lunes, 20 de enero de 2014

Juanelo, de capa caída en Coatepec

HORA LIBRE
Álvaro Belin Andrade

Juanelo, de capa caída en Coatepec

Famoso por su sobrenombre de Juanelo, el actual alcalde de Coatepec, Roberto Pérez Moreno, ha comenzado su gestión con quejumbres y medidas desesperadas.

Ya se había hecho famoso cuando, luego de ganar la elección para ser alcalde de su pueblo, regresó como diputado local, puesto al que había solicitado licencia, como si hubiera perdido los comicios, y estuvo a punto de ver revocada su constancia de mayoría de no ser porque el Tribunal Electoral del Estado de Veracruz (TEEV) lo salvó con el argumento de que no había renunciado al cargo de presidente municipal, porque no lo había asumido.

Cuando vio la que se le venía, el mismo 16 de julio en que, orondo, se presentó en el Congreso local para seguir cobrando sus dietas, decidió separarse definitivamente del cargo de diputado. Los panistas se le fueron encima, y es que había sido el causante de la derrota blanquiazul en un ayuntamiento en que por años habían dejado su impronta.

Pero Juanelo muy pronto mostró su modorra.

Su principal discurso ha sido en torno a la enorme deuda heredada de la anterior comuna panista por un monto superior a los 37 millones de pesos, una abultada nómina y un problema de recolección de basura sin resolver.

Como si estuviera amarrándose el dedo (emulando a su vecino Américo Zúñiga, alcalde de Xalapa), Pérez Moreno ha mandado el mensaje de que poco podrá hacer porque la deuda pública le impide, al menos en los primeros meses antes de recibir los montos recaudados por impuesto predial y los provenientes de la bursatilización, mejorar cualquier aspecto de la gestión municipal.

Y así se ha comportado.

Durante los primeros 15 días de su administración, el popular Juanelo solo ha participado en actos cívicos, ha declarado que tiene muchos adeudos con proveedores y que al municipio los asfixian los empréstitos contratados y una nómina heredada que significa una sangría cercana a los 200 mil pesos mensuales.

La ciudad, mientras tanto, muestra los estragos del tiempo. Muchas calles céntricas de este Pueblo Mágico se encuentran destruidas, con baches profundos y descargas de agua. No hace falta emprender obras espectaculares como aplicar concreto hidráulico, sino disponer de grava y chapopote para rellenar los hoyancos.

Pero don Juanelo anda muy deprimido por la falta de recursos.


Duro contra los jóvenes

Eso podría explicar que, junto con el director de Seguridad Pública municipal, haya decidido criminalizar a los menores de edad y prever la aplicación de una especie de toque de queda contra todos aquellos que, no contando con credencial del IFE (es decir, sin mayoría de edad), deambulen por las calles coatepecanas a deshoras de la noche.

La peculiar medida está por aplicarse ante la incapacidad de los cuerpos policiacos de combatir los diversos casos de asaltos en las calles que, según las víctimas, son protagonizadas por jóvenes delincuentes.

El jefe policíaco Juan Carlos Novoa ha explicado que los jóvenes serían detenidos e interrogados por elementos policíacos con el objetivo de llevarlos a sus domicilios y entregarlos a sus padres, para inhibir los niveles delictivos.

Y el alcalde parece complacido con tan genial ocurrencia.

Cuando ser joven empieza a ser sinónimo de delincuente, las cosas andan muy mal, y ya tendremos que exigir a la Comisión Estatal de Derechos Humanos que envíe a sus visitadores para que acompañen a los jenízaros en su peculiar cruzada “contra el hampa infantil”.

Se violarán los derechos humanos

La propia Constitución, en el párrafo quinto del artículo primero, establece que “queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas”.

Lo que pretende la policía municipal de Coatepec viola estas garantías al discriminar por la edad. Pero otras garantías también serán afectadas por esta medida avalada por el plácido Juanelo.

El artículo 14 de la Carta Magna establece que “nadie podrá ser privado de la libertad o de sus propiedades, posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido ante los tribunales previamente establecidos, en el que se cumplan las formalidades esenciales del procedimiento y conforme a las Leyes expedidas con anterioridad al hecho”.

Por ello, el que se quiera detener e interrogar a los jóvenes por el simple hecho de transitar por las calles a horas consideradas como inapropiadas, constituirá una flagrante violación a los derechos humanos.

El didáctico jefe policíaco señaló que, con ello, además, se pretende hacer un llamado de atención a los padres de familia “porque los menores de edad no deben andar deambulando  en las calles durante la madrugada”. Menudo argumento.

Por supuesto, el poderoso educador se ha tentado el corazón con los prestadores de servicios turísticos, porque anunció que habrá una excepción los fines de semana por fiestas y las actividades en las que participan los jóvenes. Eso sí, entre semana, el operativo se aplicará.

¿Qué lo ha llevado a tal decisión? Pues señala que, recientemente, dos jóvenes de 17 años “fueron localizados caminando y durante la revisión se dijeron originarios de Michoacán y cargaban armas punzocortantes”.

Y, claro, si encuentran a unos ancianos con pistola deambulando por las calles en horas avanzadas de la noche, entonces se aplicará la medida de detener a todas las personas de la tercera edad, se les detendrán y se les preguntará qué hacen, además de pasarlos por la báscula.


Así las cosas en el paraíso de Juanelo.

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