores o pensadores, esta visión los orilla a perder el tiempo en antesalas, a depender de una beca que no llega y que más valdría no obtener porque es más alto el costo para el artista que debe regalar su producción, a sufrir por sus proyectos extraviados entre secretarias y ayudantes, erigidos como los nuevos protagonistas de oficinas dirigidas por burócratas bochornosos.
¿Cuál es el camino para que un proyecto tenga apoyo gubernamental? Cazar al gobernador Herrera en alguno de sus actos públicos para venderle la idea, cuando el mandatario podía ahorrarse esas incómodas entrevistas si los responsables del ramo hicieran su trabajo… o se les dejara hacerlo.
No es una casualidad que quienes estén al frente de las dependencias culturales del gobierno estatal y la UV sean personajes cuyo máximo expertise tenga que ver con comercios electorales a nivel de piso, bufonadas mediáticas para granjearse el favor de analistas políticos y una gran elasticidad para bajar la cerviz.
Por ello, entre la cultura del repujado y el migajón y la alta cultura, esa que llena parques y galerías con la obra de artistas renombrados, poco espacio ha quedado para cientos de hacedores de arte y cultura, que deben improvisar espacios en azoteas, antros que hoy los jóvenes denominan centros de convivencia, parques públicos, cafeterías y tiendas de arte, para exponer su trabajo
Muchos han debido rebajarse al nivel de vendedores ambulantes en los grandes festivales ‘culturales’, como la Cumbre Tajín, para colocar sobre tapetes improvisados el producto de su creatividad, a la espera de que algún turista, con la compraventa, les permita al menos su supervivencia. ¡Esto es el Veracruz cultural, señores!
El IVEC, ¿una insana golosina?
¿Qué ha sucedido con el Instituto Veracruzano de la Cultura (IVEC), cuyo nacimiento en el gobierno de Fernando Gutiérrez Barrios, bajo la dirección de Ida Rodríguez Prampolini, atrajo las miradas de todos los rincones del país por su enorme energía e interesantes propuestas, y permitió vestir una labor que impulsó el orgullo de ser veracruzano?
Prácticamente, nada.
Ya lo comenta Lourdes Hernández Quiñones en su blog Senderos de lo Cultural (http://senderosdelocultural.blogspot.com), con mucha precisión y conocimiento de causa:
“¿Por qué no ha sido reestructurado el IVEC cuando es ya una situación inaplazable? Habría que replantear, de inicio, una instancia con menos dificultades y complejidad administrativa, con el propósito de que las áreas operativas puedan funcionar mejor. Se trata de fortalecer los departamentos y oficinas que son los facilitadores del quehacer cultural y entender que lo administrativo cumple exclusivamente una función de apoyo.
“No existe, hasta el momento, un área que tenga que ver con las industrias culturales. ¿Dónde está la producción de discos que en la administración de Leticia Perlasca tuvo una proyección fundamental? Tampoco existe un área encargada de asuntos internacionales o de vinculación con instituciones. Hay que reconocerlo, la estructura del IVEC requiere de renovarse para adecuarse a los tiempos que estamos viviendo: Renovarse o morir…
“¿Dónde ha quedado el trabajo de investigación que caracterizó en su fundación al IVEC y que le permitió tener un lugar de reconocimiento en el ámbito nacional? ¿Dónde ha quedado la sistematización de la información cultural para la toma de decisiones? ¿Qué fue del programa infantil, de su vasto programa editorial?”
Lourdes Hernández plantea cómo fue desoído el diagnóstico completo sobre las carencias y omisiones que presentaba el IVEC en 2005, elaborado por Esther Hernández Palacios, su primera directora en el sexenio, con el objeto de normar la política cultural del actual gobierno estatal, y que poco pudo hacer porque lo que se necesitaba ahí era un simple y sencillo burócrata, que no tuviera ideas ni molestara con propuestas.
