lunes, 20 de enero de 2014

Martínez de la Torre, el duro contraste

Rolando Olivares Ahumada
Cuando Rolando Olivares Ahumada ganó la partida a Cenobio de la Torre en julio del año pasado, con más del doble de la votación lograda por el candidato panista, pocos se imaginaron que en solo 15 días de gobierno municipal borraría del mapa al panismo familiar que había logrado enquistarse en el poder por casi nueve años.

Ha sido tan duro el contraste logrado, que el descontento popular que había generado el dos veces alcalde José de la Torre Sánchez (y, por extensión, toda su familia) ha encontrado razones de sobra para profundizarse.

Empresario agroindustrial, con un profundo dominio en materia de exportación de cítricos, Olivares Ahumada ha impreso a su gestión, incluso desde antes de tomar posesión, una intensidad y efectividad tales que su paso por el panismo como candidato a diputado federal en 2012, cuando perdió por la labor en contra de Pepe de la Torre, ha sido borrado por completo.

Pero el contraste que ha logrado en menos de 20 días no solo ha logrado marcar contraste con su antecesor. También pone en entredicho a decenas de ediles de la entidad que se han concentrado en la conformación de sus equipos y en el análisis de sus menguadas haciendas.

Y no es que en Martínez la anterior administración haya dejado una caja repleta de billetes al alcalde priista para que se luciera. Por el contrario, incluso los recursos materiales indispensables para la prestación de servicios como limpia pública, seguridad, agua y saneamiento mostraron el abuso y una desaseada administración guiada por los intereses particulares del exalcalde panista.

Lo que pasa es que, mientras los demás alcaldes vacacionaban para llegar frescos a sus puestos, Olivares adelantaba gestiones, organizaba e instruía a quienes serían parte de su equipo de gobierno, establecía estrategias con base en una consulta pública y, seguramente, concitaba la participación de los grupos empresariales para que apoyaran a sacar a una ciudad hundida en el marasmo.

Una ciudad insegura y peligrosa

Si le preguntáramos a cualquier martinense (taxista, transportista, comerciante, industrial, ama de casa, jornalero o empleado) por su máxima preocupación, seguramente contestaría que la inseguridad.

Hasta diciembre pasado, no había día en que no ocurriera un asalto callejero, incluso a la luz del día y en calles céntricas; el robo en propiedad pertrechado por bandas que actuaban repetidamente y con el mismo modus operandi (como los violentos asaltantes a bordo de motocicleta), el secuestro y el asesinato.

Todos tienen historias que contar, sea en propio perjuicio o en el de vecinos, familiares y amigos.

Pese a la presencia de la Marina, que estaba atenta a atajar a la delincuencia organizada, en materia del orden común la policía municipal se convirtió en una agencia privada de protección de los negocios del alcalde (quien antes de partir inauguró su tercer supermercado), según documentó el servicio informativo de MS Radio. Al frente de la corporación puso a una mujer sin preparación en el tema que había hecho labores administrativas y que, lejos de prevenir los delitos, prácticamente se dedicó a atracar a jóvenes, borrachos y periodistas.

En el parque de maquinaria, Rolando Olivares pudo ver al segundo día de su mandato cómo habían sido arrumbados vehículos policiacos que días antes prestaban servicio, pero que se mostraban sin llantas o sin motor.

Por eso, las primeras acciones del nuevo alcalde han sido recuperar el alumbrado público en calles de colonias y en las principales avenidas, incluso en el puente que comunica con Independencia, implantar operativos para retirar vehículos descompuestos y abandonados en las vías públicas que funcionaban como parapetos de delincuentes, aplicar operativos para evitar el tránsito de automovilistas con altos grados etílicos y componer los semáforos.

Si la policía preventiva cumple su función como están obligados, si las nuevas cámaras de vigilancia no se usan para cuidar los negocios personales como hizo Pepe de la Torre, si al frente de la corporación manda un policía experto, el nuevo alcalde podrá recuperar la confianza ciudadana.

Productores rurales, olvidados

Para nadie es un secreto que, durante su gestión, Pepe de la Torre confrontó duramente al gobierno estatal y trató siempre de echarle encima a los pobladores urbanos y rurales, pero lo que más se recuerda fue su cruzada contra la Secom por el incumplimiento en la reparación de vías carreteras y caminos interparcelarios.
José y Cenobio de la Torre

Su cruzada, sin embargo, no tuvo como propósito liderar una auténtica demanda sino sacar provecho electoral en su lucha casi personal contra el gobierno y su partido, el PRI.

Rolando Olivares sabe perfectamente la importancia de la producción agropecuaria, principalmente de la citricultura. Por ello, desde antes de entrar al ayuntamiento abogó por que llegaran los recursos derivados del Fonden para paliar las pérdidas de los agricultores debido a los fenómenos meteorológicos.

Pero, además, con recursos municipales de inmediato puso en marcha un programa para mejorar las arterias que hacen circular una producción agropecuaria que ha significado para Martínez de la Torre fama nacional e internacional.

Una imagen distinta para la ciudad

No solo se ha preocupado por un mejor alumbrado público para darle vida a una ciudad cuyo entorno urbano parecía a punto de desfallecer, con la consiguiente baja autoestima de sus habitantes.

Pepe de la Torre prácticamente no hizo nada por mejorar calles y avenidas, salvo algunos tramos que construyó de concreto hidráulico, aunque para llegar a ellos se debía conducir como en un camino de terracería y, tras un minuto de gloria, regresar al infierno de los baches profundos.

Por ello, desde antes de entrar a gobernar, Rolando Olivares Ahumada logró el compromiso federal para brindar recursos para la remodelación del bulevar Luis Donaldo Colosio, entrada a la ciudad por el lado de la sierra.

Además, cumpliendo con su promesa de incorporar a Independencia a los beneficios de la ciudad, ha ordenado remodelar las calles y avenidas, limpiar las jardineras, recuperar parques y jardines y atender las necesidades de sus sectores más depauperados, a través del trabajo de la presidenta del DIF municipal, quien a diferencia de su antecesora no usa esos recursos para generar adhesiones políticas que le puedan ser útiles en próximos empeños electorales.

Sería largo enumerar tantas acciones que ha emprendido el nuevo ayuntamiento de Martínez de la Torre. Lo cierto es que la población ya muestra otra cara, hay esperanza y pronto veremos los efectos entre los martinenses que estarán dispuestos a participar.


Solo esperamos que esta intensa actividad gubernamental no se convierta en flor de 15 días.

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