Un debate serio y crítico debiera caracterizar la definición de lo que, en esta materia, definiría la gestión del próximo gobierno; un debate que no se caracterizara por la celebración de simples reuniones sociales, diseñadas para autoelogios o discursos huecos y fantasiosos.
Ojalá pueda lograrse eso. Una propuesta a botepronto es que la cultura regrese al sector educativo y deje las áreas de promoción turística, donde ni se le oye, ni se le ve ni se le habla.
martes, 7 de septiembre de 2010
En la UV, cambios que nadie entiende
¿Quién entiende al rector Raúl Arias Lovillo? Un día eleva mediáticamente a niveles de excelencia a uno de sus funcionarios, y al otro día anuncia su relevo.
Ha sucedido en varias ocasiones, pero el caso más reciente es el de Leticia Rodríguez Audirac.
Apenas el 31 de agosto, Arias Lovillo encabezó una reunión en que hizo entrega del reconocimiento del Programa de Mejoramiento del Profesorado (Promep), un programa federal, a 279 profesores, gracias a la gestión de la dirección de Desarrollo Académico, y al día siguiente relevó a su directora Leticia Rodríguez Audirac, sustituyéndola por uno de sus subalternos.
En efecto, al día siguiente designó a Mauricio Aguirre Serena como nuevo director de Desarrollo Académico, en sustitución de Rodríguez Audirac, con quien se había desempeñado en calidad de jefe del Departamento de Superación del Personal Académico.
A Leticia Rodríguez Audirac la nombró secretaria de la Rectoría, en sustitución de Víctor Aguilar Pizarro.
En realidad no hay nada tan endeble como mantener un puesto en la administración universitaria, sobre todo con Raúl Arias Lovillo a quien le gusta jugar a cada rato una nueva partida de ajedrez, cambiando o intercambiando sus piezas. Lo extraño es que eleve y luego deje caer a los funcionarios.
¿Qué dice el comunicado oficial enviado el 1 de septiembre sobre Leticia Rodríguez?
Que “ha sido parte fundamental en tres de los más importantes pilares de la transformación universitaria: la formación de cuerpos académicos, la productividad académica y el Modelo Educativo Integral y Flexible”, y que “es una de las más importantes expertas al interior de la institución en modelos educativos y programas de fortalecimiento del profesorado”.
¿Por qué entonces desaprovechar esa experiencia en un puesto que atiende más bien las relaciones públicas e interinstitucionales del Rector?
¿En qué puede contribuir Leticia Rodríguez, desde su nuevo puesto, al propósito de reforzar “la consolidación y concreción de las más importantes reformas emprendidas en esta casa de estudios en los últimos años y que forman parte de una profunda transformación institucional”, como lo dijo Arias?
¿Quién podrá saberlo?
viernes, 3 de septiembre de 2010
Lujambio nunca sale de su cueva
El secretario de Educación Víctor Arredondo ha invitado a Alonso Lujambio a visitar Veracruz para poner sobre la mesa las razones que han hecho que la SEP desestime tanto el trabajo que el sector educativo estatal ha realizado en los últimos años.
Pero el titular de la SEP difícilmente abandona la comodidad de sus oficinas en el Distrito Federal, a no ser para hacer política. Debemos recordar que, cuando tomó posesión de esa secretaría en sustitución de la ahora diputada Josefina Vázquez Mota, desconcertó a tirios y troyanos cuando dijo a los cuatro vientos que llegaba al puesto a hacer política.
Y así ha sucedido. La única ocasión en que se le vio por Veracruz fue el domingo 27 de junio de este año, cuando en Boca del Río hizo sonrojar a los más albureros reporteros jarochos con su fino vocabulario. En efecto, Alonso Lujambio vino a Veracruz pero a apoyar la campaña electoral del candidato panista Miguel Ángel Yunes Linares a la gubernatura del estado.
Y ahí, con la finura aprendida en las mejores universidades del mundo, espetó ante grabadoras y micrófonos:
“Últimamente han dicho y los hemos escuchado decir que están en plenitud del pinche poder. ¿Cuál plenitud? ¿Cuál pinche poder? Si la seguridad de los veracruzanos está en duda, si la extorsión está presente. En realidad lo que nos están diciendo es que no han sido capaces de solucionar el principal problema de la vida del Estado, más allá del pinche poder, que es la seguridad”.
Golpeaba con ello a Fidel Herrera, quien había sido captado en una llamada telefónica diciendo que estaba “en plenitud del pinche poder”.
Ese mismo día, fuera de su costumbre, también se dio oportunidad para acudir a Sinaloa a apoyar al ex priista Mario López Valdez, candidato del PAN y el PRD a la gubernatura sinaloense, en un periplo que, ténganlo por seguro, no realizó por aerolíneas comerciales y tampoco pagó con recursos salidos de sus bolsillos.
Tampoco acudió al II Encuentro Internacional de Rectores organizado por Universia (el portal en internet financiado por el Banco Santander), realizado a finales de mayo en la ciudad de Guadalajara, donde se le extrañó, pese a que quien sí estuvo presente fue el ministro español de Educación, Ángel Gabilondo, además de representantes de mil 99 universidades iberoamericanas y 44 rectores de otros países, y en que se acordó la "Agenda de Guadalajara”, un documento que sienta las bases para desarrollar el Espacio Iberoamericano del Conocimiento.
Así que Arredondo deberá ir a las oficinas de la SEP a buscar una explicación sobre la disminución ominosa al presupuesto educativo veracruzano de 2010, que se calcula en 950 millones de pesos, casi 70 por ciento de los cuales se refieren a recursos no considerados dentro del Fondo de Aportaciones a la Educación Básica (FAEB), pese a que en Veracruz funciona el 19 por ciento del total de planteles del país y sólo se le destina el 5 por ciento de los recursos etiquetados para infraestructura escolar.
Es una desgracia que, en la oficina en que despacharon personajes como Justo Sierra, quien fundó la UNAM en su gestión; José Vasconcelos, quien fue rector de la UNAM y fortaleció las acciones para llevar la educación y las bibliotecas a los más recónditos rincones de México; Jaime Torres Bodet, quien creó la Escuela Normal Superior y promovió la creación de los museos de Arte Moderno y Nacional de Antropología e Historia, y Jesús Reyes Heroles, ahora esté un junior que diga abiertamente que llegó a la SEP a hacer política.
La revista “Líderes Mexicanos” describe lo que ha sido la SEP en términos políticos: “Durante su historia, han pasado personajes célebres por ella. Una vez en su historia un ex Presidente fue su titular (Plutarco Elías Calles, 1929), varias veces un ex titular de la SEP ha intentado llegar a la Presidencia de la República, siendo el caso más sonado el de José Vasconcelos y sólo uno (Ernesto Zedillo) ha llegado a encabezar el Ejecutivo Federal”.
¿Alonso Lujambio pretenderá ser el segundo ex secretario de Educación en buscar y, ocasionalmente, ganar la Presidencia de México? Dios nos libre…
miércoles, 1 de septiembre de 2010
¿Habilidades digitales para todos?
Tras el oneroso fracaso de Enciclomedia, el programa insignia de modernización educativa impuesto en el sexenio de Vicente Fox, el gobierno de Felipe Calderón ha apostado por un esquema creado en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (One Laptop Per Children, OLPC) que, al menos en el presente ciclo, buscará equipar a más de 30 mil escuelas secundarias públicas con una laptop para cada estudiante y para cada maestro.
Con presupuesto inicial de 4 mil 500 millones de pesos, el tema parece sobresaliente. En el guión, permitirá encauzar a decenas de miles de jóvenes en el uso de las tecnologías de información, con apoyo de internet, lo que les abrirá camino hacia la sociedad del conocimiento, del que difícilmente podrán salir según continúen su formación en los niveles de educación media superior y superior.
Aunque ya lleva camino recorrido, este programa denominado Habilidades Digitales para Todos (HDT) tendrá para el presente ciclo escolar sus primeras compras masivas, si bien ya han sido equipadas las poblaciones estudiantil y docente de 9 mil secundarias.
Según las ambiciosas metas del gobierno federal, al final de la administración de Felipe Calderón todos los alumnos y profesores de las 155 mil escuelas secundarias públicas del país gozarán de laptops (cuyo costo por unidad es de unos 100 dólares), aunque habrá que esperar a que tengan acceso a una señal que les permita navegar por la red.
Respaldado por la ONU, este esquema ya ha sido puesto en operación en países como Brasil, China, Perú y Uruguay, y en el caso de México está ligado a un proyecto federal de salud, educación y gobierno que coordina la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, que ha autorizado a la SEP el uso de una de sus frecuencias para la transmisión de datos.
Fernando González, responsable como subsecretario de Educación Básica de la SEP del programa HDT, ha dicho ya que la licitación habrá de federalizarse, por lo que los gobiernos estatales serán los que decidan qué empresas proveerán tanto el equipamiento como el servicio de conectividad a internet, evitando con ello cuestionamientos relacionados con beneficiar a unas u otras empresas proveedoras.
En el discurso y en el nombre mismo del programa, los beneficios serán para todos, y es posible que ello suceda al final de la administración calderonista, si no hay en el camino algún tropiezo presupuestal.
El problema, sin embargo, se presentará con los plazos que marcan los manejos políticos, presentes en toda asignación de recursos federales.
Según la electoral manera de gobernar, los recursos públicos se prodigan entre los aliados y se escatiman a los desgraciados, y ya sabemos que en estos tiempos uno de los patitos feos es Veracruz.
El castigo político del gobierno federal a la administración de Fidel Herrera ha tenido múltiples episodios. Además de la morosidad (o negativa) en la entrega de recursos del Fondo Nacional para Desastres Naturales (Fonden) para remediar afectaciones en territorio veracruzano, otro sector menoscabado ha sido el de la educación, como ya hemos comentado en este espacio.
Un año sin financiamiento en programas de modernización tecnológica representa un grave atraso en la implantación de programas, sobre todo cuando se pretende beneficiar a escuelas enclavadas en regiones serranas y dispersas en miles de pequeñas comunidades. Y eso ha ocurrido en el electoral año 2010.
De ahí la airada protesta tanto del gobernador Fidel Herrera como del secretario de Educación en Veracruz, Víctor Arredondo, porque justamente para el programa HDT a los prohombres de la SEP se les olvidó Veracruz y no mandaron un quinto para dar continuidad a programas que ya se habían puesto en marcha en 2009.
En efecto, mientras que en 2009 se destinaron a Veracruz recursos etiquetados a HDT por un monto de 120 millones de pesos, este año se le asignaron cero bolitas. Así nomás… ¡pum!, ¡cuas!, ¡caput!
De manera que hasta que entre en funciones el próximo gobierno estatal se retomarán iniciativas como la de la Red Estatal del Conocimiento, que habría permitido –sin el concurso de empresas privadas– la prestación del servicio de internet a miles de escuelas (y centros de salud y gobiernos locales), sólo a la espera de las famosas laptops para conectarse individualmente, en el caso de las secundarias, o para la instalación de aulas digitales en escuelas primarias o de bachillerato.
Este trato inequitativo para Veracruz por parte de la SEP era explicable, que no justificable, en el periodo previo al proceso electoral local del 4 de julio, donde Felipe Calderón tenía sentadas esperanzas de obtener la gubernatura para su partido en la persona de su amigo Miguel Ángel Yunes Linares, pero a estas alturas merece los más airados epítetos.
Por eso, Arredondo ha pedido la presencia del docto secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio, para que precise las razones de esta explicable omisión presupuestal. El problema es que…
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